sábado, 7 de agosto de 2010

EL RINCÓN DE LOS SOÑADORES

Soñé que:

· Yo era el Presidente de un bello y próspero país.

· Un gabinete ejecutivo talentoso y especializado en cada una de sus áreas ministeriales, apoyaba y reforzaba mi gestión.

· Mis adversarios políticos compartían conmigo una larga mesa ante la cual debatíamos sobre el futuro, no por miedo al mismo, sino simplemente para cambiarlo y prepararlo para el desarrollo y avance real del país.

· Dirigía la palabra a mi pueblo pausadamente, sin retaliaciones, con espíritu conciliador y constructivo.

· El consenso era un norte invariable de todas las instituciones. Como si todos sintiéramos viajar en un mismo barco, mirando hacia la proa, hacia el futuro.

· La palabra impunidad no abundaba en los procesos judiciales.

· La seguridad, tanto personal como jurídica, se ubicaba dentro de los estándares apreciados en los países más adelantados, en materia de aplicación de justicia y de mantenimiento del orden público.

· La corrupción administrativa era perseguida por un ente contralor que investigaba y procedía con autonomía; y por supuesto, con consecuencias.

· Los poderes públicos eran auténticamente autónomos y se apreciaba un estado de derecho real y total.

· La constitución no era letra muerta, era sembrada en la conciencia del ciudadano desde muy temprana edad, sin aprovechamientos doctrinarios, ni ideológicos, ni partidistas.

· Tanto la empresa privada como la propiedad particular, eran incentivadas y protegidas, derivando de ello una verdadera responsabilidad social voluntaria, espontánea, sin los vaivenes de la imposición.

· Por mi mente no pasaba la idea de la reelección, ya que mi futuro político lo dictaba mi propia conciencia: gobiernos alternativos y pluralistas.

De pronto, sentí que tocaban fuertemente a mi puerta, desperté: NO TUVE MIEDO, la abrí, ¡y no había nadie!

Este blogger, ahora y siempre, ¡SOÑARÁ!

Amigo(a) si tienes un sueño lo puedes publicar en este rincón, envíamelo a: jessegar7@gmail.com

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