jueves, 28 de julio de 2016

RUINA DE PDVSA

Por Pedro. E. Palma - El Nacional - 28/07/2016
Hace pocos días se dieron a conocer los estados financieros consolidados de Pdvsa al 31 de diciembre de 2015 con sus respectivas notas contables, y el Informe de Gestión Anual de dicha empresa correspondiente al año pasado. El análisis de esos documentos ratifica lo que se ha venido alertando desde hace varios años, en el sentido de que la gestión de esa organización la está llevando a la ruina.
La transferencia compulsiva de cuantiosos recursos a fondos destinados a financiar gasto público, como es el caso del Fonden, el Fondo Miranda y otros, así como la obligación que se le ha impuesto a esa institución de destinar una enorme cantidad de dinero al financiamiento de operaciones que nada tienen que ver con su actividad medular, la han condenado a padecer una severa estrechez financiera, y a abandonar o descuidar una serie de tareas fundamentales del negocio petrolero. Ello se ha traducido en una caída sostenida de su capacidad de producción y de sus volúmenes de exportación, situación que se ha agravado por el desplome de los precios petroleros de los dos últimos años.
Múltiples son los ejemplos que se pueden citar para soportar lo dicho. Uno es la desproporcionada carga que tiene que asumir Pdvsa para financiar los distintos programas sociales del gobierno, muchos de ellos conocidos como “misiones”. De hecho, los aportes que por ese concepto tuvo que hacer esa empresa en 2015 superaron los 19,2 millardos de dólares, una cifra 21,2% mayor que la de 2014, a pesar de la caída de 49,5% del precio promedio de exportación.
Adicionalmente, Pdvsa está obligada a pagar con despachos petroleros la cuantiosa deuda contraída por el gobierno con China, a pesar de que esa empresa no ha sido la que ha recibido ni ha utilizado los fondos obtenidos a través de esos préstamos. De hecho, de acuerdo a la información recién publicada, el año pasado Pdvsa despachó al país asiático 579 mil barriles diarios (MBD) de crudo y productos, de los cuales 375 MBD se destinaron al pago de capital e intereses de la deuda contraída, por lo que tan solo 204 MBD, es decir un 35% del volumen enviado, le produjeron ingresos a la empresa.
Otra pesada carga la generan los Acuerdos de Cooperación Energética suscritos con distintos países de la región, según los cuales los pagos de una buena parte de los hidrocarburos vendidos son financiados a largo plazo con intereses de 1% y 2%. Si bien las ventas dentro de los convenios de Petrocaribe, Alba y otros a países distintos a Cuba pasaron de 108,9 MBD en 2014 a 88,3 MBD en 2015 (una contracción de 18,9%), la situación con Cuba fue muy diferente. De hecho, los volúmenes de crudo y productos despachados a ese país dentro del marco del Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela, aumentaron 9,4% en 2015 con respecto al año precedente, llegando a 97,8 MBD, ventas que no las paga el país caribeño en efectivo, pues estas son objeto de compensación con los servicios médicos prestados a través de la misión Barrio Adentro II. El valor de esos despachos, en base al precio promedio de exportación de ese año de 44,65 dólares por barril, fue de 1.593,9 millones de dólares.
Si se toman como ciertos los estimados presentados en distintos documentos, según los cuales el gobierno cubano le cobra a Venezuela un monto en torno a los 14.000 dólares mensuales por cada uno de los 28.000 especialistas de salud que presta sus servicios en la Misión Barrio Adentro, cifra, por cierto, muy superior a la que se le paga a cualquier médico venezolano en los hospitales públicos, el valor de los crudos y productos enviados a ese país el año pasado solo compensaría un tercio del costo de la asistencia médica cubana, quedando aún por pagar más de 3.100 millones de dólares.
Con cargas financieras como las descritas se condena a la ruina a cualquier empresa, por lo que la trillada frase “ahora Pdvsa es del pueblo” no es más que una burda y chocante falacia.


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Twitter: @palmapedroa

domingo, 17 de julio de 2016

El dolor por la partida

Por Alejandro J. Sucre - El Universal - 17/7/2016.
Yo quisiera enviar un mensaje a esas empresas transnacionales y un saludo de respeto, agradecimiento y dolor por su partida. Debemos recordar que antes de haberse retirado, mención especial a Kimberly Clark, esas empresas transnacionales decidieron lo contrario: venir a Venezuela a producir. Vinieron con el dinero para invertir en nuestro país. Un dinero obtenido en otras latitudes desarrollando productos innovadores elaborados en sus centros de investigación y desarrollo. Para invertir en Venezuela, las gerencias de esas empresas como Kimberly Clark, Good Year, Clorox, etc., contaron no con su dinero propio, que sería bastante, sino con el dinero de ahorristas de todo el planeta que invierten en acciones emitidas a través de las bolsas de valores internacionales. Una vez que Kimberly Clark o cualquier otra transnacional o empresa nacional decide invertir en Venezuela, la multitud de impactos positivos que conlleva son infinitas. Nuevas tecnologías, actualizadas prácticas gerenciales, formación humana para el trabajo, extracción y uso de recursos naturales, transporte marítimo y terrestre de materias primas y productos terminados, pago de impuestos, estímulo a otras empresas a que compitan con mejores productos en el mercado venezolano, ocupación maravillosa de la población venezolana en actividades productivas, estímulo a la preparación profesional para escalar posiciones en las empresas, estímulo a nuevos empresarios venezolanos para competir y/o para convertirse en suplidores, estímulo a las bolsas de valores del país para la inversión en nuevas empresas, etc. En pocas palabras, cada inversión en Venezuela es un aliento de vida. Y ese aliento es Kimberly Clark. Así debemos entender la ilusión y el efecto de Kimberly Clark cuando invirtió en nuestra Venezuela querida. Muchas gracias de verdad a esa maravillosa empresa y a sus accionistas de todo el planeta por haber invertido en nuestra Venezuela querida.También es importante para todos los venezolanos entender por qué se retiran Kimberly Clark así como otras transnacionales y nacionales del país. La principalísima causa es el control de cambio. El control de cambio en Venezuela es un sistema de distribución de divisas al estilo piñata. El estilo piñata significa que el más rudo y violento es el que agarra el palo para romperla (militares) y luego se queda con los caramelos (las divisas). Unos funcionarios públicos abren y cierran la piñata para repartir entre sus panas, y las empresas como Kimberly Clark que tienen centenares de empleados y equipos e instalaciones con gastos fijos que cubrir, no llegan a la repartición. Tampoco las leyes que imponen los funcionarios en el control de cambio les permite comprar y vender divisas para obtener materias primas en otro mercado privado. O sea, que empresas como Kimberly Clark que trajeron dinero recogido de ahorristas en todo el planeta o empresarios venezolanos que tienen sus ahorros, no saben cuándo obtendrán divisas para comprar materias primas y poder producir, vender y pagar sus compromisos. También, las empresas como Kimberly Clark se marchan porque la infraestructura no se desarrolla en Venezuela por causa de la corrupción. La población crece y no hay infraestructura. Como si se duplica o triplica la población que vive en una misma casa y para colmo los responsables ni siquiera reparan los baños cuando se dañan La respuesta del gobierno ha sido la misma que cometieron los comunistas del siglo XX, repitiendo sus errores. Acusan a los accionistas del mundo de Kimberly Clark de venir a explotar al venezolano. Ahora que ya nos explotaron, que se vayan y tomamos sus empresa 
¿Canibalismo o redención? Muchos de los que celebran las tomas de empresas y fincas por parte del gobierno del presidente Maduro, en especial los articulistas de Aporrea, en sus vidas han sembrado 1 m2 de tierra. Veremos que muchos de los que celebran más tomas de empresas debieron más bien haber propuesto la creación de nuevas empresas para competir y crear en lugar de canibalizar a las empresarios que ya invirtieron. Por qué el gobierno no creo en 17 años otra Kimberly Clark y se la entregó a los obreros.
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