lunes, 17 de marzo de 2014

2014: la ruina de Pdvsa continúa

Por DIEGO J. GONZÁLEZ CRUZ |  EL UNIVERSAL
lunes 17 de marzo de 2014 

La industria del petróleo y gas natural está conformada por una cadena de valor de negocios que se manejan en el mediano y largo plazo. Producir, procesar y mercadear nuevos barriles de hidrocarburos en áreas tradicionales desarrolladas o no desarrolladas lleva de tres a cinco años; y hacerlo en áreas nuevas toma de cinco a ocho años. Ello disponiendo de los mejores recursos humanos, de la tecnología, de las inversiones y de la base legal, económica y de transparencia que hagan posible los negocios. El Gobierno lanzó su "Plan Siembra Petrolera" 2006-2012, que fracasó completamente. Los errores siguieron repitiéndolos hasta llegar al reciente "Plan de la Patria 2013-2019", que insiste en la meta de producción de 6,0 MMb/d para 2019, que tampoco cumplirán, por las razones que aquí exponemos.

Hoy la base legal está determinada por la ideología del Gobierno. Un régimen que amenaza, confisca y expropia activos petroleros privados, y que obliga a los socios a hacer lo que los burócratas piensen o digan, no puede promover desarrollo alguno, porque el know-how, las tecnologías y las inversiones, tienen que venir esencialmente del exterior. En lo económico, una autoridad que impone el control de cambio, que limita el uso de los dólares de los inversores para traer sus bienes, servicios y tecnología, y que impide pagarles en dólares a sus trabajadores si lo desearan, que prohíbe la repatriación de capitales, tampoco puede promover desarrollo alguno de una industria tan difícil y competitiva como la petrolera. Y en materia de transparencia, ni el país ni los inversionistas nacionales y extranjeros conocen las cifras oficiales del negocio desde 2010 (fecha del último informe del Ministerio de Petróleo), ni las de Pdvsa, que datan de 2012 (fecha de su último Informe de Gestión). Como referencia, valga decir que las estatales Pemex, Petrobras y Ecopetrol presentan sus balances regularmente y están a la disposición de todos, vía Internet. 

Por lo tanto, si Pdvsa no ha hecho las inversiones y traído las tecnologías y el know-how necesario en los últimos años, no puede pretender que en 2014 va a ocurrir un milagro, un repunte de la producción, o que aumentarán las reservas de los crudos que necesitan las refinerías venezolanas. Si no se siembra, no se cosecha.

Un parámetro esencial que mueve la industria petrolera mundial es la reposición de las reservas (verdaderas reservas, no recursos como los de la Faja del Orinoco, que no cumplen con la definición de reservas que establecen las normas del Ministerio de Energía y Petróleo y los organismos internacionales). La meta es que cada barril producido tiene que ser restituido. Restablecido por las respectivas reservas que son producto de la exploración, de nuevas tecnologías o comprados.

Venezuela está agotando nuestra seguridad energética y las reservas de crudos condensados, livianos y medianos (C/L/M), los más comerciales y fuente para la alimentación de las refinerías nacionales. En 1998 las reservas de crudos sumaban 76,1 millardos de barriles, y apenas 24,4 millardos de éstos eran de crudos C/L/M, el resto era pesado y extrapesado (los menos comerciales). Para el 31 de diciembre 2012 las reservas de C/L/M eran de apenas 22,8 millardos; y, lo peor, de éstas, menos de 30% están desarrolladas (cuentan con la infraestructura para ser producidas). Esto ocurre porque la actividad exploratoria para la búsqueda de esos crudos ha sido mínima en los últimos años. Las cifras que presenta el régimen -que nos convierten en una "potencia energética"- son básicamente de la Faja del Orinoco, las cuales -como se dijo- son solo recursos. Para 2014 no se espera que esta situación se revierta.

Por otro lado, los acuerdos geopolíticos continuarán arruinando a la estatal en 2014. En el presupuesto de 2013, Pdvsa informa del acuerdo de entregas a 23 países, sin embargo, estima que no podrá adjudicar más de 220.400 b/d, afectando fundamentalmente a Argentina, Nicaragua, Jamaica y República Dominicana. El envío a Cuba se mantendrá igual. Mientras tanto Pdvsa declara en ese presupuesto que tiene, por lo menos, 12.300 millones de dólares (MM$) como exportaciones no cobradas. Y ni hablar de cómo pagarán la deuda financiera que estaba en más de 43.384 MM$ al cierre de diciembre de 2013. Además, tiene un pasivo total que asciende a 142.596 MM$ al 31-12-2012.

Por estas razones es que se le acabaron los dólares al régimen para seguir manteniéndose.


jueves, 13 de marzo de 2014

La Masacre del Día de la Juventud

Fuente: ASDRÚBAL AGUIAR |  ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
jueves 13 de marzo de 2014  


Los hechos del 12 de febrero y los precedentes como sucesivos, perseguirán de por vida a Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, cabezas visibles del poder en Venezuela.

No podrán caminar con la conciencia liviana si acaso se detienen a considerar que, por acción u omisión, son los responsables de la muerte de 22 jóvenes, las heridas o torturas sufridas por otros 318, y la detención indiscriminada de 1.103 - a quienes se les pone luego en libertad, pero atados a la cuerda corta de una Justicia arbitraria - y quienes vivirán, no cabe duda, más allá del tiempo vital que en promedio les corresponde a sus victimarios.

El esfuerzo de los órganos del Estado para reescribir el deslave de violencia política que hoy padecemos los venezolanos, situando su germen -el comportamiento oficial- en las consecuencias o rezagos -las "güarimbas" o barricadas- les resultará absolutamente inútil.

La realidad de las violaciones sistemáticas o generalizadas de derechos humanos quizso ocultarla en el pasado el militarismo latinoamericano, imponiéndole silencio a la prensa, silenciando a las víctimas, o creyendo que el paso del tiempo borra toda memoria. Y no fue así, porque la verdad es terca y los atropellos a la dignidad humana, cuando se hacen colectivos, persiguen a sus responsables mientras cada víctima tenga un doliente, en casa o en el pueblo.

Han ocurrido, ahora sí y sin lugar a dudas, verdaderos crímenes de lesa humanidad. Demandan la responsabilidad del Estado por violación de sus obligaciones en materia de respeto y garantía de los derechos humanos, como el establecimiento sucesivo de las responsabilidades penales internacionales e individuales comprometidas.

Es palmaria la actuación estatal y paramilitar durante la Masacre del Día de la Juventud. De modo que se trata de hechos del Estado, originados en su comportamiento propio o asumido como tal, violatorio de la legalidad internacional sobre derechos humanos. Y si lo anterior como premisa no fuese cierto, cabe señalar que el "riesgo" que dio origen a tanta violencia fue sabido y conocido por los responsables del gobierno, por Maduro y quien de facto también lo ejerce, Cabello. Y ese "riesgo" lo aceleraron, deliberadamente.

Cabe decir que también botaron gasolina sobre el piso al cohonestar la criminalidad desbordada, dilapidar el tesoro público, llevar a la población a niveles carenciales y de racionamiento inaceptables, e hipotecar el futuro de los jóvenes manifestantes, a la vez que entregando el control del país a los cubanos.

Es de recordar que el propio Cabello, cabeza de la Asamblea Nacional, antes de ocurrir la masacre, anunció que las Unidades de Batalla Chavistas ya estaban en acción y "decididas a impedir que la derecha fascista lance sus garras sobre el pueblo". De modo que, ante el hecho notorio conocido puso fósforo sobre el pavimento.

Ellos no podrán borrar para la historia lo esencial. Durante tres lustros, bajo la consigna de que "la revolución es pacífica pero armada", hicieron "política de Estado" armar a la población civil rompiendo el monopolio del Estado sobre las armas; a fin de que, llegado el caso, asegurar el avance de la revolución por las buenas o por las malas, reprimiendo a la población civil disidente, segregándola, imponiéndole incluso la muerte civil.

Allí están las reformas legislativas militares de 2005 y 2008 que crean la milicia - la llamada Guardia del Pueblo - bajo dirección operativa directa del Presidente Maduro. Y allí están los "círculos bolivarianos" mudados en "colectivos populares", puestos en acción por el mismo Cabello desde cuando ejerciera como ministro de la presidencia y luego como ministro del interior.

Los crímenes de lesa humanidad no son crímenes de cantidad, como el genocidio. Se trata de violaciones múltiples de derechos humanos, asesinatos, violaciones a la integridad personal o torturas, obra una "política de Estado" sistemática, dirigida contra una "población civil" a quien al paso se persigue por tener una identidad propia "fundada en motivos políticos".

Eso lo precisa el artículo 7 del Estatuto de Roma, y los responsables individuales de tales crímenes no pueden alegar el ejercicio de funciones como gobernantes o parlamentarios, según el artículo 26, y tampoco argüir que sus subalternos son los responsables, pues han ejercido sobre ellos un control efectivo pero inapropiado, como reza el artículo 28.

La Masacre del Día de la Juventud es la clara consecuencia de una política de Estado represora. Eso lo confirmó ante la comunidad internacional el propio Nicolás Maduro, el pasado 14 de febrero: "Que lo sepa el mundo, estamos decididos a todo, y... profundizaríamos esta revolución hasta más allá de los límites que se han conocido", dice, para luego de ajustar ante el Mercosur que "esta revolución pacífica y democrática, quizás tomaría otro carácter, armado y profundamente revolucionario". Su confesión es su sentencia.

Exjuez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos

martes, 11 de marzo de 2014

¿Quién es el culpable?

Fuente: Pedro Palma - El Nacional - 10 de marzo de 2014
A raíz del primer aniversario del fallecimiento de Hugo Chávez, ha surgido la interrogante acerca de quién es el culpable del desastre económico que vivimos. ¿El gobierno de Chávez o el de Maduro? Creo que la responsabilidad es compartida. Si bien los males que hoy padecemos se han empeorado durante los últimos meses debido a una serie de acciones equivocadas, y a un manejo errático y desordenado de la política económica por el actual gobierno, buena parte, si no todas las calamidades que nos aquejan tienen su origen en las pésimas políticas públicas que se implementaron durante los años del gobierno de Chávez.
La irresponsable política fiscal, caracterizada por un desbocado gasto público, y por unos ingresos constreñidos debido, entre otras razones, a unas tarifas de servicios públicos desfasadas, a un absurdo precio de la gasolina, y al mermado flujo de caja de Pdvsa, se tradujo en la materialización de enormes y crecientes déficits, que generaron un abultado endeudamiento del sector público, tanto interno como externo. Adicionalmente, se obligó al BCV a financiar el gasto deficitario de las empresas del Estado, particularmente de Pdvsa, creándose así enormes cantidades de dinero sin respaldo por parte del instituto emisor. Todo lo anterior se tradujo en crecimientos muy intensos de la oferta monetaria que han continuado estimulado la demanda de bienes y servicios, la cual se ha hecho cada vez más difícil de satisfacer.
En efecto, la actitud hostil a la actividad económica privada, la pérdida de capacidad competitiva de las empresas debido a la alta sobrevaluación de la moneda, la imposición de controles desproporcionados que no toman en consideración la evolución de los costos de producción y distribución, la imposibilidad de tener acceso a las divisas requeridas para importar, y las amenazas permanentes de expropiación y penalizaciones a las empresas, se han traducido en una baja producción local. Si a esto agregamos la ineficacia de múltiples empresas estatalizadas, que después de ser expropiadas o expoliadas por el Estado pierden eficiencia y pasan a producir una fracción de lo que producían en manos privadas, es fácil entender por qué la oferta interna se ha visto severamente limitada, aumentando notablemente las necesidades de importación para tratar de satisfacer la creciente demanda.
Sin embargo, estas compras foráneas también se han visto afectadas por la carencia de divisas, a pesar de haberse estado exportando el petróleo a precios muy altos, insuficiencia que se ha generado por la declinación de los volúmenes de producción y exportación de hidrocarburos, por la desbocada demanda interna de gasolina, por el incontrolable contrabando de extracción, por la necesidad de importaciones crecientes de derivados debido a los severos problemas operativos de las refinerías, por los altos volúmenes de crudos y productos que hay que destinar a servir la deuda con China, y por los regalos y subsidios masivos de combustible a países aliados del gobierno.
Las restricciones de oferta interna de bienes y servicios, las dificultades cada vez mayores para importar, y el crecimiento sostenido de la demanda han generado problemas de escasez crecientes que han llegado ya a niveles alarmantes. Si a ello agregamos el profundo desequilibrio cambiario, que se manifiesta en un divorcio entre la tasa de cambio oficial y la libre, en severos retrasos en la liquidación de divisas a los importadores, y en una corrupción desbocada en el manejo del control cambiario, es fácil entender por qué la inflación está fuera de control, por qué cae el poder de compra de las remuneraciones, y por qué se deteriora la calidad de vida de la población, particularmente la de los más desposeídos, que son los que más sufren a pesar de los programas sociales gubernamentales, que si bien pueden mitigar en algo sus penurias, no les solventan el grave problema de pobreza en que están sumidos.

La traición de las Américas a la Democracia

Fuente: Asdrúbal Aguiar - El Universal - 11 de marzo de 2014

He afirmado, coloquialmente, que la resolución adoptada por el Consejo Permanente de la OEA, "Solidaridad y respaldo a la institucionalidad democrática, al diálogo y a la paz en la República Bolivariana de Venezuela", entierra a la Carta Democrática Interamericana; y le pone punto final a la razón de ser del Sistema Interamericano, que nace con la Carta de Bogotá (1948) y, en esencia, tiene como propósito la garantía colectiva de la democracia. Caben, no obstante, algunas precisiones. La primera es, que en verdad no mueren los principios que le sirven de fundamento ni los estándares que le dan contenido a la democracia mientras los ciudadanos la defiendan; pues ella es, como reza la Carta Democrática, derecho humano de los pueblos. Es anterior y superior al Estado, tanto como a las organizaciones internacionales que sólo acogen a los gobiernos de los Estados. 

Con la citada declaración ha muerto, eso sí, la garantía institucional y política de la democracia en las Américas y en Venezuela, donde a la vez cede la independencia de la Justicia y se usan a los jueces para criminalizar a la disidencia. Y al denunciar Maduro, como lo hizo, el texto de la Convención Americana de DDHH, significa ello que perdimos el derecho de reclamo ante quienes, negados a garantizar los derechos, optan hoy por desconocerlos y violarlos impunemente.

Los derechos humanos, entre éstos el derecho a la democracia, son de las personas, no de los gobernantes. No por azar, la Constitución de 1999 hace reposar en el pueblo el poder constituyente (artículo 347), y le pide al pueblo desconocer cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los DDHH (artículo 350).

Lo ocurrido -la puesta en marcha de una política de Estado orientada a reprimir, por razones políticas, a los opositores, usando las armas de la república y estimulando para ello a grupos paramilitares bajo su control- y la meliflua consideración que tal asunto recibe en la OEA, pone sobre el tapete una cruda verdad. El rescate de la libertad y la democracia en nuestro país queda en manos de los venezolanos, y será el hilo conductor que, como en el tiempo de nuestra Emancipación, permitirá luego que los pulmones de la moral democrática se expandan hacia todos los gobiernos de las Américas.

¿Y, por qué afirmo que la declaración C084/14 adoptada el 7 de marzo pasado, borra del escenario político oficial las obligaciones de garantía que impone la Carta Democrática, aun siendo interpretación auténtica del tratado fundacional de la OEA?

La declaración parte de un falso supuesto, "hace votos para que las investigaciones tengan una rápida y justa conclusión", siendo que la Comisión y la Corte Interamericanas de Derechos Humanos se han pronunciado varias veces sobre el uso de los jueces en Venezuela para doblegar a los adversarios del régimen marxista imperante. Y en una suerte de sincretismo de laboratorio se compromete con la defensa de la institucionalidad democrática; pero alega que lo hará sin inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela. Cita la declaración la Carta de la OEA y habla del Derecho internacional, pero omite toda mención de la Carta Democrática Interamericana, por una razón elemental. Una vez adoptada en 2001, producto de una evolución doctrinal de décadas y bajo el respaldo de más de 500 enseñanzas de la jurisprudencia interamericana, los gobiernos de ese tiempo hoy, lamentablemente, son otros. 

Todos a uno, con sus variantes, los presidentes de las Américas se cuecen en los moldes del mismo régimen autoritario instalado en Caracas. Usan a la democracia para vaciarla de contenido y reelegirse. Y cabe decir que, por obra de la cultura que a todos nos lega la tragedia de la II Gran Guerra del siglo XX, es dogma -que prostituye la actual OEA- que ningún gobernante puede tremolar la idea de la soberanía para encubrir sus violaciones de derechos humanos, léase, sus atentados a la democracia.

Al paso, la declaración de la OEA legitima, sin necesidad, al represor Nicolás Maduro, electo en elecciones cuestionadas y quien llega al poder por disposición testamentaria de Hugo Chávez, violándose la Constitución que le prohibía su ejercicio del poder como Encargado y lo inhabilitaba entonces para ser candidato presidencial. 

Maduro, sin embargo, rompe sus relaciones con Panamá por ejercer un derecho que consagra la Carta Democrática y amenaza a la OEA, que en su amoralidad, bajando la cabeza, decide saludar con beneplácito su "monólogo", instalado en el Palacio de Miraflores. De victimario, sus colegas, salvo honrosas excepciones y sin rubor, lo han transformado en víctima.

viernes, 14 de febrero de 2014

Cómo verificar la información antes de tuitear

El Universal – Tecnología – 14 de febrero de 2014.

Hay diversas maneras de comprobar que la información que se publica en las redes sociales es verídica y no se trata de un engaño o una equivocación de algún usuario.
La primera recomendación es leer bien la información antes de comentarla o compartirla. Verificar quién es la persona que está montando ese contenido en Internet y comprobar si otros usuarios están comentando lo mismo.
Hay que estar atento a detalles como la fecha y hora en que fue publicada la información; y no está de más preguntar cuál es el origen de ese contenido o si es información confirmada o no.
Si se sospecha que una foto es falsa, está manipulada, que es vieja o no tiene relación con los hechos, Google ofrece la opción de comprobar su autenticidad. Para ello, se tiene que acceder al servicio de imágenes del buscador.
En la barra de búsqueda de Google Imágenes aparece el ícono de una cámara fotográfica  que, al hacer clic en él, aparecen dos opciones: “Pegar dirección URL” y “cargar una imagen”. Las dos opciones son válidas y muestran un conjunto de fotos similares a la que se quiere comprobar.
Si en cambio se quiere apreciar con detalle un video (ya que la imagen no está clara o la situación es confusa), el portal de video de YouTube permite cambiar la velocidad de reproducción.
En el mismo momento que se está viendo el video , en la esquina inferior derecha hay un ícono  de un engranaje que, al hacer clic en él, aparecen varias opciones de speed (velocidad).
El video por defecto va a estar en la opción “normal”.  Las opciones 0,25 y 0,5 disminuyen la velocidad de reproducción, mientras 1,5 y 2 la aumentan.

lunes, 10 de febrero de 2014

CIUDADANOS DEL NO HAY

Editorial del diario El Nacional de febrero 10 de 2014

Mientras varios de los indicadores clave de la economía decrecen, otros llevan una tendencia contraria: crecen de forma irremediable. Por ejemplo, decrece el número de industrias, baja la producción y la disponibilidad de bienes imprescindibles es cada vez menor. Al mismo tiempo, aumenta la inflación, la importación de bienes y la dependencia del petróleo alcanza el nivel de la desesperación.

En el punto donde se encuentran lo que crece y lo que decrece están las víctimas de este ruidoso fracaso: ciudadanos que viven en estado de no hay. Personas que todos los días deben hacer colas (las colas: es una de las realidades que más crecen) con el fin de comprar los más básicos alimentos para sus cocinas


El no hay es la realidad bizarra, creación sin precedentes del chavismo y del madurismo, en tiempos en los que los ingresos petroleros del país han superado todas las expectativas. La primera y más aplastante dimensión del no hay es el derecho a la vida. Producto de quince años de incompetencia, permisividad y cabría decir que estímulo, funcionarios sin ninguna experiencia y una funesta política carcelaria, la delincuencia ha tomado el control de las calles, desafía a la autoridad todos los días y mata de forma inclemente en cualquier parte del país. Diga lo que diga el gobierno, lo cierto es que la delincuencia decide sobre nuestras conductas, nuestras rutinas y nuestro vínculo con lo que nos rodea.


No hay garantía alguna de mantener la vida, ni tampoco de recibir la atención médica adecuada. No hay seguridad de que hospitales y clínicas tengan los medicamentos para los pacientes ni los insumos para mantener operativos los quirófanos. No hay, como ya sabemos, equipos suficientes y en buen estado para radiar a los pacientes con cáncer. No hay tampoco seguridad alguna de no ser atracado o asesinado en los pasillos de los centros médicos, como tampoco en aulas e instalaciones educativas, en centros comerciales o en las narices mismas de los funcionarios policiales o militares que han sido designados por planes rimbombantes a la tarea de ¿asegurar? nuestras vidas.

La lista de lo que no hay en Venezuela tiene ribetes de obscenidad, de realidad pervertida hasta lo inconcebible. No solo no se producen vehículos, sino que tampoco hay repuestos para miles de automóviles que ahora mismo tienen meses parados. ¿Quién protege a sus propietarios de una política económica y cambiaria cuyo resultado es la paralización de un bien adquirido para circular? No hay
papel para la prensa ni para la impresión de libros, como no hay ni siquiera libros importados, ni recursos económicos suficientes para las universidades ni tampoco los materiales para que puedan funcionar los laboratorios de esas universidades. Pero la lista del no hay no termina aquí. La lista de las víctimas del
no hay suma además a los estudiantes ve- nezolanos en el exterior y a los familiares que recibían remesas fuera de las fronteras venezolanas, de personas que trabajan en Venezuela. Este editorial sobre lo que
no hay podría crecer por páginas y páginas, pero no tendríamos papel dónde publicarlo y compartirlo con nuestros lectores.

domingo, 9 de febrero de 2014

TOCOMA desbordó al socio del sur

Fabiola Zerpa - El Nacional - 9/2/2014
La puerta abierta del helicóptero ­a 300 metros sobre el nivel del suelo­ deja ver el caudal imponente del río Caroní. Los tripulantes contemplan maravillados mientras inspeccionan la cuarta central hidroeléctrica construida sobre su curso, una de las más grandes del continente: 87 kilómetros cuadrados de terreno trabajados por 10.000 personas. Uno de los pasajeros comenta: "Estoy contento de trabajar para usted y para la República Bolivariana de Venezuela. Es un gran orgullo construir aquí las turbinas Kaplan más grandes y eficientes del mundo". "¿Algún otro comentario?", le increpa el interlocutor. "No, nada más, comandante".
La obra que se despliega esa tarde del 18 de enero de 2012 ante los hombres ­el presidente Hugo Chávez y el empresario argentino Enrique Pescarmona, presidente de la empresa Impsa­ es la central hidroeléctrica Manuel Carlos Piar, en Tocoma (estado Bolívar). Una promesa queda plasmada entre ellos minutos después, durante la transmisión televisiva que se hace desde la
construcción: "El 9 de septiembre (de 2012 )estaremos poniendo en marcha la primera unidad generadora de Tocoma", dijo Chávez, entonces bajo tratamiento médico por el cáncer que padecía. El mandatario comprometió así a su gabinete y al contratista, luego de revelar que su inspección sorpresa a la vital construcción para mejorar el sistema eléctrico obedeció a que nadie de su entorno le había informado de las reuniones de una delegación argentina con varios de sus ministros. "Gracias, Pescarmona y Julio De Vido (ministro de Planificación de Argentina). En apenas 8 años hemos hecho lo que nunca hicimos en 100 años. Es la unión del sur", dijo refiriéndose a la alianza política impulsada mediante el convenio bilateral de 2004.
El hito del 9 de septiembre ­un mes antes de las elecciones presidenciales­ no se cumplió. Hoy en día, la central eléctrica que ayudaría a paliar los apagones continuos en los Andes y el resto del país afronta un cierre técnico. En Puerto Ordaz los contratistas responsables llevan por lo menos 6 meses liquidando personal y no saben cuándo se reanudarán las obras. La soledad en la vía hacia la central hidroeléctrica, el cierre del portón de entrada a los trabajadores y la ausencia de personal en la planta de cemento, las sedes de los contratistas y la presa confirman la inactividad.
La obra se planificó para iniciar su construcción en 2007 y ser finalizada en 2012, a un costo de 3.000 millones de dólares. Debido a la inflación, las sucesivas devaluaciones, imprevistos y retrasos de los contratistas, el costo ha escalado más del doble: 7.000 millones de dólares, según cifra referida en septiembre de 2013 por el ministro Chacón. El monto incluye la inversión previa a la construcción (proyección e ingeniería, consultoría, impacto ambiental y gestión administrativa de Corpoelec), los contratistas principales de la obra (OIV en la construcción civil) e Impsa (turbinas y montaje), y la inspección (Consorcio Uriaparí). OIV ha facturado 3.067,4 millones de dólares e Impsa 1.100 millones de dólares.
Un informe de junio de 2013 de la gerencia de la Ingeniería y Proyectos de Corpoelec señala que el contratista de la obra civil (el Consorcio OIV, formado por la brasileña Odebrecht, la italiana Impregilo y la venezolana Vinccler) ha avanzado 99%. Sin embargo, Impsa (Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A.I.C. y F.) tiene un logro menor para los trabajos electromecánicos (construcción y montaje de 10 turbinas), que son el corazón de la represa. El avance es de 75%. La cifra contrasta con el cronograma de trabajo manejado por Corpoelec y con lo referido por ingenieros, inspectores y técnicos del lugar, quienes aseveran que la turbina 1 está instalada en 60% y tiene defectos que deben corregirse, mientras que la número 2 no está completa. El resto no está en obra. Por su parte, los contratistas principales argumentan que el gobierno ha tenido problemas financieros para terminar de pagar los trabajos. Corpoelec no estaría dispuesta a pagar montos adicionales derivados del control de cambio e inflación, señalan fuentes. El Ministerio de Energía Eléctrica no contestó una solicitud de entrevista ­hecha vía electrónica­ para aclarar el asunto.
Muchos se preguntan cómo escaló el precio de la obra, por qué hay retraso y quién es el socio del sur al que se le encomendó una titánica tarea reservada en el pasado a grandes trasnacionales. En el aire está la promesa de Chávez y Pescarmona, relanzada por Jesse Chacón, ministro de Energía Eléctrica en mayo de 2013, luego de asumir el cargo. "Esperamos poner en servicio la primera turbina de Tocoma en abril de 2014", prometió.
Socio por conocer. Pescarmona ­que cuenta con 5 proyectos eléctricos adicionales en el país por un valor de 2 millardos de dólares­ ganó la licitación convocada en 2006 para fabricar y montar las turbinas de Tocoma frente a las ofertas de empresas con mayor trayectoria en el ramo (General Electric, Alstom, Siemens, Marubeni, Sumitono, Hitachi, Mitsui, Vatech, Dong Fang y Harbin). El anuncio tomó por sorpresa a ingenieros con experiencia en la construcción del sistema hidroeléctrico del país porque escasamente habían oído hablar de ella. De hecho, directivos de Edelca recuerdan que hacia finales de la década de los noventa le rescindieron un contrato al argentino para unas compuertas en Guri por estar defectuosas.
En febrero de 2008 el ingeniero sureño firmó contrato y, orgulloso de la hazaña, envió una carta a Cristina Kirchner, en la que señaló que la licitación era "un hito tecnológico importante para la empresa y para el país2, según reseñó La Nación. La mandataria aprovechó un acto de gobierno para anunciarlo al público, leer la carta a los presentes y agregar que ese era "el contrato de exportación más grande que haya hecho la Argentina".
La cuarta joya de la corona de la generación hidroeléctrica venezolana ­luego de Macagua, Guri y Caruachi­ fue obtenida por Pescarmona luego de años de querer penetrar Venezuela. En los noventa abrió una empresa de telecomunicaciones con oficinas en Caracas y Maracaibo y cultivó amistades relacionadas con la agroindustria, banca, medios y haras. Pero en tiempos de la revolución bolivariana no le valieron tanto esos nexos como sus buenas relaciones con el ministro argentino Julio De Vido, estratega de las relaciones comerciales binacionales, y con argentinos-venezolanos vinculados a negocios mineros de la Corporación Venezolana de Guayana.
De esa forma, en 2004, Impsa obtuvo la repotenciación de la represa Macagua, después de participar en la primera rueda de empresarios argentinos en Venezuela. El diario La Nación indicó que el contrato se logró a través de José Ernesto Rodríguez, quien había sido gerente de Desarrollo de Impsa y representante en ese país del Banco Guayana. "El contrato de Macagua no fue licitado. Fue adjudicado directamente luego de un acuerdo entre Chávez y Kirchner. Se ignoró a la junta directiva de Edelca y sus protocolos sobre contrataciones", dijo Víctor Poleo, ex viceministro de Energía y Petróleo en 2001. Rodríguez también fue presidente de Madero Trading, una empresa argentina que, junto a otra de nombre Palmat, fue investigada en 2010 por el juez de ese país, Julián Ercolini, por el supuesto cobro de sobornos entre
2005 y 2009 a empresarios sureños interesados en hacer negocios en Venezuela.
La entrada a proyectos de infraestructura en el país tuvo un costo para Pescarmona, oriundo de la provincia de Mendoza: debió bajar su tono crítico contra las políticas populistas de los Kirchner, para poder ganar la anuencia de De Vido. Una vez amarrado los contratos en el Caroní, el empresario apuntó al epicentro de la economía venezolana, Pdvsa, y no escatimó en llamadas a los protagonistas tras bastidores de la conexión Buenos Aires-Caracas. Guido Antonini fue uno de ellos. "Estuve en su oficina. Él (Pescarmona) me preguntó sobre mi trabajo, si podía ayudarlo a contactar gente importante en Venezuela", le declaró en 2011 Antonini al diario La Nación, luego de que estallara el escándalo de la valija con 800.000 dólares. Al ser consultado, Pescarmona negó al diario argentino la reunión. El empresario no entró en negocios directos con Pdvsa, pero en 2010 obtuvo otros contratos hidroeléctricos (la central La Vueltosa en Táchira y la central Jose Antonio Páez en Barinas), que avanzan lentamente, y uno eólico en Zulia, a medio terminar. Coincidiendo con el declive de Tocoma, a mediados de 2013 Corpoelec le suspendió un contrato ya firmado para fortalecer la transmisión desde Guri al resto del país.
En diciembre Pescarmona estuvo en Caracas, pero no se reunió con ningún funcionario, confirmaron sus portavoces en Caracas. "Hoy hay una paralización real de las obras en Tocoma por parte del contratista civil, de inspección y electromecánico porque Corpoelec tiene un problema de pagos con nosotros. Pescarmona está al tanto, pero no vino a dar ninguna instrucción específica", reconoció a El Nacional Tomás Roby, gerente de Impsa Caribe.
La parálisis. A 70 kilómetros al sur de Puerto Ordaz y sobre el margen occidental del Caroní está la obra de Tocoma. Los militares que custodian la entrada principal conversan relajados con unos trabajadores. A la derecha, un cartel lleva la cuenta -desactualizada- de las metas acumuladas de concreto y terraplén trabajado. Es la antesala de una vía de 3 kilómetros paralela a la presa que conduce a los monolitos, estructuras gigantescas de concreto donde se alojan las turbinas.
"A Impsa le quedó muy grande Tocoma", opina un ingeniero venezolano que hasta diciembre trabajó con la empresa. Como el resto de los consultados, prefiere no dar su nombre para proteger su futuro laboral. "La turbina 1 la tuvieron que desarmar porque las ménsulas vibraron", añade. Otro trabajador explica que el desperfecto ocurrió porque la estructura donde reposa no está bien alineada. "No hay ningún vicio que no sea corregible", dijo Roby.  La turbina 2 está colocada en la fosa, pero no está instalada.
Entre 2008 y 2012 la obra tuvo varias reprogramaciones y un "aceleramiento" por el cual Corpoelec acordó pagar 300 millones de dólares adicionales a Impsa. El objetivo era incorporar rápidamente más energía al sistema, debilitado por la crisis eléctrica de 2010. En 2012 la presión del gobierno por inaugurar era tan grande que se pensó en colocar un mecanismo externo a la turbina para que girara. "Era un show que querían montar para cuando se transmitiera el acto por televisión", dijo un inspector de la obra. Roby lo niega.
"No fue un engaño. La primera turbina se bajó al pozo y estuvo lista.Se hizo un ensayo en seco, sin turbinar agua, pero no se pueden empezar las pruebas definitivas si el lago no está inundado".  Esa parte del trabajo corresponde a OIV, agregó. Las opiniones dentro de la obra también apuntan a ese consorcio. "Las casas de máquinas no estuvieron listas para instalar los equipos electromecánicos", señaló un trabajador.
Impsa asegura que la falta de pagos de Corpoelec es el principal obstáculo de la obra. "Esto se enrareció hace más de un año, cuando dejaron de pagar. A Impsa le deben 50 millones de dólares". La cifra contrasta con lo que se ha facturado: 1 millardo de dólares desde que firmó el contrato en 2008.
Agrega que sólo se reunió con Chacón en una oportunidad. El ministro no se ha referido a la empresa argentina sino para decir ­en mayo­ que están discutiendo reconfigurar su contrato.
Fuentes de Odebrecht y del Consorcio Uriaparí (contratado para la inspección) confirman que el gobierno ha dejado de pagar. Indican que al primero le deben 1,6 millardos de dólares, al segundo 138 millones de bolívares. En diálogo con trabajadores y representantes del Ministerio del Trabajo, funcionarios de Corpoelec han explicado que la razón es que el Fondo de Desarrollo Nacional no ha hecho las transferencias requeridas.
Un elemento clave en la desaceleración de los trabajos de Impsa se debe a la salida de uno de sus contratistas de la obra, en 2013, la empresa japonesa HPC, filial de Hitachi, encargada del montaje de las turbinas. Fuentes en Puerto Ordaz indican que HPC despidió alrededor de 150 personas, pero Corpoelec le solicitó no retirar su maquinaria porque espera que culmine el montaje en otras condiciones. La compañía nipona se excusó en hablar del asunto, a través de un correo electrónico.
La solución que visualiza Impsa, dice Roby, es ³la redefinición de cronogramas y ver qué pagos acompañan ese proceso². Una alta fuente del Consorcio OIV indicó: ³Seguimos en la obra con un equipo de contingencia.
Trabajamos junto a Corpoelec y bancos de Venezuela en busca de una solución financiera para el pago de la deuda de modo de concluir este importante proyecto para el país². Indicó que  el gobierno les debe 774 millones de dólares. En Puerto Ordaz no ven inauguración antes de 2016. Corpoelec tiene la palabra.
Mano de obra extranjera
Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A.I.C. y F. (Impsa) ha contratado varias empresas en el extranjero para fabricar las complicadas piezas de las 10 turbinas Kaplan de 216 MW, las más potentes de ese modelo. Las 8 turbinas que restan para instalar en la central hidroeléctrica de Tocoma están embaladas por piezas en los talleres de sus contratistas en China y República Checa, indicó una fuente que trabajó hasta hace un mes en la empresa. También se encuentran en los galpones de trabajo metalmecánico de la compañía en Mendoza (Argentina) o en las aduanas venezolanas.
"Hace unos meses el rotor de la máquina 10 estaba embalado en República Checa para su despacho, igual el eje superior, que estaba en Argentina con los álabes puestos", indicó la persona. La razón de que no estén en la obra es que la empresa no ha querido despachar los materiales hasta resolver las diferencias de los pagos que Corpoelec le adeuda. La corporación, entretanto, alega puertas adentro que ya ha pagado la totalidad del proyecto y que los cobros adicionales ­por inflación y devaluación de la moneda­ no corresponden.
El estancamiento de la situación ha hecho que muchos trabajadores se estén acogiendo a la oferta de Impsa de una liquidación doble, mientras otros han regresado a Argentina y Brasil. Si la situación no se resuelve antes de mayo, señala un ingeniero, la empresa introducirá ante el Ministerio del Trabajo una solicitud de culminación de contrato para poder liquidar al personal de manera sencilla.

martes, 28 de enero de 2014

Luis Miquilena, dirigente de la resistencia democrática el 23 de enero de 1958 - ENTREVISTA

 ROBERTO GIUSTI -  EL UNIVERSAL - 26 de enero de 2014

A principios de 1999, cuando Hugo Chávez se disponía a recibir la banda presidencial le confió a sus íntimos que tenía pensado invitar a su toma de posesión a Marcos Pérez Jiménez. Decisión que seguramente había meditado desde que el general lo recibió en su mansión de La Moraleja (Madrid) en cumplimiento del ritual de los candidatos alternativos a la búsqueda de un puñado de votos nostálgicos. Al fin y al cabo eran dos militares, ambos golpistas, que habían llegado al poder en acción retardada de sus respectivas asonadas.

Pero Chávez olvidaba que su mentor para entonces, Luis Miquilena, había sido uno de los dirigentes que mantuvo viva la resistencia democrática y había pagado con tortura y carcelazos, como quizás ninguno de sus compañeros sufrió, su lucha contra la dictadura 

Miquilena confiesa que se opuso rotundamente, pero no para pasarle la factura a un viejo enemigo, sino porque comenzaba muy mal un gobierno, electo popularmente, distinguiendo a quien representaba la antítesis de los valores democráticos. Chávez bajó la cabeza y Pérez Jiménez no vino. 

-¿Es equiparable la situación que vivía el país antes del 23 de Enero de 1958 a la que vive actualmente?

-El 23 de Enero, culminación de una batalla que se prolongó por diez años, aparece como una insurgencia de carácter militar y una alianza civil. Pero asumir la fecha de una manera contemplativa no resulta lo más conveniente en este momento. Sobre todo porque de aquellas experiencias debemos extraer toda enseñanza que pueda ser enriquecida y mejorada en el combate que el pueblo venezolano tiene planteado ante el régimen imperante.

-¿Qué implica tener una posición más activa?

-Aquellos momentos fueron producto de una intensa lucha, librada por verdaderos combatientes que se jugaron la vida durante el tiempo que prevaleció la dictadura. El arrojo de los jóvenes de aquella época, ejemplo para las generaciones actuales, nos dice que nada se conquista sin un gran esfuerzo y la acción permanente en defensa de los ideales que defiendes.

-Cuando usted habla de "combate" y de "lucha" contra la dictadura perezjimenista lo hace en términos literales. Pero cuando se refiere a esta época, ¿lo hace en sentido figurado?

-El carácter esencial que tuvo aquella lucha es la experiencia que debemos tomar y no para imitarla sino, incluso, para superarla porque las condiciones planteadas hoy son más difíciles, aunque parezca mentira, que las de aquel momento.

-¿Por qué más difíciles si hoy los partidos no están proscritos, la oposición actúa públicamente y dispone de una representación en la Asamblea Nacional?

-Ese es, precisamente, el opio que parece estar arraigándose en la oposición. Esos amagos de democracia, que se manifiestan en elecciones, son remedos de libertad que, en el fondo, no pasan de eso, de remedos. Las reivindicaciones que estuvieron planteadas en aquel momento son las mismas de hoy.

-¿Como cuáles?

-Como la defensa de las instituciones, la necesidad de un poder judicial autónomo e independiente y el respeto absoluto a libertades públicas.

-Pero, ¿no son diferentes las naturalezas del chavismo y el perezjimenizmo?

-En aquella época no existía un elemento distorsionador, verdaderamente miserable, que padecemos hoy, como es la intervención directa de Cuba, que ha convertido al país en sucursal de La Habana. Tenemos, además, otro agravante en relación con el 23 de Enero, porque si antes luchábamos contra adversarios venezolanos, hoy las cosas han cambiado y se agrega un nefasto ingrediente: el comunismo. Eso nos obliga a no dar tregua en este lucha contra el Gobierno porque se trata de un régimen que no solo niega las libertades, sino cuya concepción económica (el estatismo desatado) ha destruido por completo el aparato productivo y la propiedad privada.

-¿Cree usted que esta es una revolución verdadera?

-Es un comunismo de alpargatas porque no constituye, ni siquiera, una representación comparable con experiencias en otros países. Aquí se han impuesto unas camarillas que le han entrado de lleno a los recursos del país de la manera más inmoral y una corrupción sin límite.

-Esa situación que usted describe como más grave que la de los años 50, ¿justificaría el abandono del camino electoral?

-Las elecciones constituyen la esencia de la democracia y objetivo fundamental es lograr su rescate y plena vigencia. Pero no se puede concebir la electoral como la única forma de lucha. La luchas populares, por las reivindicaciones de los más pobres, implica manejar el conflicto que, de una orilla a la otra del país, toca los resortes más sensibles de la sociedad venezolana. Todo eso requiere el despliegue de una ofensiva que no está, precisamente, planteada en el campo electoral. Por ahora no hay elecciones a la vista y debemos atender el reclamo que nos hace el país para que libremos una lucha, sin cuartel, conducida por los sectores de oposición.

-¿No está ocurriendo eso?

-Hemos dado un paso importante al aglutinar un sector inmensamente mayoritario de oposición, que adelantó una labor excepcional en la campaña electoral previa al 14 de abril. En las elecciones quedó establecido un hecho evidente para el país: la elección resultó fraudulenta, tal y como denunciaron las fuerzas democráticas. Pero la respuesta no podía limitarse a un simple recurso jurídico, acudiendo a los tribunales que es uno de los factores más corruptos de nuestra sociedad, y mucho menos a los organismos internacionales porque ya sabemos que este gobierno los ha negado reiteradamente.

-¿Cuál era la respuesta?

-Una vía distinta. La salida a la calle de un millón de personas, 500 mil, 200 mil, denunciando el fraude y llevando adelante una causa tan legítima como el reconocimiento de la voluntad popular. En tales circunstancias esa era la única manera.

-¿No iba a costar eso el sacrificio de vidas en cifras inimaginables?

-Tú sabes, y lo saben los luchadores sociales, que quien toma la responsabilidad de conducir la batalla política, debe asumir riesgos. Cuando hablas del 23 de Enero sabes que se trata de una culminación de una batalla que se dio con saldo de muertos, heridos, torturados, encarcelados. La historia demuestra que ninguna batalla política es incruenta. Todo lo contrario, son duras, violentas y representan esos riesgos que los dirigentes deben asumir.

-¿Se equivocó Capriles?

-No podría decirlo porque tampoco quiero individualizar. Creo, sí, que la oposición, en general, falló en ese momento. Y creo que sigue engatillada. Aquí existen protestas provenientes de todos los sectores. Las inmensas colas en los supermercados dicen a las claras que no hay comida y cuando se consigue, mucha gente no tiene con qué comprarla. De manera que el pueblo está viviendo una situación conflictiva. ¿Y quién se ha puesto al frente de esa lucha? Los obreros siderúrgicos de Bolívar viven en permanente reclamo y nadie de la oposición se ha preocupado en acompañarlos. Hubo huelga de estudiantes y profesores, vista con simpatía por el país y nadie estuvo con ellos.

-Sin embargo, el Gobierno ganó las elecciones del 8 de diciembre.

-Las municipales son consecuencia de las presidenciales. Luego del 14 de abril la oposición entró en un estado de tranquilidad y fue a esas elecciones planteando reivindicaciones económicas, sin esgrimir la razón política fundamental: un gobierno fraudulento que fue desconocido. En eso debía haberse concentrado la estrategia. No hubo una denuncia radical contra el aparato electoral montado por el oficialismo y la abusiva ventaja de la cual gozó, haciendo y deshaciendo con los recursos del Estado. No se le dio al pueblo una idea completa del tipo de enemigo que teníamos por delante y que debíamos vencer. Sin embargo, no considero como una derrota los resultados de diciembre. En esa campaña salieron a relucir grandes recursos espirituales y políticos con los cuales aún cuenta el país y en las grandes ciudades la oposición obtuvo victorias importantes.

-Uno podría deducir de su análisis que si bien el camino electoral es el ideal, en las condiciones actuales resulta imposible aplicarlo como instrumento para el cambio. 

-En este momento la situación es difícil para la dirección política. Por eso hace falta una compaginación de los sectores más lúcidos y de mayor capacidad para establecer una estrategia adecuada que permita conducir las luchas políticas. El factor electoral está planteado, pero a largo plazo. Estamos ante un conflicto que requiere la aplicación de otros métodos, la lucha del pueblo en la calle, para lograr, en lo posible, el cambio que debe producirse.

-¿Cómo ocurrió el 23 de Enero?

-Sí, como ocurrió el 23 de Enero.

-El 23 de Enero la intervención militar fue decisiva.

-Fue decisiva, pero con un elemento muy importante: las fuerzas civiles estaban en contacto con las fuerzas militares y coincidieron en el planteamiento. Los civiles salieron a la calle junto con los militares. Y se dio una batalla que podríamos entender como cívico-militar. Los militares no son indiferentes, sufren las mismas consecuencias y penalidades de los civiles y estoy seguro que muchos de ellos no ven con buenos ojos las políticas que adelanta el gobierno y apostarían, más bien, a un cambio del cuadro que hoy padecemos.

-Es decir, el cambio obedecería a la necesaria presión que ejerza una población activa y organizada sobre las Fuerzas Armadas.

-Los sectores populares salen a la calle en plan de lucha y de combate cuando ven frustrados sus derechos. Y eso opera como un factor de irradiación hacia otros sectores de la población. Cuando hay 100 mil personas levantando banderas reivindicativas puede acudirse, incluso, al camino del entendimiento y del diálogo.

-¿Y no es eso lo que se está dando?

-No me refiero al diálogo entre el amo y el siervo, que fue el caso con los alcaldes, una vergüenza porque no hubo una posición viril y reveladora de la determinación de lucha que debe animar a la oposición. Fue un encuentro más bien meloso y de reconocimiento de la legitimidad, como Presidente, de alguien cuya elección se calificó de fraudulenta por muchos sectores. Y ese no es el verdadero diálogo.

-Entonces, ¿cuál es el verdadero diálogo?

-Aquel que se da cuando las fuerzas se pueden parangonar y van a las conversaciones en ciertas condiciones de igualdad. No con una debilidad que impide, ni siquiera, pensar en la posibilidad de un acuerdo porque éste, al final, no serviría para nada.

Democracia ficticia

ASDRÚBAL AGUIAR |  EL UNIVERSAL - 28 de enero de 2014 

Aún se sorprenden nuestros compatriotas, incluso la oposición, cuando les dicen, como lo hace Human Rights Watch en su Informe, que Venezuela vive una falsa democracia.

Osvaldo Hurtado, expresidente ecuatoriano habla de dictaduras del siglo XXI y, en lo personal, prefiero llamar demoautocracias a las que surgen bajo el paraguas del socialismo del siglo XXI, pues la gente opta por la dictadura alegremente, votando. Pero ello ocurre en nuestro caso como reflejo de lo que somos, un pueblo sin madurez democrática y cultor del militarismo. No obstante nos decimos demócratas, y cuando alguien afirma lo contrario nos irritamos o creemos que exageran.

Lo cierto es que no hay democracia en Venezuela, así tengamos a opositores electos como alcaldes o gobernadores. Con elecciones, es verdad, se inicia la experiencia de la democracia, pero no bastan para vivirla. Nuestros dictadores militares, que han sido los más en casi 200 años de historia, desde 1830 cuando el general Páez nos da patria, hacían elecciones. Les gustaba se les llamase -Pérez Jiménez sobre todo- presidentes constitucionales. E imponían a sus sucesores, dentro de la mejor tradición constitucional bolivariana.

La democracia, en la cultura occidental, es derechos humanos. Sin embargo, el régimen actual nos eliminó el derecho a la tutela de esos derechos al separarse de la Comisión y la Corte Interamericanas de DD. HH. Aparte, la vida nada vale como derecho. Suman 200.000 los homicidios, mientras la Defensora del Pueblo -a quien la ONU le llama la atención por ello- opta por defender la revolución por encima de las garantías de sus conciudadanos. Y la democracia exige separación e independencia de poderes, que rechazan como premisa la misma presidenta del TSJ y la Fiscal General. Tanto que el celebérrimo coronel Aponte Aponte cuenta que cada semana, en Miraflores o la Vicepresidencia, estas deciden el destino de la justicia en conciliábulo con el régimen.

Solo en democracia se accede al poder conforme al Estado de Derecho, y Nicolás Maduro lo hizo conforme al testamento de su predecesor. Al efecto la Sala Constitucional, sirviente, aplanó la Constitución para que diga lo que no dice. Maduro no podía asumir como encargado presidencial sin el juramento de Hugo Chávez y él mismo, como vicepresidente, estaba inhabilitado para ser candidato.

La columna vertebral de la democracia es la libertad de prensa. Y es cierto que los venezolanos, deslenguados, a diario hablamos pasguatadas sin que nadie nos recrimine, salvo cuando está presente un cabillero de la revolución o Guardia del Pueblo. Aun así se ha impuesto una hegemonía comunicacional de Estado. El régimen viene con su tijera por las telenovelas y deja sin papel a la prensa escrita independiente, salvo a la suya.

Transparencia y probidad son exigencias de la democracia. Mas en Venezuela no hay estadísticas fiables ni las muestra el régimen y se han desaparecido, en francachelas revolucionarias, cerca de 1.300 billones de dólares. La botija está vacía y no hay un solo preso por la corrupción que nos anega. 

La subordinación de la Fuerza Armada al poder civil es clave de la democracia, y causa hilaridad desde que, bajo los cánones de la Constitución de 1999, el mundo militar se hace transversal al sistema institucional para militarizar a los civiles. De modo que, cumplimos 15 años bajo gobierno de militares, con una breve mascarada cívico-militar desde cuanto Maduro es impuesto como causahabiente.

Nada agrego con relación a los otros dos elementos sustantivos de la democracia, a saber, la existencia de partidos políticos y la celebración de elecciones justas y libres, pues hay tela que cortar. Por lo pronto, fue decisión impuesta por Chávez, en 2004, con La Nueva Etapa, la formación de un partido único, el PSUV, que desde el 2010 se declara oficialmente marxista. Los partidos del siglo XX son franquicias en la actualidad y los que se han proyectado hacia el siglo XXI, con vocación democrática cabal, son perseguidos con saña. Entre tanto, las rectoras revolucionarias del Poder Electoral se ocupan de perfeccionar su caja negra para que el régimen jamás pierda elecciones, como ocurre en Cuba y ocurriera en el Iraq de Saddam y en la Libia de Gadafi.

No pocos compatriotas, en fin, se dan por servidos con la democracia de utilería que tienen y han aceptado. Les basta mientras el gendarme o "César democrático" de turno les realice el mito de El Dorado. Siempre ha sido así. La cuestión es que se acabaron los dólares y los anaqueles están vacíos. Hoy les sorprende, por lo mismo, el despertar, luego de la larga borrachera revolucionaria.

sábado, 25 de enero de 2014

¿Qué secreto sabe Rafael Ramírez?

Yon Goicoechea - El Universal - 25 de enero de 2014

El chavismo hubiese podido establecer un comunismo con mediana comodidad, si no hubiese tocado la industria petrolera. El petróleo hubiese mantenido al país, sin sacarlo de la pobreza ni desarrollarlo, pero sin grandes sobresaltos. Asimismo, el gobierno hubiese mantenido su voracidad importadora, su discurso contra todo el que produjese algo, los subsidios y su verborrea sin fin. Venezuela pudo ser el paraíso de los mediocres y trasnochados comunistas del planeta, que se hubiesen retorcido de placer al ver a la gente pobre pero conformada. El problema es que el diablo esconde la olla, pero no guarda la tapa. 

Su avaricia los llevó a destruir lo que les daba el dinero. En primer lugar, politizaron Pdvsa. Luego nacionalizaron a grandes petroleras multinacionales con concesiones en el país. Crearon empresas mixtas que, a diferencia de otras similares de países libres, representaron matrimonios obligados con un gobierno ineficiente. Cambiaron bruscamente la política fiscal. Expulsaron del país a gran parte de nuestro capital social. Mantuvieron a los inversionistas nerviosos, mediante un discurso hostil. Por supuesto, dejaron de invertir en infraestructura petrolera y, por si fuera poco, dejaron de mantener las estructuras ya existentes. Al descuidar la seguridad industrial, mermaron nuestra capacidad refinadora y nos convirtieron en importadores de gasolina y otros productos que antes exportábamos. Gasolina, por cierto, que mantuvieron subsidiada a un precio ridículo, lo que incrementó el consumo interno en detrimento de las exportaciones. Todo ello se hizo mientras el gobierno regalaba nuestro petróleo a cuanto "chulo político" secundare internacionalmente sus delirios. Incluyendo algunos de Estados Unidos.  

Hace poco más de un año, al llegar a mi clase de políticas energéticas en los BRICS, en Columbia University, la presentación proyectada en el pizarrón titulaba: "What not to do: The Venezuelan Case." (Lo que no se debe hacer: el caso de Venezuela). Para nuestra vergüenza,  lo ocurrido en nuestro maltratado país se estudia en las grandes universidades del mundo, pero como un caso de fracaso extremo. Hugo Chávez quiso que la cara de ese fracaso fuese Rafael Ramírez. El mismo a quien Maduro ha confiado hoy el destino económico de los venezolanos.

Siempre he pensado que Ramírez está allí por lo que ha visto ¿Qué sabe de la familia Chávez y sus negocios, de las "ayudas" a criminales o de la vida personal de los alegres viajeros de los aviones de Pdvsa? ¿Qué tipo de fidelidad ha convertido a uno de los peores gerentes petroleros de la historia de la industria, en el hombre fuerte de la crítica economía venezolana? No lo sé, pero él no puede estar allí por mérito. Tampoco por política, porque no maneja grupos de choque, no es un líder de estructura, no es carismático y hasta desencaja un poco con la imagen del PSUV ¿Entonces, por qué los venezolanos estamos en sus manos? ¿Es Maduro un preso de Ramírez?

La crisis venezolana pasa por el manejo del petróleo. Nada, sino el petróleo, puede sacarnos en menos de una generación del hueco en el que nos metieron. Diversificar la economía es necesario, pero toma décadas. Hoy, la porción del PIB que representa cada actividad no petrolera por separado es poco menos que risible. Si queremos que los niños que hoy tienen 4 años no lleguen a los 20 siendo pobrísimos, hay que priorizar las reformas de nuestras políticas energéticas. Ramírez representa la continuidad de las actuales.

El "Presidente" ha logrado un pacto con la oposición, que le ha dado un poco de gobernabilidad. Sin embargo, ha retrasado todas las medidas económicas hasta extremos muy peligrosos para su gobierno y, peor, para los venezolanos. Nada de lo que anunció en su alocución de la semana pasada altera las causas fundamentales de la crisis. Salvo el relativo y engañoso cierre de Cadivi, nada de lo expuesto tendrá mayor impacto ¿Será que no se da cuenta de que la inercia lo perjudica a él?  ¿No entiende o no quiere entender? ¿De quién es rehén Nicolás Maduro? Como tantas otras cosas, también es inexplicable que, en su momento de mayor estrechez, el chavismo haya puesto al frente de la economía venezolana al hazmerreír de la industria petrolera mundial.

Vamos peligrosamente mal. Dios nos agarre confesados.

@yongoicoechea