LUIS IZQUIEL | EL UNIVERSAL
27 de febrero de 2011
Las sesiones de comparecencia de la mayoría del tren ministerial a la Asamblea Nacional, le permitieron a los ciudadanos observar el contraste entre una fuerza política que interpreta los graves problemas del país y otra que pretende ocultarlos. El verdadero debate fue entre la verdad y la mentira.
En primer término, hay que resaltar que los diputados de la alternativa democrática dieron la pelea en circunstancias palmariamente desventajosas. Los medios de comunicación de la AN, dominados por el oficialismo, hicieron transmisiones claramente parcializadas. El lapso para realizar las preguntas era de 5 minutos, mientras que los ministros no tenían límites para elaborar las respuestas. No había posibilidad de repreguntar. A pesar de que la oposición obtuvo el 52% del voto popular el 26 de septiembre, las barras que presenciaron el debate eran sólo rojo-rojitas. El tener conocimiento previo de la lista de oradores, le permitió al oficialismo designar un diputado que "marcara" a su contrario, apelando para ello regularmente a las descalificaciones personales. Sin embargo, estas condiciones leoninas no impidieron que la realidad resplandeciera sobre la falsedad.
Ante precisiones concretas acerca de los graves problemas que afectan al país, los ministros regularmente recurrieron a la evasión. Tratando de soslayar que este Gobierno ya tiene 12 años en el poder, las alusiones al pasado fueron constantes. Regularmente la "IV República" terminaba siendo la culpable de todo. Frente a planteamientos relativos a difíciles circunstancias presentes en este año 2011, los ministros apelaban al expediente de abril de 2002. La dura realidad actual, siempre trató de ser enfrentada con el discurso ideológico.
Estas sesiones de interpelación, reafirmaron la importancia del regreso de la oposición a la AN. El verdadero sentir del ciudadano de a pie, se encontró bien representado en cada exposición de los legisladores de la alternativa democrática. Los diputados del interior del país, se convirtieron en la voz del descontento de las regiones.
Durante las comparecencias, los representantes del Ejecutivo nunca dieron respuestas claras a flagelos como la inflación, inseguridad, desempleo etc. Estas sesiones dejaron una clara conclusión: los ministros fueron aplazados.
Twitter: @luisizquiel
En primer término, hay que resaltar que los diputados de la alternativa democrática dieron la pelea en circunstancias palmariamente desventajosas. Los medios de comunicación de la AN, dominados por el oficialismo, hicieron transmisiones claramente parcializadas. El lapso para realizar las preguntas era de 5 minutos, mientras que los ministros no tenían límites para elaborar las respuestas. No había posibilidad de repreguntar. A pesar de que la oposición obtuvo el 52% del voto popular el 26 de septiembre, las barras que presenciaron el debate eran sólo rojo-rojitas. El tener conocimiento previo de la lista de oradores, le permitió al oficialismo designar un diputado que "marcara" a su contrario, apelando para ello regularmente a las descalificaciones personales. Sin embargo, estas condiciones leoninas no impidieron que la realidad resplandeciera sobre la falsedad.
Ante precisiones concretas acerca de los graves problemas que afectan al país, los ministros regularmente recurrieron a la evasión. Tratando de soslayar que este Gobierno ya tiene 12 años en el poder, las alusiones al pasado fueron constantes. Regularmente la "IV República" terminaba siendo la culpable de todo. Frente a planteamientos relativos a difíciles circunstancias presentes en este año 2011, los ministros apelaban al expediente de abril de 2002. La dura realidad actual, siempre trató de ser enfrentada con el discurso ideológico.
Estas sesiones de interpelación, reafirmaron la importancia del regreso de la oposición a la AN. El verdadero sentir del ciudadano de a pie, se encontró bien representado en cada exposición de los legisladores de la alternativa democrática. Los diputados del interior del país, se convirtieron en la voz del descontento de las regiones.
Durante las comparecencias, los representantes del Ejecutivo nunca dieron respuestas claras a flagelos como la inflación, inseguridad, desempleo etc. Estas sesiones dejaron una clara conclusión: los ministros fueron aplazados.
Twitter: @luisizquiel
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