No me pidas que te deje
y que me separe de ti.
A donde tú vayas, iré yo
y donde vivas, yo viviré.
Tu gente será mi gente
y tu Dios será mi Dios.
La tierra que, muerto
te reciba en su seno,
será la tierra donde yo muera
y donde se abrirá mi sepultura.
Que el Señor así me lo otorgue
y escuche mis votos;
que sólo la muerte me separe de ti.
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