miércoles, 7 de octubre de 2009

TUVE UN SUEÑO

Soñé que:
· Yo era el Presidente de un bello y próspero país.
· Un gabinete ejecutivo talentoso y especializado en cada una de sus áreas ministeriales, apoyaba y reforzaba mi gestión.
· Mis adversarios políticos compartían conmigo una larga mesa ante la cual debatíamos sobre el futuro, no por miedo al mismo, sino simplemente para cambiarlo y prepararlo para el desarrollo y avance real del país.
· Dirigía la palabra a mi pueblo pausadamente, sin retaliaciones, con espíritu conciliador y constructivo.
· El consenso era un norte invariable de todas las instituciones. Como si todos sintiéramos viajar en un mismo barco, mirando hacia la proa, hacia el futuro.
· La palabra impunidad no abundaba en los procesos judiciales.
· La seguridad, tanto personal como jurídica, se ubicaba dentro de los estándares apreciados en los países más adelantados, en materia de aplicación de justicia y de mantenimiento del orden público.
· La corrupción administrativa era perseguida por un ente contralor que investigaba y procedía con autonomía; y por supuesto, con consecuencias.
· Los poderes públicos eran auténticamente autónomos y se apreciaba un estado de derecho real y total.
· La constitución no era letra muerta, era sembrada en la conciencia del ciudadano desde muy temprana edad, sin aprovechamientos doctrinarios, ni ideológicos, ni partidistas.
· Tanto la empresa privada como la propiedad particular, eran incentivadas y protegidas, derivando de ello una verdadera responsabilidad social voluntaria, espontánea, sin los vaivenes de la imposición.
· Por mi mente no pasaba la idea de la reelección, ya que mi futuro político lo dictaba mi propia conciencia: gobiernos alternativos y pluralistas.

De pronto, sentí que tocaban fuertemente a mi puerta, desperté: NO TUVE MIEDO, la abrí, ¡y no había nadie!

Este blogger, ahora y siempre, ¡SOÑARÁ!

2 comentarios: