domingo, 27 de noviembre de 2011

Destrucción Pura ~ Venezuela

Si a usted le preguntan, cuál es la palabra que mejor describe la situación general del país hoy, ¿cuál diría? Yo digo que es "colapso". En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, una de las definiciones que se le dan a esta palabra es la de "Destrucción o ruina de un sistema u organización".

Mire usted a su alrededor y dígame, ¿a cuál sistema u organización de los muchos que hacen el país, no le cabe esa definición? Se pasea usted mentalmente por la infraestructura del país, y esa es la mejor definición; la vialidad, el sistema eléctrico, el penitenciario, el de salud, etc., están colapsados.

Voltea usted hacia las empresas públicas, incluida Pdvsa, y ya es poco lo que va quedando allí. Piensa en la agricultura y el aparato productivo nacional en general y resulta que están prácticamente desaparecidos.

Si toma un ángulo más institucional y mira, por ejemplo, el sistema judicial, ¿qué calificativo cabría aplicarle? Lo que no está ya colapsado, está en proceso. Mira usted la acelerada acumulación de deuda externa y concluirá que allí se gesta el colapso de las finanzas públicas.

El economista Joseph Schumpeter popularizó el término "destrucción creativa" para describir procesos en los cuales se destruyen modelos, organizaciones y estructuras para dar paso a otros de calidad superior. Pero en Venezuela no se ven emergiendo por ningún lado los nuevos modelos, procesos u organizaciones que sustituyen las viejas. Aquí cabe hablar más bien de una "destrucción pura"; destrucción de la cual no surge nada nuevo; simplemente "tierra arrasada".

Tal vez el único lado bueno de todo este colapso, es que tendremos por delante un país que construir de nuevo totalmente, prácticamente desde cero; algo parecido a la famosa reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial, algo similar al famoso milagro alemán. Será la oportunidad de construir nuestro "milagro venezolano".
Gerver Torres El Universal 27/11/2011

sábado, 26 de noviembre de 2011

Desastre petrolero - PDVSA

Lamentablemente la gestión del Gobierno de Venezuela, que ataca y destruye la producción nacional, nos ha hecho cada día más dependientes de las importaciones.

La única fuente importante generadora de divisas para el país es la industria petrolera. Lamentablemente, está siendo sometida a un deterioro progresivo y acelerado por una pésima gestión de gobierno.

Pdvsa ya se encuentra en mora a nivel de sus pagos en moneda nacional. Son innumerables los reclamos de proveedores, contratistas y de quienes han sido expropiados a cargo de la empresa.

En el exterior, la deuda financiera de Pdvsa ya alcanza los 33.900 millones de dólares. En el año 1998 apenas representaban un poco más de 6.000 MM$.

Se vendieron las refinerías en Europa y también tres en Estados Unidos, se raspó la olla en Citgo y ya todo se gastó.

La producción se encuentra muy comprometida. Aproximadamente 1,2 millones de barriles diarios son entregados sin recibir prácticamente efectivo por ellos (430 mil barriles destinados al pago del Fondo Chino, 200 mil barriles para Petrocaribe, el Acuerdo de Caracas y los acuerdos de cooperación, y 600 mil barriles diarios que se destinan al consumo nacional).

Los problemas operativos por paradas, accidentes, incendios, etc., son constantes. Ni siquiera porque la nómina pasó de unas 40.000 personas en 1998 a unos 98.000 en la actualidad.

La explotación diaria de petróleo en lugar de subir, baja y se estanca. De 3,3 millones barriles de producción en 1998, bajamos a 2,97 millones de barriles diarios en 2010 y ahora llegamos solo a 2,85 millones de barriles por día en 2011.

Los planes de incremento de la producción se retrasan constantemente. En 2011 se suponía que estaríamos produciendo entre 4,5 y 5,4 millones de barriles por día. La nueva meta para el 2012 es de apenas 3,24 millones de barriles diarios.

El Gobierno está destruyendo a Pdvsa y con ella nuestro futuro. ¡Qué desastre!

viernes, 25 de noviembre de 2011

Contra feminicidio

Naciones Unidas designó el 25 de noviembre Día Internacional de Eliminación de Violencia contra la Mujer y exhortó a los Estados a prevenir ese delito. Lo hizo en conmemoración del asesinato en 1960, por la dictadura dominicana de Rafael Leónidas Trujillo, de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María), activistas políticas.

La lucha es contra el feminicidio tal como califican las muertes de mujeres por violencia con trasfondo político; con Femicidio, definen los demás homicidios. Este régimen ha hecho de la misoginia una política, y controla poderes garantes de derechos de protección liderados por mujeres.

Demostración la da con la precandidata presidencial María Corina Machado, agredida en Turmero por bandas armadas oficialistas. Se repitió en el 23 de Enero de Caracas, donde un revolucionario identificado atentó con balas contra ella, lo cual justificó el comisario Freddy Bernal porque estaba en espacio chavista. A la denuncia formulada al Ministerio Público el director de la Policía Nacional, comisario general Luis Fernández, respondió con solicitud de investigación contra la lideresa. Antes, las bandas la agredieron en Plaza Bolívar y en Los Próceres.

El general Marcos Rojas acusó en esa Fiscalía a Elinor Montes, quien fue golpeada contra el piso por la Guardia Nacional durante manifestación de febrero 2004. Comentario aparte los ataques a mujeres periodistas.

Con la gobernación de Carabobo premiaron al general del eructo, quien siendo comandante regional de la GN golpeaba a mujeres en protestas cívicas 2002. Recién un activista del régimen difamó a la rectora de UCV; el Presidente lo proclamó líder y la sigüi Fiscal ya lo exoneró. No olvidemos a la jueza Afiuni.
Alberto Jordán H - El Universal 25/11/2011

Venezuela sin papel toilette

En Cuba y cualquier país comunista no hay jabón para bañarse, ni champú ni pasta de dientes ni toallas sanitarias y, por supuesto, no hay papel sanitario ni ningún producto de higiene y aseo personal. Pero tampoco hay los rubros esenciales que permiten al ciudadano satisfacer sus necesidades básicas. Si el ciudadano, después de hacer un esfuerzo inmenso para conseguirlo, quiere disfrutar de un producto como los mencionados debe pagarlo a precio de oro. Esto tiene una explicación: no hay inversión privada, el Estado pretende controlar todo y no hay competencia. Es decir, existen leyes como la de costos y precios justos. Eso es el comunismo salvaje.

La Ley de Costos y Precios Justos es una mezcla de comunismo y populismo electoral, ingredientes explosivos para asfixiar la economía del país. Sólo traerá cosas malas para el país y se convertirá en el propio cuchillo para la garganta del Gobierno en el año 2012. El electorado castigará el seguro fracaso de esta ley.

Ineficiente

Estoy seguro que esa ley se mal aplicará. El Gobierno es tremendamente ineficiente y no tiene capacidad para controlar toda la producción y generar precios justos; además, los precios justos y la producción eficiente para abastecer el mercado únicamente se logra con la inversión privada y la competencia.

La ley se impondrá a las grandes empresas para demostrarle al electorado que el Gobierno hace algo por los más necesitados y tratar de culpar a la gran industria de la inflación. Cuando el Gobierno mal aplique la ley con su carga ideológica, punitiva y de resentimiento, congelando precios y cerrando fábricas, traerá como consecuencia que los productos desaparezcan del mercado y la gente que pueda, cuando los logre conseguir, los deberá pagar en la economía informal a precios exorbitantes. Así se resuelven los problemas en el comunismo salvaje.
Gerardo Fernández - El Universal 25/11/2011

jueves, 24 de noviembre de 2011

VENEZUELA - Un paso justo al abismo

El Gobierno, sin demasiado remilgo, ha dado un paso más hacia la barbarie.

La Ley de Costos y Precios Justos (CPJ) se funda más que en la docta escolástica, en la ignorancia negligente, la que hace daño a todos cuando sólo tenía el propósito de hacer daño a algunos.

La congelación de precios es una medida que algunos gobiernos suelen tomar en casos en que buscan un respiro temporal para los consumidores, cuando se espera la adopción de otras medidas paralelas que fortalezcan los ingresos personales para poder afrontar, más adelante, precios más elevados.
Con más frecuencia la adoptan gobiernos que no entienden de economía, congelan los precios por un tiempo largo -como ocurre en Venezuela con decenas de productos- y el principal resultado es carestía y la aparición de mercados negros. El resultado es inflación a pesar del control, y escasez a pesar de los buenos deseos.

La Ley de Costos y Precios Justos se dirige a fijar los precios de los productos de acuerdo con los costos "reales" que serán determinados por, digamos, la camarada Karlin.

Un primer problema es que la ganancia es anatema para la mentalidad de socialistas como Chávez, que viven como impúdicos jeques ultramultimillonarios. La idea de que a un empresario le corresponda una ganancia se hace inaceptable para quienes quieren igualar por abajo; la ganancia apenas debe servir para comprarse un calzoncillo y un cepillo de dientes.

No entienden la función social de la ganancia, ni como fuente de ahorro e inversión, ni como recompensa por el esfuerzo de combinar creativamente los factores de producción. Sólo en países desestructurados la ganancia puede ser descomunal y eso no se corrige con la policía roja sino con instituciones sólidas y mercados fuertes.

Un segundo problema es que el pensamiento dogmático no entiende lo que es el mercado. Suponen a tres barrigones opulentos que ofrecen sus productos en el mercado y una masa depauperada que cuenta los centavos, envueltos en un pañuelo mugroso, para reunir la cifra requerida por los avaros. Si los camaradas no fuesen tan obtusos, comprenderían que el mercado es el lugar en que se expresan miles de decisiones tomadas por los que producen las materias primas nacionales y por los importadores, por los trabajadores y patronos en los acuerdos contractuales, por los competidores domésticos y globales, por las condiciones del clima, de la política, de la geografía, por los integrantes del segmento social para el cual esos productos se elaboran. El precio es un resultado complejo que nadie puede fijar fuera o arriba del proceso productivo. ¿Qué hay especulación? Puede haberla y por eso para los monopolios deben existir regulaciones estatales, pero sobre todo hay que promover la competencia.

En tercer lugar, no reconocer costos indirectos, como la publicidad, gastos de representación de la empresa y gestiones de lobby, "que no están ligados directamente a la producción" es, precisamente, eliminar instrumentos para promover la competencia (mi producto es mejor que el tuyo), lo cual, dentro de un cierto plazo, impedirá atender la heterogeneidad de los mercados para entrar en la homogeneidad roja: leche amarilla y trajes estilo Mao para todos. Además, sólo reconocer el dólar Cadivi para los productos finales o materias primas importados es ignorar cómo el gobierno ha condenado a funcionar al sector privado.

El régimen entra en el terreno soviético, en el cual un monje loco, metido en un cuarto de computadoras, ve en su video-juego a las campesinas y a los obreros felices como pregonaba Marx, mientras en la calle falta pan y sobra rabia.
Carlos Blanco - Especial para El Universal - Venezuela

martes, 1 de noviembre de 2011

PDVSA y CHINA

La destrucción a que ha sido sometida Pdvsa será un caso de análisis en las universidades del mundo. Nunca en tiempos de paz se había sacrificado a la principal empresa de un Estado en el altar de una ideología. Esa empresa constituía la más importante fuente de riqueza y proporcionaba la inmensa mayoría de las divisas fuertes. A la misma le fueron despedidos más de 20.000 trabajadores, cada uno de los cuales tenía en promedio 15 años trabajando para la industria, o sea, que acumulaban más de 300.000 años de experiencia y conocimiento. Después de eso, fue avasallada por la politiquería y el populismo, obligándola a llevar a cabo infinidad de actividades que no formaban parte de su misión y que, por lo tanto, no sabía ejecutar, corrompiéndola y llevándola a casos tristemente célebres como el de Pdval. A Pdvsa la endeudaron a niveles increíbles y ahora parece que le están asignando otra función: la de servir de punta de lanza para que las riquezas petroleras de Venezuela le sean entregadas a China, a cambio del compromiso de esta nación de asumir la defensa del régimen. Se trata de un papel que nos recuerda al de la URSS en Cuba en los años más candentes de la guerra fría.

Recientemente dos periodistas españoles, Juan Carlos Cardenal y Heriberto Araújo, realizaron una extraordinaria investigación que los llevó a recorrer más de 25 países y realizar más de 500 entrevistas en numerosos países africanos, de Asia Central y de América Latina. El resultado de su investigación se ha materializado en un libro titulado "La silenciosa conquista de China" que será publicado en cinco idiomas. El libro, repleto de historias humanas y datos, pretende explicar con evidencias descubiertas sobre el terreno cómo China está forjando su futura hegemonía, apoderándose de las riquezas naturales de los países que se lo permiten.

El modelo de negocios que viene aplicando China en Angola, República Democrática del Congo, Turkmenistán, Birmania y otros -sobre todo en países africanos- se asemeja mucho lo que están haciendo en Venezuela. Por lo pronto, salta a la vista el denominado "Fondo a Largo Plazo y Gran Volumen Chino Venezolano" (no es por cierto el único) a través del cual le prestaron a Venezuela 20.000 millones de dólares, de los cuales 10.000 millones en dólares y 10.000 millones en yuanes. Estos últimos sólo sirven para comprarle bienes y servicios a China.

Se cree que en pago, Venezuela se ha comprometido a entregarle a China el 16% de su producción petrolera (430.000 b/d) hasta el año 2023. El precio de venta resultante de esta negociación es de 40 dólares por barril. De confirmarse estas cifras, las pérdidas anuales de Pdvsa en la operación superarían los 15.000 millones de dólares solamente en el año 2011. Si hablásemos en términos de intereses, el costo que estaríamos pagando por ese financiamiento sería del orden de un 60%.

¿No entenderán los chinos los riesgos que asumen?

Y mientras tanto Pdvsa, asfixiada por las obligaciones que se le imponen de enviar petróleo a Cuba, de ayudar a países "hermanos" y a la vez de transformarse en el brazo financiero de la revolución, ya no parece estar en condiciones de cubrir ni siquiera sus propios gastos.

Para poder mantenerse a flote, Pdvsa está solicitando que se le permita conservar el remanente en efectivo que aún existen del fondo chino y que se mantiene en un depósito en el Banco de Desarrollo Chino en Hong Kong.

A Pdvsa ya no le alcanzan sus ingresos para cubrir sus operaciones. Por primera vez estamos siendo testigos de una Pdvsa que, en vez de aportar recursos al Estado, tiene que ser auxiliada por el BCV, para lo cual este último recurre a emisiones inorgánicas de dinero. ¡Qué locura!

Antes, el ISLR, los dividendos y las regalías que pagaba Pdvsa iban a parar al Tesoro Nacional. Esos recursos eran después utilizados por el Estado conforme a un Presupuesto Nacional aprobado por el Congreso y, el 20% de ellos (el situado constitucional), era distribuido entre gobernaciones y las alcaldías

Hoy en día Pdvsa conserva buena parte de los recursos y los gasta sin control de nadie. Otra parte es enviada al Fonden que tampoco rinde cuentas, mientras la Contraloría General de la República se mantiene ciega, sorda y muda. A las gobernaciones y a las alcaldías se les están escamoteando los recursos que constitucionalmente les corresponden, mediante el artificio de aprobar un presupuesto en base a un precio del petróleo substancialmente inferior al real.

¡Qué barbaridad!
José Toro Hardy - El Universal 01/11/2011