viernes, 25 de noviembre de 2011

Venezuela sin papel toilette

En Cuba y cualquier país comunista no hay jabón para bañarse, ni champú ni pasta de dientes ni toallas sanitarias y, por supuesto, no hay papel sanitario ni ningún producto de higiene y aseo personal. Pero tampoco hay los rubros esenciales que permiten al ciudadano satisfacer sus necesidades básicas. Si el ciudadano, después de hacer un esfuerzo inmenso para conseguirlo, quiere disfrutar de un producto como los mencionados debe pagarlo a precio de oro. Esto tiene una explicación: no hay inversión privada, el Estado pretende controlar todo y no hay competencia. Es decir, existen leyes como la de costos y precios justos. Eso es el comunismo salvaje.

La Ley de Costos y Precios Justos es una mezcla de comunismo y populismo electoral, ingredientes explosivos para asfixiar la economía del país. Sólo traerá cosas malas para el país y se convertirá en el propio cuchillo para la garganta del Gobierno en el año 2012. El electorado castigará el seguro fracaso de esta ley.

Ineficiente

Estoy seguro que esa ley se mal aplicará. El Gobierno es tremendamente ineficiente y no tiene capacidad para controlar toda la producción y generar precios justos; además, los precios justos y la producción eficiente para abastecer el mercado únicamente se logra con la inversión privada y la competencia.

La ley se impondrá a las grandes empresas para demostrarle al electorado que el Gobierno hace algo por los más necesitados y tratar de culpar a la gran industria de la inflación. Cuando el Gobierno mal aplique la ley con su carga ideológica, punitiva y de resentimiento, congelando precios y cerrando fábricas, traerá como consecuencia que los productos desaparezcan del mercado y la gente que pueda, cuando los logre conseguir, los deberá pagar en la economía informal a precios exorbitantes. Así se resuelven los problemas en el comunismo salvaje.
Gerardo Fernández - El Universal 25/11/2011

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