Desde Miraflores se ha ido creando una aparato paralelo que funciona
con los recursos económicos que le son asignados a los amigos del
Gobierno, mientras se les niega a las verdaderas
autoridades electas por el pueblo los dineros que les corresponden
El
Gobierno imagina equivocadamente que obstaculizando la entrega de
recursos económicos a los estados en manos de gobernadores de
oposición debilita de esa manera a sus adversarios. Nada más lejos de
la verdad pues, como dicen por allí, pueblo pequeño infierno grande y
todo se sabe y se comenta de viva voz.
Desde Miraflores se ha ido creando una aparato paralelo que funciona
con los recursos económicos que le son asignados a los amigos del
Gobierno (las típicas roscas regionales de negocios integradas por
militares y civiles) mientras se les niega a las verdaderas
autoridades electas por el pueblo los dineros que les corresponden de
acuerdo con lo estipulado por la ley de presupuesto y la Constitución.
Pero no se trata de simples zarpazos a los dineros públicos sino de
una red de corrupción muy bien organizada desde los más altos cargos del
poder para ir desviando, cada día más, los recursos que legalmente le
corresponden a los estados y alcaldías.
De manera que estamos ante delitos que persiguen no sólo apropiarse
del dinero de todos los venezolanos para el enriquecimiento personal de
unos cuantos, sino de la violación persistente de las reglas que
obligan a los funcionarios a no usar indebidamente o dar un destino
diferente a las partidas del presupuesto que están señaladas y
aprobadas para proyectos, planes y usos específicos.
Si por casualidad un gobernador, alcalde o funcionario que no
pertenezca al oficialismo destina un dinero a fines distintos a los
aprobados en el presupuesto, de inmediato es acusado de malversación e
inhabilitado políticamente.
Pero la cosa es peor aún: recientemente y de manera valiente el
gobernador de Táchira, César Pérez Vivas, denunció que "la deuda del
Ejecutivo con las regiones asciende a 27,7 millardos de bolívares en
lo que va de 2012". Tamaña suma nos hace preguntar de inmediato ¿dónde
está ese dinero? ¿Quién lo desvió hacia otros destinos, quién dio la
orden de esconder ese dinero o qué militar o qué civil se lo metió en
sus bolsillos? Desde luego que esa inmensa cantidad no se la llevó un
extraterrestre, un miembro de la FARC, Evo Morales o el viejito Fidel
Castro. Ni siquiera en las maletas de Cristina Kichner cabe tanto dinero
en dólares.
El gobernador Pérez Vivas denunció que desde Miraflores se ha armado
"un cerco financiero, derivado del despojo de la mitad de los recursos
que corresponde a los estados según el parágrafo 4 del artículo 167
de la Constitución, sobre el situado constitucional". Más claro no canta
un gallo.
Para Pérez Vivas y para el resto de los gobernadores de la oposición
este "cerco financiero" organizado desde el Gobierno central ha
impedido hacer avanzar "programas sociales, pagar compromisos de la Ley
Orgánica del Trabajo, entre ellos el segundo incremento del salario
mínimo a partir del 1° de septiembre, aguinaldos, becas a estudiantes y
otros gastos prioritarios, como la atención a discapacitados".
Del Editorial de El Nacional Caracas Venezuela 13/07/2012
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