miércoles, 21 de noviembre de 2012

Educación para transformar el país


Foro CERPE
Contrasta en la sociedad venezolana la incoherencia entre las necesidades educativas y la respuesta efectiva a las mismas. Reconocemos la importancia de que todos los niños y jóvenes, desde el maternal hasta coronar el nivel medio diversificado, estén en una escuela de calidad; no habrá venezolano en desacuerdo con la declaración constitucional de escolaridad obligatoria durante una docena de años, que le pone al Estado la obligación de exigirla y financiarla. Lo que sorprende y contrasta es que luego dormimos tranquilos junto a una realidad educativa donde millones de jóvenes están fuera de la escuela y la "educación integral de calidad permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades" (Constitución, artículo 103) es negada a más de la mitad de esos jóvenes y niños.

Este divorcio entre lo que afirmamos desear y lo que efectivamente hacemos como nación tiene graves consecuencias personales, ciudadanas y productivas que atornillan a Venezuela en su lamentable situación de país pobre condenado a comerse los mangos que caen del árbol petrolero. La verdadera riqueza del país es su gente, la verdadera democracia está en nuestra calidad ciudadana, y la riqueza productiva del país requiere como pieza clave que todos los jóvenes tengan al menos doce años de escolaridad, que potencie su dignidad y capacidad como productores del siglo XXI.

Golpeados por esta paradoja y deseosos de contribuir a transformar la muy deficitaria educación en Venezuela (sobre todo en el 60% más pobre), un grupo muy diverso de venezolanos nos reunimos hace un año con el propósito de estudiar unas propuestas realistas y ambiciosas al mismo tiempo. Así nació el FORO CERPE (Centro de Reflexión y Planificación Educativa). No sabíamos si íbamos a ser capaces de hacerlo, pero nuestro deseo era firme. Algunos no nos conocíamos, nuestra experiencia profesional era diversa y también nuestros acentos políticos. Éramos 16 al comienzo y hemos terminado trabajando 30. Han sido catorce sesiones de trabajo, cada una de cuatro horas. No era posible invitar a todos los que tienen preocupación, ideas y experiencia educativa. Nos parecía que lo importante era constituir un núcleo inicial que pudiera reunirse y trabajar con flexibilidad. Sobre todo que fuera abierto a la realidad y abierto a los aportes de otros, no importa de dónde viniesen. Pues bien, un año después nadie de la reunión inicial se ha retirado y, de manera natural, se han sumado otras personas muy cualificadas cuyo aporte nos parece necesario.

Queríamos que el trabajo fuera colectivo, es decir, que la propuesta final escrita al cabo de un año de verdad fuera de "nosotros", como colectivo. Además queríamos que también centenares de miles de educadores y millones de padres vieran reflejadas sus inquietudes y plasmadas sus esperanzas en propuestas audaces y factibles al mismo tiempo. Que dentro de una década el mundo pueda mirar y admirar a Venezuela porque hizo en educación un milagro del tamaño del "Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles" y que figure entre los países como Finlandia y Singapur a los que hay que mirar para aprender qué significa una EDUCACIÓN PARA TRANSFORMAR EL PAÍS.

Efectivamente, no se trata sólo de mejorar la escuela, sino de transformar el país con la palanca de un buen sistema educativo. Que la educación deje de ser un problema y se convierta en una de las claves de solución. Por eso no nos interesaba escribir un libro sólo académicamente correcto para académicos, ni quedarnos en detallar los diagnósticos de nuestro fracaso escolar para con ellos engrosar el ya numeroso coro de plañideras que lloran a una educación que para más de medio país (lo sepan ellos o no) es sencillamente lamentable y de tercera o cuarta categoría en el competido panorama mundial.

Queríamos unas propuestas en positivo, prácticas, ejecutables y retadoras, capaces de convocar en círculos de entusiasmo expansivo a todo el país, no importa el color político ni el sector social. Propuestas que pongan en movimiento nuestras mejores energías y creatividades y conviertan la educación en verdadera prioridad en la siembra de los recursos financieros del país y hagan de la vocación educadora, y de la carrera docente, la prioridad de la juventud venezolana: dedicar la vida a transformarnos como personas, como ciudadanos y como productores-emprendedores. Hoy, la violencia y la delincuencia desbordadas con decenas de miles de asesinatos al año, nos hacen pedir a gritos una educación en valores que transformen. La misma llamada a la educación surge como clamor al buscar una ciudadanía solidaria y responsable para construir la república y elevar la productividad de nuestra economía, para no quedar en el mundo como productores fracasados con empresas cerradas y con una economía de puertos por nuestra falta de calidad y productividad.

Estas eran algunas de nuestras inquietudes. Escogimos una decena de temas educativos nodales y le pedimos a trece de nosotros un papel inicial de trabajo que recibió un primer comentario escrito de otro participante. Luego, en sucesivas sesiones, el grupo fue discutiendo los temas a partir de ambos documentos. Posteriormente, cada autor reelaboraría el tema, recogiendo las observaciones recibidas y los aportes de la discusión, aunque manteniendo su responsabilidad personal por su escrito.

Todavía con eso no  teníamos un texto propositivo coherente; faltaba preparar todo el material (diverso) para lograr unas propuestas más integradas. Reducir, quitar las repeticiones, conectar las partes, completar vacíos, darle coherencia... ha sido el trabajo de Leonardo Carvajal y Fifi Pantin. Solicitamos también a Carvajal la SÍNTESIS de nuestros enfoques complementarios y no monocordes y de las propuestas principales, la cual se presenta a continuación.

Confieso que en todo este proceso me ha admirado la flexibilidad y la humildad de los autores para someterse a esta disciplina con correcciones, indispensable para que este libro sea de todos nosotros y a su vez una invitación abierta a nuevos aportes e ideas. Al entregarlo a la luz pública pedimos a todos una sola cosa: que siempre prevalezca la obsesión de que lo propuesto sea para ponerlo en práctica hoy y aquí, partiendo de las escuelas más pobres y deficientes.

Gracias a los que lo han hecho posible y sobre todo gracias a los que con sus reacciones, discusiones y propuestas lo van a convertir en un instrumento educativo para transformar el país transformando la educación.


Luis Ugalde s.j.
Coordinador del FORO CERPE