miércoles, 3 de noviembre de 2010

Rescatar a Venezuela - Parte I

Carta de Diego Arria:
Rescatar a Venezuela. Pensando en voz alta. Lo que está hoy en juego no es ni la Asamblea Nacional, ni los partidos, ni los nuevos diputados, y mucho menos la candidatura presidencial para el 2012. Pero sí está en riesgo algo muchísimo más importante: nuestra gente -en especial los más jóvenes y los más pobres y es de esa realidad que quiero hablarles ahora- y juntos rescatemos a Venezuela.De los diplomáticos dicen ”Es uno que piensa dos veces para luego no decir nada”. Pero como ya dejé de serlo al salir de mi posición en la ONU como Consejero del Secretario General Kofi Annan -prometo decirles un par de cosas- igual que vengo de hacerlo la semana pasada en las Universidades de Cambridge y de Oxford, en Canning House, y ante la Henry Jackson Society en la Cámara de los Comunes del parlamento británico buscando contribuir a develar nuestra realidad opacada durante años gracias a la costosísima campaña de culto a la personalidad del jefe del estado venezolano, pagada con el dinero de todos nosotros.Las tres primeras preguntas que nos convocan hoy son ¿Están conscientes los venezolanos de los riesgos que enfrenta la democracia venezolana, preparados los políticos para asumir el desafio de salvaguardarla, y la sociedad en general, consciente de las responsabilidades que todo ello le impone?Lamentablemente- y con el respeto debido- no me parece, dado que seguimos considerando la situación nacional bajo la óptica de un calendario electoral cuando es evidente que estamos al borde de que nos conviertan en una sociedad comunista.Es en este contexto -el de mayor emergencia y peligro que ha enfrentado nuestro pais- que quiero destacarles algunos de los innumerables hechos que están frente a nosotros hoy y que dicen suficiente de cuáles son esos riesgos y retos que debemos asumir y atender- si aspiramos a reiniciar un tránsito hacia la democracia- antes de que sea demasiado tarde:1. Tal y como lo auspicia y promueve el gobierno, la sociedad venezolana se define a sí misma como una sociedad “polarizada”. En Venezuela, las “partes en conflicto” transitamos en direcciones contrarias. La nuestra -empeñada en una salida democrática- la del régimen, que sabe que perder otra elección nacional significa también la pérdida definitiva de su legitimidad política nacional y la de su apoyo internacional (otros paises, organizaciones extranjeras, grupos empresariales y de violencia organizada-con los cuales están comprometidos – resistirán perder el acceso al tesoro nacional y al amparo y protección del régimen), y que por consiguiente descarta toda concesión a la conciliación. Si ello es cierto, la tarea más urgente en lo inmediato es romper esa polarización.2. Entendamos cómo se adelanta esta “polarización” que constituye la estrategia política básica del régimen: Está a la vista el asalto y el desmantelamiento sistemático de nuestra democracia y de nuestras instituciones, sobre todo de la máxima instancia judicial y demás poderes del estado, pero también, a un nivel más insidioso aún, de toda la administración publica, que es en última instancia la que pone en practica las garantías constitucionales.3. Entendamos que la libertad de expresión está limitada ante un régimen que la considera incompatible con su proceso. Allí tenemos el nunca suficientemente defendido caso de RCTV que en adición sufrió el saqueo gubernamental. De innumerables estaciones de radio. De CNB- y el de los propietarios de Globovisión perseguidos por mampuesto.4. Entendamos que toda expresión de la propiedad privada que el régimen pueda concebir como un riesgo a su proyecto totalitario esta condenada. Allí tenemos el caso de la propiedad de la tierra, de la agricultura y de la agro industria, pero también la de los servicios financieros o de los servicios a la industria petrolera, entre tantos otros. El régimen practica el pillaje y el saqueo como política de Estado lo cual lo califica como delito de lesa humanidad.5. Entendamos que el régimen no tiene escrúpulo alguno en asociarse con regímenes totalmente ajenos a nuestra tradición democrática para comprar sus voluntades así sea a costa del patrimonio nacional y poner a Venezuela en escenarios de conflicto de una gravedad nunca vista en nuestra historia hipotecando a largo plazo nuestra independencia;6. Entendamos que el régimen no respeta ni acata el estado de derecho que nos da la Constitución, sino que lo entiende como una molestia transitoria de la cual hay que desembarazarse a la brevedad, jugando con las circunstancias, pero sin perder el norte de anularlo y reemplazarlo.Expliquemos a nuestros compatriotas mas desafortunados que el régimen es un estafador de sus esperanzas que practica una politica pobre para los pobres.

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