domingo, 21 de febrero de 2016

Venezuela - Seis claves para entender la inseguridad en el 2016

Por Alberto Ray - El Nacional - 21/02/2016
La incertidumbre parece ser el signo de nuestros tiempos, por lo que atreverse a construir pronósticos sobre lo que nos espera durante el 2016 en términos de inseguridad resulta aventurado, pues siempre nos podemos quedar cortos frente a la desproporcionada realidad en la que vivimos.
De por sí, la incertidumbre es sinónimo de inseguridad. Que no tengamos referencias ciertas sobre aspectos básicos de nuestras vidas, como lo es conseguir alimentos o tener acceso a la salud, eleva el nivel de riesgo en el que vivimos. En un ejercicio de anticipación, voy a destacar seis aspectos que van a dibujar el mapa de los riesgos en Venezuela y que, sin duda, tendrán un efecto importante en nuestra calidad de vida en los próximos meses.
No se trata de aumentar la paranoia con la que a diario vivimos. Suficientemente amenazados estamos para agregar más presión a nuestra ya mermada supervivencia, pero vivir más seguros requiere que nos informemos y estemos conectados con el entorno, de poco sirve aislarnos como el avestruz, si nosotros y nuestras familias nos toca confrontar como rutina la violencia en la que estamos sumergidos. 
Les muestro aquí las claves para entender la inseguridad en el 2016:
El peligro de la calle: la vía pública se ha convertido en el escenario principal de los delitos en el país. Ocho de las cincuenta ciudades más peligrosas del mundo están en nuestro territorio, incluyendo a Caracas en el primer lugar. Desde robos a peatones y conductores, hasta secuestros y homicidios, todos tienen como denominador común el espacio urbano. Transitar desprevenidos e inconscientes del entorno y sin medidas mínimas de protección lo convierten en la víctima perfecta. Gente caminando por la calle hablando por un celular que cuesta veinte o treinta salarios mínimos es un ejemplo que veo a diario. Por otro lado, las salidas nocturnas no pueden ser un tour por la ciudad. Planifique sus recorridos, no pierda tiempo innecesario buscando direcciones o tanteando un restaurante donde cenar, tenga clara su ruta y ubicado su destino.  La nocturnidad es por excelencia el espacio y el momento preferido por la delincuencia. De noche nuestras posibilidades de acción son menores y tenemos menos recursos disponibles. Dos variables necesarias para ser víctimas del delito es estar en el momento inoportuno y en el lugar incorrecto. ¿Por qué poner gasolina de noche cuando lo podemos hacer a plena luz del día?  Otro aspecto clave en la calle es no derrochar lujo. Vivimos entre tantas amenazas que hasta las más mínimas señales de estatus te pueden transformar en una víctima. Aprendamos a ser humildes al hablar y al actuar. Moderemos las palabras y la información que compartimos.

Extorsiones por todos lados: un delito que está aumentando a pasos agigantados es el de las extorsiones telefónicas. Son comunes las llamadas a celulares advirtiendo que planean hacerle daño a usted o a algún miembro de su familia, y si no paga una suma de dinero cumplirán su amenaza. Estas llamadas no deben tomarse a la ligera, debe actuarse con firmeza para que no se repitan. Algunas medidas de prevención y protección pueden ser no atender llamadas de números desconocidos, no responder a preguntas que le hagan en encuestas en las cuales puedan obtener información personal, tratar con celo los datos personales y entrenar a nuestra familia para que haga lo mismo. Si usted recibe llamadas o mensajes de texto amenazadores no responda. Si las amenazas son insistentes desconecte temporalmente su línea celular y contrate una nueva. Anote los números desde los cuales está recibiendo las extorsiones y denuncie ante las autoridades que están habilitadas y capacitadas para actuar en estos casos (Principalmente el CICPC División contra Extorsión y Secuestro y la GNB Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro). El que paga una vez por una extorsión, seguirá pagando, pues esta clase de delincuencia manipula hábilmente el miedo de sus víctimas, llegando en ocasiones a someterlas psicológicamente. Adicionalmente, este tipo de delito representa un riesgo mínimo para el que extorsiona pues siempre se oculta tras un teléfono convirtiéndose en una amenaza anónima. Si usted está siendo extorsionado no lo mantenga en secreto, busque ayuda.

Todo vale más: en tiempos de escasez e inflación los objetos se revalorizan. Aquello que hasta hace un tiempo era considerado poco menos que basura, ahora recobra su precio y se convierte en un bien deseado, ya sea porque sirve para repuesto o porque simplemente no existen productos nuevos en el mercado. Es así, como desaparecen carros viejos y nuevos, se roban motos para sustraerles los cauchos o las baterías y hasta computadores con diez o más años de uso resultan apetecibles para los más necesitados. No subestime el valor de nada de lo que posee. Asegure lo que tiene guardado en depósitos, closets o maleteros. Tenga un inventario escrito y detallado de sus bienes, no lo deje todo a la memoria. Tenga cuidado especial con piezas como herramientas, electrodomésticos y repuestos consumibles pues todos tienen un alto valor en mercados de segunda mano. De nada vale guardar si usted ni sabe lo que tiene.
Hurto y robo a viviendas: las residencias son también el hogar de nuestros más preciados bienes. Allí acumulamos lo que más valoramos. Hoy en cualquier vivienda se encuentran televisores, laptops, tabletas, celulares, joyas, vehículos, dinero en efectivo, electrodomésticos y en algunos casos hasta armas y municiones. Todo esto representa un botín de altísimo valor para los amigos de lo ajeno. Muy posiblemente, en una vivienda de clase media se consigan hoy más valores que en una agencia bancaria, y con muchísimo menos riesgo para el delincuente. Por tanto, la recomendación es que proteja su vivienda, su familia y sus bienes. Recuerde que lo que tiene usted en su casa es insustituible. En los últimos meses viene ocurriendo un modus operandi en el cual, la víctima de secuestro, al no poder satisfacer las demandas económicas de sus captores, se ve obligada a llevarlos a su residencia, lo que deviene en un riesgo de gran magnitud, pues se pone en peligro el domicilio y al grupo familiar. En estos casos, debe procurarse toda negociación excluyendo la vivienda. Existen maneras de disuadir al delincuente que el hecho de acudir a la residencia implica, de igual forma, un riesgo para él, por tanto, aquello que puede resolverse de manera relativamente sencilla, puede escalar a situaciones en extremo complicadas.
Fraude electrónico: la devaluación de la moneda, aunada a la baja denominación de los billetes, ha hecho poco atractivo y complicado el robo de dinero. La delincuencia se vale ahora de métodos más sofisticados para extraer efectivo de las cuentas bancarias. Engaños a través de correos electrónicos para que la gente suministre su información, el “cambiazo” de las tarjetas de débito en los cajeros electrónicos, fraudes y clonaciones de tarjetas de crédito, suplantación de identidades, transferencias bancarias hechas sin la autorización del dueño de la cuenta, trampas en la venta de objetos a través del comercio electrónico, son apenas algunas de las prácticas más frecuentes de estos delincuentes especializados. Esta nueva tipología del crimen es uno de los retos más grandes que tiene hoy el sistema bancario. Nos corresponde a los usuarios de la banca y el comercio electrónico hacer nuestra parte. Cuida con celo tu información. No suministres tus claves de acceso a terceros, resguarda tus tarjetas de crédito y débito, y lleva control cercano y preciso de las operaciones a través del comercio electrónico. Recuerda que las ventajas de la web son con frecuencia vulnerabilidades que el criminal explota para sacar provecho y ponernos en riesgo. La comodidad es con frecuencia, enemiga de la seguridad.
Infidelidad corporativa y hurto hormiga: la crisis se refleja también en la pérdida de valores entre los empleados de las organizaciones. No me refiero aquí exclusivamente al trabajador de nivel básico con poder adquisitivo muy mermado por la inflación. La deslealtad se hace igualmente presente en supervisores y gerentes, quienes, ante oportunidades de recibir un dinero extra, violan normas en perjuicio de las organizaciones para las que trabajan. Es de mi conocimiento que en los últimos meses ha aumentado de forma importante el número de hurtos en las oficinas. Todo se “pierde”, desde el papel higiénico hasta laptops y celulares. Se trata de la sustracción lenta, progresiva y constante de consumibles, productos, repuestos y mercancías que, al cabo de unas semanas termina afectando la continuidad operativa de empresas y organizaciones. Hace poco supe de un caso en un edificio de apartamentos que un vecino en componenda con un técnico de ascensores, sustrajeron unas tarjetas de control de los elevadores para comerciarlas en el mercado negro, dejando sin servicio a más de cuarenta apartamentos. En este sentido, debe hacerse énfasis en fortalecer la cultura organizacional, desarrollar sentido de pertenencia e identidad y remachar los valores que guían el trabajo y las buenas costumbres. Lo importante aquí es que una minoría sin escrúpulos no actúe impunemente frente a la mirada indiferente de sus compañeros de trabajo.
Quisiera para concluir, destacar que otros delitos ya arraigados en nuestro país seguirán en plena expansión, puesto que las causas que los originan siguen presentes y la acción capaz y decidida del Estado no se manifiesta con suficiente efectividad para cambiar las tendencias. Me refiero a homicidios, secuestros y robo de vehículos por mencionar los más comunes.
Recuerden que prevenir siempre es más barato, efectivo y de efectos más duraderos que reaccionar.
@seguritips

domingo, 7 de febrero de 2016

En rescate del Banco Central de Venezuela

Por José Vicente Rodríguez Aznar - El Universal - 07/2/2016

En la Gaceta Oficial de los días 28, 29 y 30 de diciembre fueron publicadas 40 leyes, de las cuales 17 corresponden a las sancionadas por el presidente Maduro en uso de la Ley Habilitante que fenecía el día 31 de ese mes. Es obvio que ellas fueron aprobadas y publicadas de prisa por el presidente de la República antes que cinco días después se instalara la nueva Asamblea Nacional con amplia mayoría de la oposición.

Entre esas modificaciones están las de la Ley del Banco Central de Venezuela. Como economista conocedor de las que fueron virtudes del Banco Central de Venezuela, no puedo dejar de referirme al caso del instituto como lo he hecho en anteriores artículos en El Universal

El Banco Central de Venezuela desde su creación y por varias décadas, fue reconocido por su objetividad, profesionalidad, imparcialidad y veracidad de sus informaciones. Sin embargo, buena parte de estos atributos han disminuido notablemente en los últimos años debido a la sumisión de su directorio a los dictados de los presidentes Chávez y Maduro.

Varias veces hemos criticado la conducta del directorio por haber convertido al instituto en agente generador de la alta inflación que sufrimos todos los venezolanos, contrariando una de sus funciones básicas como es la de proteger la estabilidad de precios. Igualmente hemos criticado en 2015 el ocultamiento a la opinión pública de las tasas mensuales de inflación, el comportamiento del PIB y los índices de escasez y de desabastecimiento que venía publicando en el pasado. 

En esta oportunidad, solo comentaremos algunas de las modificaciones a la ley del Banco Central de Venezuela efectuadas por el presidente Maduro, las cuales cercenan aún más la ya deteriorada autonomía del instituto emisor al concentrar en el presidente de la República funciones que antes le correspondían a la Asamblea.

En primer lugar, el presidente de la República nombrará al presidente del BCV sin la ratificación previa de la Asamblea, como era antes. 

También designará a todos los miembros del directorio, eliminando la facultad que tenía la Asamblea Nacional de nombrar a dos de ellos. 

De esta forma, estos funcionarios pasan a ser subordinados directos del presidente de la República, condicionando así su independencia de criterio y opinión. 

En segundo término, el Banco Central de Venezuela mantiene como funciones básicas, como debe ser, la estabilidad de precios y preservar el valor de la moneda. Estas son responsabilidades totalmente incumplidas por el actual directorio, sin embargo, a pesar de ello, el Presidente Maduro los ha ratificado en sus puestos. Además en cuanto a la administración de las reservas internacionales, permite que otras instituciones públicas reciban y administren directamente divisas del exterior, lo cual es contraproducente. 

En tercer lugar, la nueva ley establece que cuando el Ejecutivo Nacional determine que existan amenazas a la seguridad nacional o a la estabilidad económica del país, el directorio del Banco Central de Venezuela calificará las informaciones de secretas o confidenciales, dejando de publicarlas. Quizás por ello, anticipándose a esta reforma legal, el Banco Central de Venezuela no publicó en 2015 los datos antes mencionados, pero no porque existiera amenaza a la seguridad o estabilidad económica.

Varios diputados ya han expresado la decisión de modificar la Ley del Banco Central de Venezuela con el propósito de recuperar la autonomía que debe tener el instituto para el cumplimiento cabal de sus obligaciones y responsabilidades constitucionales y también el respeto a las tareas de sus funcionarios.

josevicenterodriguez.aznar@gmail.com