jueves, 5 de noviembre de 2009

MARIHUANA

Los efectos de una quimioterapia, por lo regular, son severos: El paciente, mientras dura el tratamiento, aproximadamente unos seis meses, siente una fatiga general y prolongada, sufre de nauseas constantemente, se le presentan estados de diarreas y estreñimientos que se turnan semanalmente, ataques inesperados de hipo; y otros malestares, como inapetencia extrema. Todo esto es sólo soportable por las ganas de vivir que tenga; además, por el ánimo y aliento que pueda recibir de familiares cercanos, y de amigos que quieran seguir gozando de su presencia y amistad. ¡Y la ayuda de Dios!
En algunos estados de USA están regulando la venta y consumo de MARIHUANA con fines médicos, lo cual no significa, para nada, legalizar el consumo, sino reconocer que la yerba tiene atributos medicinales.
Las investigaciones señalan que un ingrediente activo de la marihuana el THC resulta efectivo para mejorar el bienestar de quienes sufren ciertas enfermedades (esclerosis múltiple, entre otras) o pacientes sometidos a tratamientos de quimioterapia.
Estudiosos, de distintas disciplinas, opinan que para controlar el consumo de drogas no hay nada más efectivo que una información clara y científicamente comprobable. Las bases de sus opiniones deberían ser aplicadas para no seguir satanizando a la yerba en medio de la guerra contra las drogas.
¿Quién, que esté sometido a un tratamiento como el arriba comentado no querrá “aspirar” un poco de alivio, verdad?

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