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jueves, 29 de junio de 2017

Economía de centro

Por Pedro A. Palma El NACIONAL 29/6/2017
La elección del nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha contribuido a revivir y a poner en la palestra de la opinión pública internacional un concepto con el que he comulgado desde hace varias décadas: la economía de centro, un sistema económico que se aparta de extremos como el estatismo y el liberalismo. La economía es dinámica, está en permanente movimiento, y en ella interactúan múltiples actores, muchos de los cuales tienen intereses y objetivos contrapuestos. Por ello, su manejo es muy complejo, y las políticas posibles de implementar para influir en su comportamiento pueden ser diversas y generar resultados muy diferentes.
¿Cuál es entonces el sistema económico óptimo? Creo que conseguir una respuesta acertada a esa pregunta no es tarea fácil, pues cualquiera que se aplique genera aspectos positivos pero también negativos, por lo que debe buscarse uno que esté caracterizado por políticas realistas, balanceadas y aplicables, cuya implementación maximice los pro y minimice los contra y los obstáculos para la consecución de un objetivo central, que no debe ser otro que la sólida y sostenida mejora de la calidad de vida de la población. A su vez, ese sistema debe formar parte de un plan integral de desarrollo sustentable con visión de largo plazo, que tome en consideración no solo lo económico, sino también lo social, lo ambiental, lo cultural, lo educativo, lo tecnológico y tantos otros aspectos y valores esenciales en los que se tiene que fundamentar una sociedad libre para progresar y desarrollarse.
Siempre he defendido que el mejor sistema económico es uno de centro, en el que los distintos miembros de la sociedad, incluidos el Estado, los empresarios, los trabajadores, los profesionales y técnicos y tantos otros jueguen un papel importante en su implementación para lograr los mejores resultados. En un reciente artículo (“Ocupar el centro”, Project Syndicate, 3/5/2017), el economista chileno Andrés Velasco resumió brillantemente las bases de esta propuesta diciendo que los centristas somos pro mercado en lugar de pro empresa, como lo proponen los libertarios, como él los llama, pero somos conscientes de que los mercados no son perfectos ni pueden curar todos los males, y pueden ser fuente de inestabilidad en caso de no estar bien regulados y efectivamente supervisados. De allí que se necesite un sector público efectivo y eficiente que establezca unas reglas de juego racionales y balanceadas que fijen los límites dentro de los cuales puedan actuar libremente las empresas. Esto le permitiría al gobierno supervisar y regular eficientemente distintas actividades económicas con el fin de evitar prácticas indebidas, como el dumping, la cartelización de empresas para la fijación de los precios, o el uso indebido y riesgoso de los fondos del público depositados en el sistema financiero. Estas regulaciones no deben confundirse con la imposición de controles y prohibiciones absurdas, ineficientes y distorsionadoras que impiden el funcionamiento eficiente de los mercados.
Como se ve, lo que busca el centrismo es un balance en el que cada actor económico juegue el papel que le corresponde, sin caer en situaciones extremas. Veremos si Macron tiene éxito en la aplicación del modelo que propone para la economía de su país y para la Unión Europea, para lo cual cuenta con una amplia mayoría en el Parlamento francés, con el apoyo y la esperanza de su pueblo y con la anuencia de otros líderes europeos que, como él, quieren fortalecer el mercado común del viejo continente. Ojalá sea así.
En lo personal, tengo una gran expectativa en la experiencia francesa, pues pienso que lo que allí se propone hoy en materia económica es el camino a seguir no solo en ese país, sino también en nuestra Venezuela. Hace ya más de tres décadas un colega me definió con un toque de sorna como un economista “radical” de centro, y no le faltaba razón.

domingo, 11 de junio de 2017

Un bingo llamado Dicom

Por Alejandro J. Sucre - El Universal - 11-06-2017
La razón por la que en Venezuela no hay progreso económico es por que en nuestra  población en general hay una cultura que nos hace pensar que la manera de hacer crecer nuestro patrimonio personal es  tomando ventaja de otros. La fórmula ganar-perder prevalece sobre la de ganar-ganar. El ganar-ganar no es parte común de la práctica en los negocios y menos en la toma de medidas económicas por parte de los funcionarios públicos. Esta mala cultura es la raíz de nuestro deterioro económico. Cuando un ciudadano piensa que los demás ciudadanos son más tontos, y en especial si éste ocupa un cargo público, todas las medidas que tomen van a estar signada de un irrespeto  hacia los demás. Esto desestimula e impide la productividad. 
Cuando los funcionarios públicos creen que los demás ciudadanos somos tontos, los dirigentes de las empresas del Estado no sienten la importancia de presentar estados financieros auditados en forma regular. Ni siquiera Pdvsa ha presentado el estado financiero auditado para el cierre del 2016. Mucho menos las centenares de empresas del Estado en cemento, turismo, siderúrgicas, agricultura, petroquímica, presentan información de actividades,  ni el BCV presenta cifras de inflación, ni de actividad económica, lo que impide a cada ciudadano invertir. 
Igualmente, cuando los funcionarios públicos creen que los demás ciudadanos somos tontos, además de que no informan, culpan de la escasez de productos y de la inflación a los empresarios privados. Este creer que son tontos los demás venezolanos entonces los lleva a políticas económicas súper-erradas como las expropiaciones, el control de cambio, el control de precios. Por el otro lado, el funcionario público que piensa que los demás son tontos también se aprovecha de las contrataciones del Estado para repartirlas sin licitación y entre sus amigos. En una economía donde se trata a los demás como tontos lo que prevalece es el desestímulo. Como en muchos países africanos.
Esta manera de operar pensando que los demás son tontos es lo que ha generado una inmensa escasez e inflación y el colapso de la economía en 1/3 de su producción en 4 años. Ahora el funcionario público se da cuenta que los controles de cambio no dan para más y sacan otra medida económica que llaman Dicom para flexibilizar el mismo control de cambio que impusieron y que asfixió al país. El Dicom sigue siendo un férreo control de cambio que asfixia al país, pero lo visten de libre mercado al llamarlo subastas de divisas.  No obstante, más que un sistema de subastas cambiarias, el Dicom es bingo. Es un bingo y no una subasta debido a que el precio no está fijado por el más alto entre la oferta y demanda. Tampoco aparece información de quien oferta ni cuánto ofrece por dólar. El precio del dólar en el Dicom lo fija un funcionario público a su criterio. Y el precio es por debajo de lo que la demanda está dispuesta a pagar por el dólar. Por lo que la gran mayoría de los oferentes no obtienen ni un dólar u obtienen mucho menos de los que necesitan. 
Tampoco los demandantes de dólares saben a donde ir a comprar los dólares que necesitan y que no obtuvieron en el Dicom. 
Habiendo un mercado cambiario paralelo que triplica el precio del dólar Dicom, a quien se le asigne un dólar Dicom tendrá una ganancia inmediata de 300%. Y debido a que el Dicom se hace una o dos veces por semana, y se asignan de manera poco predecible, a quien le asignen esos dólares saldrá corriendo a venderlos al precio del dólar paralelo y no para aumentar la producción. Una fábrica no puede operar sin saber cuándo podrá comprar materia prima. Ya Pirelli, Colgate, GM y otras empresas abandonaron sus inversiones en el país por no querer depender de un bingo cambiario para obtener divisas y materias primas.  

jueves, 28 de julio de 2016

RUINA DE PDVSA

Por Pedro. E. Palma - El Nacional - 28/07/2016
Hace pocos días se dieron a conocer los estados financieros consolidados de Pdvsa al 31 de diciembre de 2015 con sus respectivas notas contables, y el Informe de Gestión Anual de dicha empresa correspondiente al año pasado. El análisis de esos documentos ratifica lo que se ha venido alertando desde hace varios años, en el sentido de que la gestión de esa organización la está llevando a la ruina.
La transferencia compulsiva de cuantiosos recursos a fondos destinados a financiar gasto público, como es el caso del Fonden, el Fondo Miranda y otros, así como la obligación que se le ha impuesto a esa institución de destinar una enorme cantidad de dinero al financiamiento de operaciones que nada tienen que ver con su actividad medular, la han condenado a padecer una severa estrechez financiera, y a abandonar o descuidar una serie de tareas fundamentales del negocio petrolero. Ello se ha traducido en una caída sostenida de su capacidad de producción y de sus volúmenes de exportación, situación que se ha agravado por el desplome de los precios petroleros de los dos últimos años.
Múltiples son los ejemplos que se pueden citar para soportar lo dicho. Uno es la desproporcionada carga que tiene que asumir Pdvsa para financiar los distintos programas sociales del gobierno, muchos de ellos conocidos como “misiones”. De hecho, los aportes que por ese concepto tuvo que hacer esa empresa en 2015 superaron los 19,2 millardos de dólares, una cifra 21,2% mayor que la de 2014, a pesar de la caída de 49,5% del precio promedio de exportación.
Adicionalmente, Pdvsa está obligada a pagar con despachos petroleros la cuantiosa deuda contraída por el gobierno con China, a pesar de que esa empresa no ha sido la que ha recibido ni ha utilizado los fondos obtenidos a través de esos préstamos. De hecho, de acuerdo a la información recién publicada, el año pasado Pdvsa despachó al país asiático 579 mil barriles diarios (MBD) de crudo y productos, de los cuales 375 MBD se destinaron al pago de capital e intereses de la deuda contraída, por lo que tan solo 204 MBD, es decir un 35% del volumen enviado, le produjeron ingresos a la empresa.
Otra pesada carga la generan los Acuerdos de Cooperación Energética suscritos con distintos países de la región, según los cuales los pagos de una buena parte de los hidrocarburos vendidos son financiados a largo plazo con intereses de 1% y 2%. Si bien las ventas dentro de los convenios de Petrocaribe, Alba y otros a países distintos a Cuba pasaron de 108,9 MBD en 2014 a 88,3 MBD en 2015 (una contracción de 18,9%), la situación con Cuba fue muy diferente. De hecho, los volúmenes de crudo y productos despachados a ese país dentro del marco del Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela, aumentaron 9,4% en 2015 con respecto al año precedente, llegando a 97,8 MBD, ventas que no las paga el país caribeño en efectivo, pues estas son objeto de compensación con los servicios médicos prestados a través de la misión Barrio Adentro II. El valor de esos despachos, en base al precio promedio de exportación de ese año de 44,65 dólares por barril, fue de 1.593,9 millones de dólares.
Si se toman como ciertos los estimados presentados en distintos documentos, según los cuales el gobierno cubano le cobra a Venezuela un monto en torno a los 14.000 dólares mensuales por cada uno de los 28.000 especialistas de salud que presta sus servicios en la Misión Barrio Adentro, cifra, por cierto, muy superior a la que se le paga a cualquier médico venezolano en los hospitales públicos, el valor de los crudos y productos enviados a ese país el año pasado solo compensaría un tercio del costo de la asistencia médica cubana, quedando aún por pagar más de 3.100 millones de dólares.
Con cargas financieras como las descritas se condena a la ruina a cualquier empresa, por lo que la trillada frase “ahora Pdvsa es del pueblo” no es más que una burda y chocante falacia.


palma.pa1@gmail.com
Twitter: @palmapedroa

domingo, 17 de julio de 2016

El dolor por la partida

Por Alejandro J. Sucre - El Universal - 17/7/2016.
Yo quisiera enviar un mensaje a esas empresas transnacionales y un saludo de respeto, agradecimiento y dolor por su partida. Debemos recordar que antes de haberse retirado, mención especial a Kimberly Clark, esas empresas transnacionales decidieron lo contrario: venir a Venezuela a producir. Vinieron con el dinero para invertir en nuestro país. Un dinero obtenido en otras latitudes desarrollando productos innovadores elaborados en sus centros de investigación y desarrollo. Para invertir en Venezuela, las gerencias de esas empresas como Kimberly Clark, Good Year, Clorox, etc., contaron no con su dinero propio, que sería bastante, sino con el dinero de ahorristas de todo el planeta que invierten en acciones emitidas a través de las bolsas de valores internacionales. Una vez que Kimberly Clark o cualquier otra transnacional o empresa nacional decide invertir en Venezuela, la multitud de impactos positivos que conlleva son infinitas. Nuevas tecnologías, actualizadas prácticas gerenciales, formación humana para el trabajo, extracción y uso de recursos naturales, transporte marítimo y terrestre de materias primas y productos terminados, pago de impuestos, estímulo a otras empresas a que compitan con mejores productos en el mercado venezolano, ocupación maravillosa de la población venezolana en actividades productivas, estímulo a la preparación profesional para escalar posiciones en las empresas, estímulo a nuevos empresarios venezolanos para competir y/o para convertirse en suplidores, estímulo a las bolsas de valores del país para la inversión en nuevas empresas, etc. En pocas palabras, cada inversión en Venezuela es un aliento de vida. Y ese aliento es Kimberly Clark. Así debemos entender la ilusión y el efecto de Kimberly Clark cuando invirtió en nuestra Venezuela querida. Muchas gracias de verdad a esa maravillosa empresa y a sus accionistas de todo el planeta por haber invertido en nuestra Venezuela querida.También es importante para todos los venezolanos entender por qué se retiran Kimberly Clark así como otras transnacionales y nacionales del país. La principalísima causa es el control de cambio. El control de cambio en Venezuela es un sistema de distribución de divisas al estilo piñata. El estilo piñata significa que el más rudo y violento es el que agarra el palo para romperla (militares) y luego se queda con los caramelos (las divisas). Unos funcionarios públicos abren y cierran la piñata para repartir entre sus panas, y las empresas como Kimberly Clark que tienen centenares de empleados y equipos e instalaciones con gastos fijos que cubrir, no llegan a la repartición. Tampoco las leyes que imponen los funcionarios en el control de cambio les permite comprar y vender divisas para obtener materias primas en otro mercado privado. O sea, que empresas como Kimberly Clark que trajeron dinero recogido de ahorristas en todo el planeta o empresarios venezolanos que tienen sus ahorros, no saben cuándo obtendrán divisas para comprar materias primas y poder producir, vender y pagar sus compromisos. También, las empresas como Kimberly Clark se marchan porque la infraestructura no se desarrolla en Venezuela por causa de la corrupción. La población crece y no hay infraestructura. Como si se duplica o triplica la población que vive en una misma casa y para colmo los responsables ni siquiera reparan los baños cuando se dañan La respuesta del gobierno ha sido la misma que cometieron los comunistas del siglo XX, repitiendo sus errores. Acusan a los accionistas del mundo de Kimberly Clark de venir a explotar al venezolano. Ahora que ya nos explotaron, que se vayan y tomamos sus empresa 
¿Canibalismo o redención? Muchos de los que celebran las tomas de empresas y fincas por parte del gobierno del presidente Maduro, en especial los articulistas de Aporrea, en sus vidas han sembrado 1 m2 de tierra. Veremos que muchos de los que celebran más tomas de empresas debieron más bien haber propuesto la creación de nuevas empresas para competir y crear en lugar de canibalizar a las empresarios que ya invirtieron. Por qué el gobierno no creo en 17 años otra Kimberly Clark y se la entregó a los obreros.
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lunes, 6 de junio de 2016

Al Ministro de Finanzas - Venezuela -

Por Guillermo García N. 
  • Por mucho tiempo he sido un defensor y promotor del mercado de valores nacional y he trabajado en el área por muchos años, tratando de desarrollar el mercado. En los ya varios artículos que he escrito sobre el tema del mercado local y qué hacer para recuperarlo e impulsarlo, he ofrecido varias opciones para implementar y desarrollar, que permitan que el mercado de valores sobreviva y sea factor de importancia fundamental para la economía y los inversores.

  • Una característica presente en las economías de países desarrollados o en vías de alcanzarlo, es poseer un mercado de valores amplio y desarrollado. En estos países, el ahorro interno de los ciudadanos es en buena parte canalizado hacia el mercado de valores y de capitales, para que éste sirva eficientemente en la asignación de esos recursos. De esta manera el sector privado financia sus inversiones y crecimiento de mediano y largo plazo, así como también el sector público accede recursos para cubrir necesidades de financiamiento del gobierno central, municipal y estatal. Una de las fórmulas más eficientes para una democratización del capital, lo constituye el mercado de valores. Mediante la compra o cesión de acciones, los individuos tienen la oportunidad de participar en la propiedad a través de la tenencia accionaria.
  • Difícilmente hoy, puede un país mantener tasas de inversión creciente, como de desarrollo económico sostenido, sino cuenta con un mercado de valores robusto, de amplia y sólida participación. En estos países, tanto el Estado como el sector privado trabajan conjuntamente en la elaboración y promoción de leyes, normas; así como de formas de perfeccionamiento del mercado de valores que permiten su desarrollo, transparencia y seguridad.
  • En nuestro país, el  mercado de valores tiende a desaparecer si no se toman medidas urgentes, las cuales he planteado en otros artículos. Estamos extremadamente lejos de alcanzar las dimensiones y desarrollo de otros mercados latinoamericanos como los son Brasil,  Chile, Colombia, Argentina o Perú. Es mucho lo que debemos hacer para crear las condiciones necesarias para su crecimiento y desarrollo. En este sentido dentro del proceso de democratización del capital que el gobierno  puede llevar adelante y que sugiero, está la participación del venezolano común en ese proceso a través de la venta o cesión de porcentajes accionarios de empresas que están en manos del Estado, colocando porcentajes de estas acciones o unidades de inversión en la Bolsa de Valores de Caracas y la Bolsa Pública Bicentenaria. Por ejemplo, en el caso de las empresas del acero y del aluminio (Sidor, Venalum, Alcasa, Bauxiven, empresas mixtas petroleras, cementeras, telecomunicaciones, bancarias), el esquema de participación accionaria para los trabajadores y accionistas en general, es una opción que debe ser seriamente evaluada. Es totalmente factible colocar un 30 o 40% de esas acciones en el mercado de valores nacional, con particular énfasis para la inversión de pequeños y medianos inversionistas y trabajadores cajas de ahorro, fondos mutuales.
  • Otra forma apropiada y de amplitud de participación al capital, lo podrían constituir la creación de los fondos de pensiones privados. Mediante la creación de dichos fondos, éstos podrían invertir una parte de sus patrimonios en los procesos de participación accionaria puestas en el mercado de empresas de Guayana, Pdvsa (empresas mixtas donde Pdvsa tiene el 60%), del gas y petroquímica  y empresas industriales y de servicios en poder de Fogade (centrales eléctricas, hoteles e inmuebles). Si se quiere salvar al mercado de valores hay que tomar medidas urgentes. Los operadores del mercado, con el apoyo de  las bolsas  y la SNV, deben unir esfuerzos para adelantar estrategias conjuntas que permitan lograr los siguientes objetivos y acciones: La captación de nuevas empresas a la pizarra de cotización de la bolsa; la inclusión de pequeñas y medianas empresas con requerimientos de entrada y de costos más flexibles; la creación de nuevos instrumentos de inversión, tanto de renta variable (acciones) como de renta fija (bonos) que permitan atraer inversionistas; así como fomentar la creación de nuevas alternativas de inversión como fondos inmobiliarios, titularizaciones, fondos de índices, fondos mutuales, fondos de pensiones y la negociación de títulos de deuda  pública a los, operadores autorizados de valores , incluidos la negociación de los strips (cupones de interés).  En cuanto a los títulos públicos, he promovido desde hace ya tiempo la implementación y establecimiento de negociación de títulos valores públicos denominados en dólares (Venedólar) en la bolsa, para darle transparencia, aumentar la oferta de dólares al mercado y buscar alternativas de obtención de divisas para las importaciones fuera de Dipro a través del Venedólar. 
  • Está en sus manos ministro impulsar el mercado y situarlo donde siempre debió estar, y a la par de Latinoamérica.
  • Asesor Financiero
  • Candidato AMDP Harvard University

domingo, 7 de febrero de 2016

En rescate del Banco Central de Venezuela

Por José Vicente Rodríguez Aznar - El Universal - 07/2/2016

En la Gaceta Oficial de los días 28, 29 y 30 de diciembre fueron publicadas 40 leyes, de las cuales 17 corresponden a las sancionadas por el presidente Maduro en uso de la Ley Habilitante que fenecía el día 31 de ese mes. Es obvio que ellas fueron aprobadas y publicadas de prisa por el presidente de la República antes que cinco días después se instalara la nueva Asamblea Nacional con amplia mayoría de la oposición.

Entre esas modificaciones están las de la Ley del Banco Central de Venezuela. Como economista conocedor de las que fueron virtudes del Banco Central de Venezuela, no puedo dejar de referirme al caso del instituto como lo he hecho en anteriores artículos en El Universal

El Banco Central de Venezuela desde su creación y por varias décadas, fue reconocido por su objetividad, profesionalidad, imparcialidad y veracidad de sus informaciones. Sin embargo, buena parte de estos atributos han disminuido notablemente en los últimos años debido a la sumisión de su directorio a los dictados de los presidentes Chávez y Maduro.

Varias veces hemos criticado la conducta del directorio por haber convertido al instituto en agente generador de la alta inflación que sufrimos todos los venezolanos, contrariando una de sus funciones básicas como es la de proteger la estabilidad de precios. Igualmente hemos criticado en 2015 el ocultamiento a la opinión pública de las tasas mensuales de inflación, el comportamiento del PIB y los índices de escasez y de desabastecimiento que venía publicando en el pasado. 

En esta oportunidad, solo comentaremos algunas de las modificaciones a la ley del Banco Central de Venezuela efectuadas por el presidente Maduro, las cuales cercenan aún más la ya deteriorada autonomía del instituto emisor al concentrar en el presidente de la República funciones que antes le correspondían a la Asamblea.

En primer lugar, el presidente de la República nombrará al presidente del BCV sin la ratificación previa de la Asamblea, como era antes. 

También designará a todos los miembros del directorio, eliminando la facultad que tenía la Asamblea Nacional de nombrar a dos de ellos. 

De esta forma, estos funcionarios pasan a ser subordinados directos del presidente de la República, condicionando así su independencia de criterio y opinión. 

En segundo término, el Banco Central de Venezuela mantiene como funciones básicas, como debe ser, la estabilidad de precios y preservar el valor de la moneda. Estas son responsabilidades totalmente incumplidas por el actual directorio, sin embargo, a pesar de ello, el Presidente Maduro los ha ratificado en sus puestos. Además en cuanto a la administración de las reservas internacionales, permite que otras instituciones públicas reciban y administren directamente divisas del exterior, lo cual es contraproducente. 

En tercer lugar, la nueva ley establece que cuando el Ejecutivo Nacional determine que existan amenazas a la seguridad nacional o a la estabilidad económica del país, el directorio del Banco Central de Venezuela calificará las informaciones de secretas o confidenciales, dejando de publicarlas. Quizás por ello, anticipándose a esta reforma legal, el Banco Central de Venezuela no publicó en 2015 los datos antes mencionados, pero no porque existiera amenaza a la seguridad o estabilidad económica.

Varios diputados ya han expresado la decisión de modificar la Ley del Banco Central de Venezuela con el propósito de recuperar la autonomía que debe tener el instituto para el cumplimiento cabal de sus obligaciones y responsabilidades constitucionales y también el respeto a las tareas de sus funcionarios.

josevicenterodriguez.aznar@gmail.com

miércoles, 27 de enero de 2016

Sin dólar preferencial

Por Alejandro J. Sucre - El Universal - Venezuela - 24 de enero de 2016

Pedir u ofrecer dólares preferenciales dejó de ser una opción. El flujo de caja operativo de Pdvsa en dólares no alcanza. 

Para evitar una crisis humanitaria, el gobierno debe implementar urgentemente la apertura de un mercado cambiario libre. Esto encarecerá los precios. Por lo que se requieren medidas complementarias para reducir las terapias de shock. 

Para salir de una economía subsidiada y reducir las terapias de shock hay que gerenciar la oferta monetaria y el gasto fiscal de manera muy creativa y eficaz de manera de lograr un mercado cambiario libre y sostenible y a la vez una economía expansiva, aun bajo la presión de la repatriación de capitales reprimidos en las empresas transnacionales. Cabe destacar que en los últimos 55 años, sólo los gobiernos de Betancourt y de Leoni aplicaron en mayor proporción las medidas complementarias que enunciaremos y, como resultado, tuvimos en los años sesenta el país con uno de las tasas de crecimiento más altas del mundo, sin inflación y un mercado cambiario libre. 

Las medidas complementarias 

1.A.- Hacer que las empresas del Estado sean eficientes y además licitar las reservas mineras y otros activos improductivos en manos del Estado. Financiar empresas del Estado y ministerios ineficientes con créditos adicionales y dinero inorgánico, en lugar de corregir sus fallas, es un espejismo; es como lanzar desde un helicóptero billetes como papelillos para que la gente vaya a comprar lo que nadie ha producido. De ahí vienen las colas y la inflación. 

Adicionalmente, para rescatar las empresas del Estado que requieran capital fresco, el gobierno debe reconsiderar nuevos tipos de privatizaciones o asociaciones mixtas con empresarios y trabajadores; más efectivos que las comunas.

Aplicando leyes antimonopolio, se puede evitar que las empresas del Estado que requieran capital privado deriven en monopolios privados como en los noventa (que aunque mejoraron los servicios, cobraban tarifas mas altas que en otros países y frenaban el desarrollo de otros sectores). También se puede lograr que las privatizaciones o asociaciones mixtas sean a su vez más incluyentes que las comunas si el capital se abre también a las cajas de ahorros de trabajadores vía mercados de valores. 

1.B.- Licitar transparentemente las contrataciones de los entes del Estado de manera de lograr que el gasto público sea eficiente y pertinente. 

1.C.- Rescatar al funcionario público. Implantar un sistema de licitaciones transparente y mejorar el resultado de las empresas del Estado depende del desempeño de nuestros funcionarios públicos. A ellos hay que ponerles metas claras, sistemas de compensación por los logros individuales y en equipo y una eficaz contraloría. 

1.D.- No usar la devaluación como ingreso fiscal. La expansión en la productividad debe venir de las eficiencias obtenidas en los entes del Estado y por el sector privado. Cubrir déficit emitiendo dinero inorgánico hace inviable todo sistema cambiario y al mismo país. 

2.- Eliminar el control de precios. Para los especuladores la medicina a aplicar es la ley antimonopolios y no los controles de precios que burocratizan. La especulación puede aumentar los precios una vez y en algunos sectores, pero no continuamente en todos los sectores. Solo el dinero inorgánico aumenta los precios continuamente en todos los sectores y genera inflación. 

3.- Aplicar por igual las leyes antimonopólicas a las empresas del Estado. Permitir a la empresa privada competir con el sector público en todos los sectores. Así no habrán privilegiados ni rezagos burocráticos.

4.- Otras medidas anti-shocks: el gobierno podría mantener un dólar preferencial muy limitado y posponer el tema de la gasolina hasta que los sueldos suban. También podría reestructurar las deudas, canjearlas por activos y hasta acudir a organismos internacionales para fortalecer las reservas. Los socialistas como Tsipras en Grecia lo hicieron.

5.- Mantener las misiones y actualizarlas con profesionales venezolanos. También hay que reducir la delincuencia, mejorar a los profesores y médicos para que la gente pueda aprender, trabajar e invertir. 

lunes, 31 de agosto de 2015

Por una vivienda

En el primer semestre de 2015 se duplicaron los precios de las viviendas en la Gran Caracas.       Por Francisco Olivares - El Universal - Caracas - 30/08/2015  


El propósito de obtener una vivienda propia para una familia de clase media en Venezuela, ha pasado de ser un plan de vida tangible, a un sueño casi inviable para un alto porcentaje de esa población. En enero del año 2015, el promedio del costo del metro cuadrado de una vivienda en el Área Metropolitana de Caracas era de 252.851 bolívares y para junio de este año alcanzaba a 603.368 bolívares, un aumento superior a 100%. 

Esto quiere decir, que el promedio del costo de las viviendas que están en oferta en la Gran Caracas, es de 60 millones de bolívares. El estimado corresponde a las cifras promedio que maneja la Cámara Inmobiliaria Metropolitana de acuerdo a la oferta que existe en el mercado inmobiliario durante el primer semestre de 2015. Un apartamento en la parroquia La Candelaria puede costar aproximadamente entre 40 a 50 millones de bolívares, mientras en urbanizaciones del este, entre 200 y 600 millones, en tanto que otras opciones de mayor nivel, que no se publican, se tasan en dólares.

En el marco de las distorsiones que se han generado en la economía venezolana, la situación de la vivienda registra una serie de factores que hacen muy compleja esta área fundamental para el desarrollo de las ciudades. Aquiles Martini, quien hasta hace poco presidió la Cámara Inmobiliaria y actualmente encabeza la Comisión de Infraestructura y Vivienda de Fedecámaras, identifica una serie de aspectos que han generado la actual situación en los que se suman: la alta inflación, escasez de materias primas, leyes que limitan la inversión inmobiliaria, el déficit en la construcción de viviendas, falta de planificación urbana y las intervenciones sobre promotores y constructores

Un elemento que contribuye a la poca oferta de inmuebles, ha sido también la Ley de Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda aprobada en 2011. En 1998 las viviendas en alquiler representaban 30% de la demanda residencial, mientras que en 2015 es menos de 1%, según cifras que maneja la Asociación de Propietarios de Inmuebles. En la actualidad se procesan 45 mil juicios de inquilinato y 11 mil procedimientos administrativos, la mayoría de las causas es por incumplimiento de pago de los inquilinos y la negativa a abandonar el inmueble. Vale destacar que 65% de los inmuebles de vivienda arrendados en la actualidad se encuentran en sectores populares. 

El déficit

Las necesidades habitacionales, cuando se inicia el gobierno bolivariano en 1999 era de un millón 900 mil viviendas. A partir de 2009, con el programa Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), el déficit llegaba a 2 millones 700 mil viviendas, mientras que para 2015 está llegando a 2 millones 900 mil viviendas. Ese déficit se incrementó, a pesar del gran volumen de unidades construidas entre 2011 y 2014 por el sector público a partir de la GMVV. 

Según explica Martini, al déficit que se arrastraba se le suman las necesidades de nuevas viviendas que se generan por el crecimiento anual de la población en el país que demanda de 120 unidades nuevas por año.

De acuerdo a las cifras oficiales recopiladas por la CIV, basadas en los informes del BCV, INE y Cámara de la Construcción, entre 2011 y 2015, se construyeron en Venezuela 718.414 viviendas. Hay que destacar que ese monto significativo por el aporte de las viviendas construidas por GMVV, incluye lo aportado por el sector privado.

Sin embargo, precisa Aquiles Martini, que a las cifras que ofrece el BCV sobre construcción de viviendas, se fue modificando a partir de 2009 y a la data se le agregaron las viviendas remodeladas que forman parte de programas sociales como Barrio Tricolor, sustitución de ranchos por casas, programas manejados por los Consejos Comunales, con la data que aportan esos organismos. De tal manera que en la cifra no se discrimina ese tipo de programas de aquellas que son realmente nuevas viviendas.

Las estimaciones para obtener la cifra real de nuevas viviendas, de acuerdo a cálculos de la CIV, habría que restar aproximadamente dos terceras partes de la cifra total, lo cual reduciría la cifra en 400 mil viviendas aproximadamente.

Sector privado 

La Cámara Inmobiliaria registra 18 trimestres consecutivos de caída en la construcción de viviendas nuevas del sector privado. De cerca de 70 mil viviendas que construía el sector privado en promedio en años anteriores, en 2014 apenas se lograron construir 15 mil viviendas. Explica Martini que además hay que tomar en cuenta que muchos de los urbanismos que se suman a las viviendas construidas en ese año, ya habían sido desarrolladas en años anteriores y sostiene que en 2015 la cifra de construcción privada será aún más baja. De acuerdo a los registros de la Cámara de la Construcción, la caída del sector en el primer semestre de 2015 es de 25%.

Al revisar los números de la GMVV también se observa una caída a partir de 2014 cuando se construyeron 126 mil unidades (público y privado) mientras en lo que va de 2015 la producción hasta el 28 de julio era de 44.293 viviendas, sumando ambos sectores.

A juicio de Aquiles Martini uno de los factores que generó esta caída en el sector privado, además de la falta de materias primas como la cabilla que proviene de Sidor y el cemento, cuya producción igualmente está en manos del Gobierno, han sido las intervenciones de los proyectos privados y las leyes regulatorias.

Una de estas leyes, la Ley contra la Estafa Inmobiliaria aprobada en 2012, según opina el especialista, parte de la mala fe hacia el promotor y el constructor y contiene una serie de enunciados que hacen inviable la construcción de viviendas. Esta ley regula toda la aparte de construcción de viviendas, los precios, las fórmulas en que se pide el dinero, y hace al constructor el responsable penal de los retrasos que puedan ocurrir, así por ejemplo, tengan su origen en la falta de insumos. 

Según la CIV la falta de insumos también está vinculada a la caída de la producción que ha afectado a Sidor, que de 4,5 millones de toneladas que producía en 2008 cuando no había sido estatizada por el Gobierno, en 214 se reportó una producción de un millón de toneladas, y este año está reportando una caída mayor. Esa caída también ha afectado la producción del sector público.

Precios tope

Otro aspecto que destaca Martini es que se le puso un techo al valor de la vivienda que el Gobierno le reconoce al sector privado, por ejemplo, en el plan "0800 mi hogar" se establece un tope de una banda que va desde 747 mil bolívares hasta un millón 250 mil bolívares. "Obviamente que construir a esos precios a la realidad de hoy resulta inviable" señala. 

Para explicarlo, Martini pone como ejemplo que un ascensor que se calculó a 6,30 por dólar ahora hay que pagarlo a precio del mercado paralelo. Una cabilla que está regulada en 10 bolívares el kilo ahora hay que pagarla en el mercado negro en 10 a 15 veces más del valor regulado. Lo mismo sucede con el cemento, con los componentes para el baño, con los cables, tuberías etc. 

Aún así, partiendo de que existiese una vivienda a un costo de un millón de bolívares, según los precios del Gobierno, un comprador con ingresos medio, podría obtener un crédito máximo de 500 mil bolívares, pero entonces tendría que poner de su bolsillo otros 500 mil bolívares, precisa Martini. 

El tope máximo que presta la banca pública a través de los fondos propios de la cartera de la banca son 3 millones de bolívares. Pero el solicitante debe ganar 15 salarios mínimos, esto es 120 mil bolívares mensuales, y solamente 2% de la población tiene ese salario, según el INE. 

"La vivienda tiene un precio referencial y es el activo más importante de la familia venezolana y la tiende a valorizar o bien en moneda extranjera que hoy es legal o en su valor de reposición. Entonces nadie va a vender su casa en un bolívar si la nueva le va a costar tres bolívares".

Expropiaciones 

El domingo 31 de octubre de 2010, a través del programa "Aló Presidente", el fallecido presidente Hugo Chávez anunció la expropiación de varios urbanismos privados en todo el país que se encontraban en proceso de construcción y preventa. Un informe elaborado por el investigador y experto en políticas públicas en materia de vivienda, Miguel Méndez Rodulfo, explica en un informe elaborado sobre ese proceso expropiatorio que "mediante varios decretos, emitidos en noviembre y diciembre de ese año, se fueron afectando, primero los urbanismos denunciados en la alocución presidencial y luego otros conjuntos, hasta que finalmente sumaron 57 desarrollos los que fueron objeto de esta medida".

"La expropiación comprendió medidas de ocupación temporal de las sedes administrativas de las empresas y multa de 5.000 unidades tributarias. En los hechos, la expropiación significó la confiscación de los lotes de terrenos, edificios de viviendas, áreas comunes, almacenes, depósitos, oficinas, maquinarias, materiales, equipos y vehículos, cualesquiera otros bienes muebles o inmuebles, maquinarias, equipos industriales y de oficina, implementos de trabajo y otros materiales dispuestos para la construcción del desarrollo mencionado" indica el informe del especialista.

Uno de los argumentos expuestos por el Presidente Chávez, era que: "Esos desarrollos están paralizados y la gente ya pagó, ahora nosotros expropiamos, vamos a terminarla, vamos a readecuar los precios, vamos a multar estas empresas y vamos a entregarlas". En su intervención expresó: "Ordené a la Fiscalía General de la República, para que actúe de inmediato contra las empresas involucradas en las estafas, congele cualquier bien o cuenta bancaria, para evitar su movilización y garantizar que las personas que han depositado sus recursos puedan recuperar su dinero".

El informe de Méndez indica que la mayoría de los urbanismos estaban avanzados en 75% y los compradores de esos conjuntos habrían de esperar al menos un año y medio para finalmente recibir su vivienda. 

En junio de 2014, muchos propietarios de la clase media y media-baja, con opción para adquirir vivienda en los urbanismos intervenidos, entre 2010 y 2013, introdujeron un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia solicitando la acción de nulidad de la Resolución 061. Dicha resolución afectó a 20 mil familias de todo el país. Actualmente se espera el dictamen del TSJ, indica el informe.

domingo, 10 de mayo de 2015

Deterioro del bolívar + inflación = Pobreza

Por Guillermo García N.- El Universal - 10/05/2015. 

En materia cambiaria, Venezuela ha experimentado una amplia gama de políticas, buscando corregir las presiones al alza en el precio del dólar. Luego de la maxidevaluación de 1983 (Viernes Negro), tras varios años de fuga de capitales y de un tipo de cambio fijo, se establece un régimen en el que coexistían tres tipos de cambio: dos de ellos para importaciones prioritarias y pagos de deuda y un tercero libre, lo que introdujo una serie de distorsiones en el mercado cambiario.

El régimen de crawling peg, que fuera adoptado en octubre de 1992 con el fin de frenar la tendencia especulativa que había generado la liberación cambiaria de 1989 en un clima de fuertes presiones inflacionarias y expectativas de devaluación y que consistía en pequeños ajustes (entre 10 y 15 céntimos diarios) sucesivas anunciadas en función del diferencial inflacionario, fue sustituido el 29 de abril de 1994 por un esquema de subastas que entró en operación el 4 de mayo, partiendo con un TC de 118,2 bolívares por dólar.

El nuevo esquema, también de subasta, permitía que el precio del mercado paralelo fuese el marcador para la cotización de divisas, sobreviniendo una rápida y acentuada devaluación del TC, que llevó el precio de la divisa más allá de los 200 bolívares por dólar. Ante estas circunstancias el gobierno, luego de intentar intervenir en el mercado expandiendo la oferta de dólares con lo que logró reducir el precio del dólar a 180 bolívares, se vio obligado a establecer de facto un control de cambios y fijar el TC en 170 bolívares, circunstancia que se mantuvo hasta diciembre de 1995 cuando el bolívar fue objeto de una nueva devaluación, esta vez a 290 Bs./$. En 1996, se deja al tipo de cambio fluctuar dentro de una banda, alcanzando ese mismo año el techo de la misma y manteniéndose esta presión alcista hasta 2015.

Como vemos los controles de cambio han llevado que el valor intrínseco del bolívar se haya pulverizado, generando cada día mayor presión sobre la tasa de tipo de cambio y en la desconfianza del bolívar como moneda de reserva, ahorro y patrimonio, lo que genera a su vez mayor presión sobre la moneda, creando un círculo vicioso de mayor devaluación y mayor inflación y perdida de la confianza. Resultado: empobrecimiento brutal de la población más vulnerable, reducción del poder de compra del salario, inflación galopante y desmejora de la calidad de vida de las mayorías.

¿Cuáles han sido las consecuencias de estas malas políticas?
¡Pobreza! El incremento de la pobreza en los últimos años es consecuencia, entre otros factores:
• Brutal devaluación del bolívar, pasando de 1,9 bolívares por dólar en  2003 a 275,00 bolívares por dólar actualmente (devaluación de 13.859%).
• La brecha cambiaria entre el dólar oficial, a 6,30 bolívares, (absurdo) y el tipo de cambio paralelo de 275 bolívares por dólar (absurdo) pasa de 4.000% de diferencia. Arbitraje fenomenal que crea corrupción y sobrefacturación.
• Del aumento generalizado y continuo de los precios de los bienes y servicios, el proceso inflacionario incide en la pérdida del poder adquisitivo del salario real, y en la capacidad de compra del ingreso, en especial en los componentes de la canasta básica, repercutiendo en los más pobres. Ya la economía venezolana se encuentra con una inflación de tres dígitos. El indicador subyacente (oculta en los subsidios a los alimentos y el control de precios) alcanza 176%.

Salario mínimo en términos de US$
Con el nuevo aumento del 30% equivalente a Bs. 1.686,72 el sueldo mínimo pasa de Bs. 5.622,48 a Bs. 7.309,20. Si lo calculamos al precio del mercado paralelo Bs.275 por dólar, el sueldo mínimo en Venezuela es de US$ 26,57. Es bueno resaltar que el salario mínimo en Cuba es de US$ 19,00 dólares y en Ecuador el salario mínimo es de US$ 354,00 más otros complementos.

Dolarizar en Venezuela una alternativa
La dolarización plena en Venezuela para lograr definitivamente un quiebre total de las expectativas de devaluaciones futuras del bolívar, eliminar la desconfianza y abatir la inflación a un dígito en el mediano plazo, mejorando la calidad de vida de los venezolanos.

Beneficios
Estabilización y reducción de la inflación a niveles internacionales de un dígito
Bajas tasas de interés y con ello mayor acceso a los capitales.
Eliminación de riesgo de emitir dinero sin respaldo lo que provocaba altos índices inflacionarios.
Se descarta cualquier influencia política en el manejo monetario y fiscal del país.
Credibilidad en el esquema monetario y en consecuencia atracción de capitales extranjeros (inversión directa).
Mayor integración a mercados internacionales, de capitales y valores atrayendo inversión foránea de portafolio
La dolarización, no es la fórmula mágica para resolver los problemas económicos del país, pero logrará, a corto plazo, una estabilidad monetaria que incluye una reducción drástica de la inflación a nivel de un dígito, tasas de interés bajas, y de la incertidumbre para invertir.

Asesor Financiero
Candidato AMDP Harvard University


sábado, 21 de febrero de 2015

Nación solvente arruinada por Estado incompetente

Por Gumersindo Rodríguez - El Nacional - 21/2/2015
La brusca caída de los precios del petróleo agrava problema del déficit de las cuentas fiscales internas y de las cuentas de la balanza de pagos de Venezuela. El  impacto de estos desequilibrios influye en la formación de las expectativas racionales  de los principales acreedores del Estado Venezolano
La incertidumbre lógica que la falta de liquidez gubernamental en el corto plazo  impida el pago puntual del principal y de los intereses de sus acreencias -según lo pautado en los respectivos contratos de financiamiento-,se conjuga con la manifiesta incompetencia de los dirigentes públicos de la economía para proteger los valores del patrimonio productivo del Estado  como la base de la garantía  para honrar sus obligaciones externas a mediano y largo plazo. En estas condiciones la crisis de liquidez  genera expectativas racionales de insolvencia pública. Esto significa que para entender cabalmente la gravedad de tal problema, debe considerarse al mismo tiempo el déficit de la credibilidad  externa de las autoridades fiscales y monetarias  que convirtieron una copiosa abundancia de medios externos de pago en una escalofriante escasez cuyos efectos sufren  dentro del país   las mayorías  consumidoras  en interminables colas para comprar alimentos en medio de la represión de soldados, policías y de los miembros de los “colectivos” socialistas.
Esta situación se presenta mas compleja en este momento en que  los precios  del petróleo han  bajado a mas de la mitad de las recientes previsiones de Bank of America-Merril Lynch  y el país entra en el umbral de de una crisis en la que inicialmente el sector público tendría-según Bank of America-Merryl Lynch “un déficit externo de $ 7 mil millones” y debería cancelar $ 6.0bn en la amortización de  la deuda externa.
A la luz de un análisis del contexto de la economía política de las finanzas venezolanas, en este momento las bases de apoyo social del gobierno se están derrumbando bajo el peso creciente de las consecuencias del ajuste impuesto a partir de 2012 que si bien han producido los resultados fiscales y cambiarios registrados por las instituciones  financieras mencionadas, han minado también las bases de apoyo social, civil y militar de un gobierno cuya gestión administrativa rechaza mas de las cuatro  quintas partes de la opinión publica. En estas condiciones, los mismos banqueros norteamericanos dudan de la viabilidad racional de que “las autoridades  consideren no pagar  la deuda internacional, y correr los riesgos del embargo de bienes externos y de los envíos de petróleo, así como la probable reducción en la financiación de proyectos de Pdvsa. Ello impondría costos graves a corto plazo que hacen  improbable que sea una elección racional frente a estos desfavorables precios del petróleo.”
En  la hipótesis  de que la magnitud de los recursos financieros externos del Estado existentes bajo el control de diferentes entes fueran consolidados en una sola cuenta desde la cual se atenderían prioritariamente los pagos de las obligaciones financieras gubernamentales, a medida que sigan descendiendo los precios del petróleo y se incrementen los gastos de contención de la protesta-importaciones de bienes esenciales de consumo, subsidios y sobornos sociales, inversiones político electorales, gastos en personal represivo, equipamiento militar-policial, etc.-,tendera a prevalecer- sobre los pagos del servicio de la deuda-  las prioridades de las erogaciones presupuestarias  relacionadas con la  propia seguridad y estabilidad gubernamental -manipulaciones electorales de corto plazo para mantenerse en el poder, planes improductivos para  crear empleos temporales, etc.
Es también previsible  que  la existencia de la liquidez internacional  que el Gobierno asigne  para cubrir el servicio de las deudas pendientes no garantice  que a los acreedores se les cancelara el capital y los intereses en la secuencia establecida en los contratos respectivos. En la trama cleptocrática existente, el retardo de estos pagos podrá obligarlos a vender sus acreencias -con descuentos sustanciales-  a terceros  enchufados a quienes se les pagara a su valor facial  en beneficios del entorno cleptocrático. En lo referente a la disponibilidad  oficial  para pagar a su vencimiento el servicio de la deuda publica externa, debería certificarse por instituciones financieras autorizadas-Fondo Monetario Internacional, Banco de Transacciones Internacionales (Banco de Basilea),la existencia física en el caso de las reservas de oro y la localización de su custodia ,y especificarse las tenencias de dinero (depósitos  y certificados de depósitos bancarios, instrumentos públicos y privados de inversión, etc.)  y su grado de convertibilidad en liquidez  aceptable como de pago del servicio de las deudas respectivas. Habría que determinar también si estos activos no han sido previamente comprometidos  como garantía colateral para el pago de otras deudas foráneas por razones estratégicas y geopolíticas conectadas con el interés de la cleptocracia gobernante y de su entorno privado .
Un  conducción  diferente de los asuntos económicos del Estado por un Gobierno que no cargue con el creciente déficit de credibilidad política, financiera y ética del que actualmente nos rige, podría contar con parte sustancial de la cuantiosa riqueza financiera externa privada de los residentes venezolanos-cercana a los 500.000 millones de dólares-colocada en los principales mercados  monetarios y de capitales del mundo industrializado, que representan  cerca 20 veces el monto de las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela; casi cuarenta veces el monto de los pagos que habría que desembolsar ahora para superar el riesgo de un  default y una situación  de insolvencia crónica del Estado; casi una tercera parte de las reservas estatales de la monarquía saudita; y mas de la mitad del correspondiente fondo de reservas del Gobierno de Noruega.
Sobre la base del inmenso patrimonio productivo del Estado Venezolano –compuesto por sus reservas de petróleo y gas, carbón, hierro, bauxita, oro y empresas de alto potencial de rentabilidad en hidroelectrificación, siderometalurgia, petroquímica, transporte y comunicaciones, etc- las autoridades fiscales podrían emitir obligaciones  indexadas para proteger a largo plazo su valor real en moneda nacional y en moneda internacional-al mismo tiempo que estimularía las inversiones privadas en las actividades productoras de bienes transables exportables y sustitutivos de importaciones en aquellos sectores que procesen –“aguas abajo”-los insumos que –“aguas arriba”-producen los complejos industriales públicos.
La mayoría de los residentes venezolanos- tenedores de esta cuantiosa masa de reservas internacionales privadas- desde un punto de vista sociocultural  y regidos por un gobierno menos irracional y menos atrabiliario, respetuoso de su libertad y de sus legítimos derechos sociales y económicos, preferirían disfrutar de los beneficios de sus fortunas dentro del país donde están históricamente arraigados con su lengua, su cultura, su familia y sus tradiciones y donde el potencial de rendimiento de sus activos podría ser, en términos reales, considerablemente mas elevado que el que  actualmente realizan en los mercados financieros internacionales.

*Ministro de Cordiplan y jefe del Gabinete Económico del Consejo
de  Ministros del Primer Gobierno de  Carlos Andrés Pérez.1974-1977

jueves, 11 de diciembre de 2014

El dólar en los países socialistas

Por Tomás Straka - El Nacional Web - 11 de diciembre de 2014
Una amiga acaba de publicar en Facebook sus penurias para conseguir un pasaje que le permita viajar al exterior. Aparentemente, en ninguno de los sitios a los que ha ido (y la conozco bien: deben haber sido todos, porque si algo la caracteriza es su perseverancia) pudieron venderle uno… es decir, uno en bolívares. Si contara con los dólares suficientes para comprarlo con una tarjeta de un banco extranjero o alguna forma de hacer una transferencia, la situación sería muy distinta. Pero ganando, como ganamos casi todos en Venezuela, en la moneda local, su situación se aproxima bastante al aislamiento. No hace falta decir que su caso no es excepcional porque, al menos en ese segmento de la sociedad venezolana que viaja (o que al menos aspira a hacerlo), todos hemos oído o vivido situaciones similares. Se trata de un fenómeno más amplio, que ni remotamente ocurre por primera vez en la historia. De hecho, es uno que estructuralmente ha aparecido en prácticamente todas las sociedades en las que se han ensayado economías fuertemente estatizadas al estilo soviético, incluso en sus versiones light, como la nuestra: eso que a falta de otro nombre podríamos llamar la “dolarización socialista” o la “paradoja del dólar socialista”.
En efecto, con los pasajes, como con tantas otras cosas (los repuestos, un carro nuevo, el gusto de escoger la afeitadora de tu preferencia, la medicina que necesita tu mamá, la muñeca que tu hija vio en la televisión y pidió para Navidad) el dólar ha marcado una división tajante en nuestra sociedad. Como vemos no se trata de algo restringido a la clase media y profesional, cosa que siempre le ha dado un amplio margen de acción al gobierno cuando de divisas para viajeros y líneas aéreas se trata (¿cuántos realmente se sienten afectados por eso?). Es algo que en realidad toca a todos, más allá de que no sea hasta ahora que lo empiezan a sentir aquellos que normalmente no tienen relación inmediata con la divisa y que con toda seguridad sentirán cada vez más, sobre todo si el precio del dólar sigue avanzando como lo está haciendo, con la velocidad del marcador de un surtidor de combustible. Precisamente cuando con más vehemencia nos hemos declarado independientes del imperio y libres de la explotación capitalista, los venezolanos estamos más pendientes que nunca del símbolo por excelencia de ese capitalismo y de ese imperialismo: los billetes verdes que desde los acuerdos de Bretton Woods (1944)  dirigen al mundo.
Así fue en casi todos los países del bloque soviético. Tanto que incluso llegaron a legalizar esta dependencia (y la subsecuente división de la sociedad) fundamentada en una moneda dura del capitalismo. El caso de la República Democrática Alemana con las Intershops, tiendas en las que se vendía mercancía occidental en marcos también occidentales, es un ejemplo notable. Primero, porque estaban destinadas solo a visitantes del exterior (básicamente personas de la República Federal que iban a visitar familiares) con el objetivo de obtener la mayor cantidad de divisas convertibles posibles. Los germanorientales no podían comprar en ellas ni, de hecho, poseer marcos occidentales (los únicos aceptados en aquellos lugares). De esa manera, el “gobierno del pueblo” legalizaba un sistema tan odioso como el de los carteles de los “No tresspasing” de nuestros campos petroleros, que les impedían a los venezolanos, en Venezuela, acceder a la vida de los gringos, en especial sus bien surtidos comisariatos… La demolición de esos carteles fue uno de nuestros grandes triunfos, y en ella se empeñaron, con grados distintos, todos los gobiernos de López Contreras en adelante. La Intershop era, por el contrario, la consagración de estas formas de segregación. Y además una que pronto se haría más profunda: como, de todos modos, por mil maneras distintas llegaban remesas a Alemania Oriental por parte de familiares desde Occidente, se creó un potencial mercado interno para las tiendas que el gobierno, siempre en aprietos, terminó por admitir. Así, aunque la posesión de monedas occidentales seguía siendo ilegal, quien se las arreglara para tenerlas podía comprar unos anhelados jeans, perfumes o chocolates vedados para el resto de la población.  
Si esta situación llegó a ser odiosa en la Alemania Oriental, cuya economía estaba en condiciones de satisfacer las necesidades básicas de convertir a casi toda su población es la clase media mejor alimentada y educada de Europa oriental, hay que pensar cómo podría serlo en países con economías menos exitosas como la norcoreana, la búlgara o la cubana. Bulgaria, por ejemplo, fue uno de los grandes centros de mercado negro y mercancía pirata Europa oriental, con la mirada más o menos complaciente del Estado; mientras Corea del Norte no solo ha reproducido, aunque en menor escala, el modelo de las Intershops, sino que permite un mercado negro en el que se provee todo aquel que tiene acceso a dólares y euros. El caso cubano, durante el Período Especial que arrancó en 1991, es probablemente el más famoso: dejando atrás la retórica del Che Guevara en sus días de presidente del Banco Central y su Resolución 140, de 1961, en la que se penaliza la posesión de dólares (o lo que es lo mismo, se eliminaba al viejo peso cubano que tenía paridad de uno a uno con la moneda estadounidense), se pasó con armas y bagajes a la dolarización. No es que antes no hicieran falta los dólares para conseguir cosas en el mercado negro, es que a partir de entonces se permitió su libre circulación junto al peso haciendo legal lo que antes estaba oculto: que había dos clases de ciudadanos, los que recibían dólares de sus familiares en Florida (como los alemanes que los recibían de Occidente y los norcoreanos que los reciben de Corea del Sur) y por eso tenían acceso a un mundo de bienes y oportunidades, y los que solo podían contar con los pesos de sus sueldos. El desarrollo de la industria turística amplió aún más la brecha entre los unos, ahora también guías, taxistas y pequeños comerciantes que cobran en dólares, y los otros.
En todos los casos la situación terminó siendo insostenible. En unos, como en Alemania Oriental, simplemente se desplomó el sistema. En otros, la brecha entre el precio de la moneda en el mercado negro y el oficial llegó a ser tan grande, que no quedó otra alternativa que la convergencia de los tipos de cambio, con todo lo que eso implica cuando hay distorsiones tan grandes (quienes no tienen acceso a los dólares, terminan empobreciéndose aún más, al menos al principio). Para 2001, por ejemplo, la tasa oficial del won norcoreano era de 143,07 por dólar, mientras en el mercado paralelo era de uno 570, lo cual a su vez se traducía en un problema de hiperinflación que golpeó enormemente a sus ciudadanos. No solo la comida o la ropa subieron de forma vertiginosa: conseguir un pasaporte falsificado o simplemente la complicidad para escapar del país ha llegado costar, según diversas fuentes, unos 10.000 dólares. Al gobierno norcoreano no le quedó otra alternativa que flexibilizar el mercado hacia una forma de dualidad cambiaria. Después de la reconversión de 2009, la mayor parte de las tiendas aceptan euros, yenes y dólares. Otro tanto pasa con Cuba. Probablemente sorprenda a la mayor parte de los venezolanos el que la isla también esté bajo un régimen de dualidad monetaria desde 1993 (emblemáticamente, gracias a otro Decreto 140). Primero se permitió la circulación del dólar y el peso, para después agregarle, en 1994, otra moneda: el Peso Cubano Convertible (CUC). Así, aunque aún hay grandes diferencias entre los que acceden solo a los pesos viejos con los que ganan en dólares o CUC, la realidad es que el cubano promedio que el día de hoy quiere salir de la isla solo tiene que ir a una agencia de viajes, comprar su boleto y cambiar sus CUC en un banco o agencia de viajes. Dentro de la paradoja del dólar socialista, Venezuela está más cerca de la Cuba o la Corea del Norte de los años setenta, que de las actuales.
Por supuesto, en esto hay especificidades que tomar en cuenta. Una economía como la venezolana, que desde la década de 1920 vive de la renta en dólares que produce el petróleo, nos sujeta a los vaivenes de esta divisa desde mucho antes de la revolución bolivariana. Los episodios del Acuerdo Tinoco (1934), la Centralización de Cambios (1938) y los controles de cambio de 1941, 1960-1964, 1983-1989 y 1994-1996, así lo demuestran.    No obstante, tanto por su duración como por su severidad, así como por el contexto de las políticas económicas en que se desarrolla, el actual sistema cambiario se distingue de los anteriores. Lo que está pasando con los pasajes (y con los carros, los repuestos, las  medicinas, las afeitadoras y casi todo lo demás que, el que puede, busca afuera) nunca había ocurrido con la misma intensidad. El control de cambios, digamos, clásico, siempre fue visto como una medida transitoria, de emergencia, y no como una pieza del control estatal sobre la economía con el objetivo de transitar hacia el socialismo.   Por lo mismo, tampoco era parte de una política de estatización que genere grandes incentivos para el mercado negro, como la escasez y el surgimiento de una clase de funcionarios lo suficientemente poderosos para manejarlo.
Probablemente la amiga consiga finalmente un pasaje. Si lo hace y su destino es un país capitalista, acaso uno sometido al imperialismo, podrá apreciar la paradoja de la dolarización socialista en toda su amplitud: mientras el canadiense o el finlandés promedio solo se preocupa por la fluctuación del dólar cuando pasa algo muy grueso (una gran devaluación) o cuando va a viajar, los cubanos, venezolanos y norcoreanos, liberados del capitalismo y del imperialismo, tenemos nuestra suerte atada a la moneda del enemigo hasta en nuestras necesidades más básicas e inmediatas. Mientras en la mayor parte los países que admiten la “explotación del hombre por el hombre”, la moneda extranjera no marca exclusiones tajantes, en los que estamos tomando el cielo por asalto, crea dos tipos de ciudadano (o una especie de subciudadano condenado a la moneda local). Mientras, por el sistema iniciado hace setenta años en Bretton Woods, el dólar les importa a todos, para nosotros, además, es un asunto de vida o muerte.


jueves, 6 de noviembre de 2014

Repunte inflacionario y recesión

Por Pedro Palma - El Nacional - 6 de noviembre 2014
La presencia y agravamiento de una serie de desequilibrios económicos a lo largo de 2014 han agudizado el problema inflacionario en Venezuela, a pesar de los esfuerzos de controles impuestos por el gobierno y de las amenazas de retaliación hacia aquellos que los incumplan. Los menguados resultados de esas acciones restrictivas han llevado a las autoridades a esconder las cifras que reflejan el comportamiento de los precios, quizá creyendo ingenuamente que con esas acciones la población se olvidará del problema y dejará de prestarle atención al encarecimiento de los bienes y servicios. No se dan cuenta de que lo que se logra con ese tipo de conducta es crear escepticismo y aumentar las expectativas y la incertidumbre, llevando al convencimiento de que lo que se pretende esconder es algo muy grave, por lo que hay que buscar protección contra la agudización esperada del problema, lo que contribuye a exacerbarlo.
La situación se agrava con la reciente y acentuada caída de los precios petroleros, pues ello restringirá aún más las divisas para importar y recrudecerá el problema de desabastecimiento y escasez que padecemos, dada la imposibilidad de que el menguado aparato productivo interno pueda elevar la producción y sustituir los bienes importados por productos locales. Adicionalmente, la menor oferta de dólares agregará presión para que se revise el tipo de cambio preferencial que aún se mantiene en el absurdo esquema de 6,30 bolívares por dólar, a pesar de que esa cantidad de moneda local compra en Venezuela menos de un tercio de lo que se puede adquirir con un dólar afuera.
Con la finalidad de analizar el posible comportamiento de la economía en 2015 estudiamos varios escenarios. Uno de ellos supone que el precio promedio de la cesta petrolera venezolana será de 75 dólares por barril, mucho más bajo que el de 2014, haciendo que la menor disponibilidad de divisas lleve a que a comienzos del próximo año se elimine el tipo de cambio preferencial de 6,30 bolívares por dólar, pasando todas las transacciones que hoy se hacen a esa tasa a la de Sicad 1, y que esta última se vaya ajustando a lo largo del año, logrando un promedio anual de 16 bolívares por dólar. Adicionalmente, suponemos en ese escenario que se pasan progresivamente transacciones externas al tipo de cambio de Sicad 2, el cual se mantendría en torno a los 50 bolívares. Adicionalmente, se presupone que, dadas las importantes elecciones parlamentarias del próximo año, el gobierno le seguirá dando alta prioridad al gasto público, particularmente al dadivoso que genera dividendos políticos. De darse este escenario, el comportamiento de la economía sería muy adverso, lo que generaría una altísima inflación que pudiera superar el 100%. Ello se debería, en primer término, al encarecimiento de los productos foráneos debido a la devaluación del bolívar; en segundo término, a la sostenida expansión monetaria, exacerbada por la masiva creación de dinero inorgánico por el BCV para financiar gasto público deficitario; y, en tercer término, a la incapacidad cada vez mayor del aparato productivo y de distribución de ofrecer bienes y servicios en consonancia con la demanda, entre otras razones por los desproporcionados controles de precios y de otra índole que condenan a muchos a trabajar a pérdida, y por las dificultades para importar insumos o bienes terminados.
La altísima inflación y la devaluación de la moneda restringirían la capacidad de compra de los ingresos de la población y generarían efectos recesivos de importancia, pudiéndose producir una contracción del PIB muy intensa y aún más profunda que la de 2014. Todo ello, obviamente, deterioraría la situación laboral debido a las limitaciones en las posibilidades de crear fuentes de empleo y a la caída de la capacidad de compra de las remuneraciones, lo que generaría un adverso y cargado clima social, así como un aumento inevitable de la pobreza.