De
nuevo vemos cómo se produce la interferencia de grupos radicales de
izquierda en los procesos electorales de la región, en especial hoy en
Venezuela.
Desde su fundación, después de la caída del Muro de Berlín, los
comunistas -en colaboración con las FARC y el ELN- empiezan a reunirse
con dirigentes de diversos países en el llamado Foro de Sao Paulo, con
el fin de establecer su estrategia ante la realidad del rotundo fracaso
del modelo comunista. Entre sus fundadores destacan Manuel Marulanda y
Alí Rodríguez Araque.
Los grupos conjurados pretenden imponer el totalitarismo de
izquierda en toda la región para así satisfacer el anhelado objetivo de
Fidel Castro: conquistarnos. Con este propósito se usa una nueva
modalidad que consiste en que una vez obtenido el poder
democráticamente, se pasa a reformar inconstitucionalmente el Estado de
Derecho para asegurarse la permanencia dictatorial al estilo
castrocomunista.
Venezuela es un factor clave para el Foro y la permanencia de
Hugo Chávez garantiza recursos que pueden ser utilizados para promover
internacionalmente los afanes intervencionistas maquillados de
democráticos.
El comunismo fracasó en Rusia, Alemania del Este, Corea del
Norte, Bulgaria, Polonia, Hungría, Bosnia, Albania, Checoslovaquia,
Serbia, Eslovenia, Rumania, Nicaragua, Cuba. También fue un fiasco en
África. China, para salir de la pobreza, ha tenido que abandonar los
dogmas comunistas y ha aceptado al menos una parte de las reglas de las
economías de mercado de las naciones desarrolladas de Occidente.
Insólito es que se nos pretenda imponer dictatorialmente un
modelo que solo trae ruina, miseria y sometimiento a los pueblos. Más de
un centenar de millones de muertos ha ocasionado el experimento
comunista en el mundo.
Es por esto que debemos divulgar las verdaderas piezas del
rompecabezas del Foro de Sao Paulo, que pretende venderse como
democrático cuando en el fondo es una propuesta de dictadura totalitaria
con eternización en el poder.
Hemos visto cómo se empieza el proceso electoralmente y luego
-al transformar la Constitución- se procede a eliminar el Estado de
Derecho y concentrar todos los poderes, mientras los recursos son usados
para la permanencia del tirano.
Se establece un cerco al sector productivo privado que culmina
con su eliminación, se acaba con la descentralización, se cercena la
iniciativa individual y se instala un supuesto esquema colectivista que
en realidad es el Estado ejerciendo la hegemonía productiva,
comunicacional y educacional de la población. Se usa el conflicto como
herramienta estratégica de poder. Quien no acepte este régimen es
considerado traidor y hay que eliminarlo.
Lo que se busca es implantar el castrocomunismo en la región a
como dé lugar. Para ello se usan enormes cantidades de recursos públicos
de los socios totalitarios, de modo que los vemos distorsionando los
procesos electorales internos y los de terceros. Aunque lo desmienten
públicamente, sus aliados de la FARC y el ELN tienen participación
activa en el Foro de Sao Paulo, tal como lo demuestran los documentos
encontrados en las computadoras de Raúl Reyes incautadas en la Operación
Fénix (2008). En ellos se revelan los vínculos orgánicos entre muchos
integrantes del Foro y el grupo narcoterrorista colombiano.
Numerosas evidencias en Google demuestran la participación de
las FARC en los diferentes reuniones del Foro. En el VI encuentro el
propio Raúl Reyes pronunció un discurso. Hugo Chávez confesó que él y
Reyes se conocieron en ese evento.
En el rompecabezas debemos ver cómo se manipula la verdad y cómo
usan la estrategia castrista de acusar al enemigo de lo que ellos son.
Dicen -por ejemplo- que el capitalismo en su esencia y práctica
política, económica, social y cultural, produce estados administrados
por gobiernos fascistas, terroristas, mafiosos, mercenarios y
autoritarios, para garantizar la defensa de sus intereses de clase.
La verdad es que son ellos quienes defienden sus intereses a
costa de la explotación, expropiación, intimidación, chantaje, dolor,
asesinatos selectivos o indiscriminados, calumnias y argucias contra los
dirigentes de las organizaciones políticas de oposición defensoras de
los intereses del pueblo trabajador, a las que califican cínicamente de
"terroristas o narcoterroristas".
El rompecabezas del Foro de Sao Paulo muestra su estrategia totalitaria. No nos dejemos manipular por la hegemonía mediática.
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