martes, 9 de septiembre de 2014

Auge y caída de PDVSA

JOSÉ TORO HARDY |  EL UNIVERSAL
martes 9 de septiembre de 2014 
El 1 de enero de 1976 la industria petrolera venezolana amaneció nacionalizada. Pasamos a ser dueños absolutos del petróleo de nuestro subsuelo, de nuestras refinerías (ya obsoletas), oleoductos, pozos, edificios, instalaciones y activos en general. 

La duración teórica de nuestras reservas de petróleo era de unos 19 años. Pdvsa nacía con un futuro limitado. Adicionalmente, teníamos un problema que lucía insuperable: no teníamos cómo comercializar la crudos pesados y ácidos que constituían el 75% de nuestras reservas probadas. Para poder colocarlo no teníamos ninguna otra alternativa que hacerlo a través de las empresas que habíamos nacionalizado.

Quizá los mayores activos de la empresa eran el personal extraordinariamente capacitado que habíamos heredado de las multinacionales petroleras y la generosidad geológica de nuestro subsuelo. También tuvimos la suerte de contar con un Valentín Hernández (ministro de Minas e Hidrocarburos de la época) y con el general Rafael Alfonzo Ravard, primer presidente de Pdvsa.

Comenzó así la extraordinaria aventura de Pdvsa. El crecimiento que experimentó la empresa fue vertiginoso. En menos de 25 años Pdvsa pasó a ser la segunda mayor empresa petrolera del mundo de acuerdo con Petroleum Intelligence Weekly y figuraba en la revista Fortune en el número 42 entre las mayores empresas de cualquier tipo en el mundo y como la mayor empresa de cualquier tipo de Latinoamérica.

Empezamos por hacer una reconversión de nuestras refinerías para dotarlas de procesos de conversión profunda para que pudiesen procesar nuestros crudos pesados transformándolos en productos de alto valor. Hicimos un inmenso esfuerzo exploratorio que nos permitió aumentar nuestras reservas probadas de petróleo, las cuales pasaron de unos 18.000 millones de barriles en 1976 a una cifra cercana a los 80.000 millones de barriles en 1998. Nuestra capacidad de producción petrolera alcanzó a 3.700.000 b/d y estábamos mercadeando casi 4 millones de barriles diarios de petróleo, incluyendo el que comprábamos a otros países.

Con el tiempo pasamos a ser propietarios, total o parcialmente de unas 20 refinerías en el mundo entero y nuestra capacidad de refinación era del orden de los 3 millones de barriles diarios.

En Venezuela contábamos con 6 refinerías. A través de Citgo llegamos a controlar el 10% del mercado interno de gasolina de EEUU, el mayor del mundo. En ese país disponíamos de 8 refinerías, numerosos terminales, varios oleoductos y contábamos con una red de 14.500 estaciones de servicio abanderadas con la marca Citgo siendo así capaces de llevar nuestro petróleo desde el subsuelo venezolano hasta los tanque de gasolina de los automovilistas estadounidenses, pasando todo el tiempo por instalaciones venezolanas y agregando valor en cada eslabón de la cadena. Éramos el primer exportador de petróleo a EEUU.

En Europa, en asociación con otras empresa, contábamos con refinerías en Alemania, Suecia, Bélgica y el Reino Unido.

En Saint Croix éramos dueños del 50% de una vital refinería que atendía lo que para Pdvsa era un mercado Premium: el Caribe, al cual se destinaba el 10% de nuestra producción petrolera. También teníamos una refinería arrendada en Curazao.

Nuestra producción petroquímica creció a niveles impactantes, superando en 1998 los 4,1 millones de toneladas métricas. La producción de carbón de Pdvsa alcanzó a 5,1 millones de toneladas en 1998, en tanto que la de Orimulsión (una emulsión estable de agua y petróleo extrapesado que no competía con el petróleo sino con el carbón y servía para la generación de electricidad) se acercaba en 1998 a las 5 millones de toneladas.

Gracias a las distintas modalidades de la Apertura Petrolera teníamos programas que hubiesen llevado la producción petrolera por encima de los 5 millones de b/d (en lugar de unos 2,3 millones de b/d hoy en día). Firmamos 4 grandes Asociaciones Estratégicas que permitieron desarrollar la tecnología necesaria transformar la Faja del Orinoco en una realidad económica. Aunque ya se conocía, no se podía explotar comercialmente. También suscribimos una Asociación Estratégica para el Proyecto Cristóbal Colón que nos hubiese transformado en uno de la principales productores mundiales de gas natural.

¿Qué pasó con esta asombrosa historia de éxito?

Llegó la revolución y paso a paso ha venido destruyendo a Pdvsa. Comenzó a regalar petróleo en lugar de venderlo. Endeudaron a Pdvsa, despidieron a 20.000 trabajadores que acumulaban 300.000 años de experiencia y conocimiento. El personal de Pdvsa pasó de 42.000 trabajadores a 140.000. La politizaron, la degradaron, la endeudaron y aceleradamente la llevan a su destrucción. Ahora quieren vender a Citgo.

viernes, 29 de agosto de 2014

Escalada geométrica de costos operativos - Revisado


Escalada geométrica de costos operativos
Geometric Escalation of Operating Cost
Caso.- Los costos operativos de un Proyecto son estimados en US$200.000
para el año 1,  con un incremento de 10% en cada año subsiguiente.
Con una tasa de 15%,  cual sería el costo operativo anual uniforme para
ser aplicado al final de cada uno de los 10  años?

Solución:

r  = 1.10. x = (1+0.15-1.10)/1.10 = 0.04545
Primer factor = (1.1^9) = 2.3579
Segundo factor =
(1+0.04545^10-1)/0.04545= 12.314
F = $5.807.036
Factor F/A = 0.15/((1+0.15)^10)-1) = 0.04925
A´= $5.807.036 *0.04925 = $285.996

Una serie de igual valor de $285.996 al final de cada uno los años 1 al 10 es

equivalente a la serie “geometric gradient”.

domingo, 3 de agosto de 2014

Caracas, la posible. La urgente

La ciudad de Caracas ha completado 447 larguísimas vueltas al sol transcurridas en una geografía portentosa. No es difícil suponer los ojos aturdidos de Diego de Losada cuando, luego de una fatigante expedición desde El Tocuyo, se le reveló la monumental cordillera que dividía al mar Caribe del verdor de un valle irrepetible. Fundar una ciudad en este espacio de guacamayas acuciantes y laderas nostálgicas era imperativo. Toda belleza incuba el apremio de una conquista. Hoy, los más recientes hijos del valle, estamos confundidos. No sabemos si celebrar o no. Caracas es, en este año 2014, el resumen de nuestro fracaso como país. Detrás de la liturgia de la fecha hay quejumbre, dolores que se abultan y un elenco de problemas que acribillan la música natural de las celebraciones. 
Caracas cumple 447 años. Y no vamos a hablar de sus orígenes, porque sabemos que esta ciudad reniega de su pasado a martillazo limpio. Hoy se nos impone la urgencia de su futuro. Y el presente, lacrado por el caos, es el primer mandamiento de ese futuro. Todos los caraqueños nos preguntamos por qué los tantos regentes que ha tenido esta ciudad no terminan de construirla. Seguimos siendo, como lo decía Cabrujas, “un mientras tanto y por si acaso”.
No existe memoria para apiñar tantas promesas olvidadas,  proyectos inconclusos o gestiones deshonestas. En su mientras tanto, Caracas sigue dispensándonos sus prodigios, esperando agónicamente por nosotros.
 
***
 
Me suelo ufanar diciendo que nací en Caracas, que me gradué en el Liceo Caracas y que soy militante de los Leones del Caracas. Proclamo con tres datos biográficos, sin duda irrelevantes, mi devoción por la ciudad donde ejerzo la vida. 
Caracas es el lugar donde me he enamorado todas las veces, donde aprendí a jugar beisbol y lamer mis propias heridas, donde garabateé mi primer poema y  asesinaron a mi mejor amigo. 
Es la ciudad donde me deslumbré con las páginas de Salvador Garmendia, Juan Sánchez Peláez y Rafael Cadenas. La ciudad donde descubrí el sabor de las arepas en la madrugada. La ciudad que me permitió un amor juvenil en Lomas de Urdaneta y otro en El Cafetal, un amigo en La Vega y otro en el Alto Pinar, quinientos viajes en el autobús de la línea San Ruperto, una cantidad inapreciable de perros calientes en sus esquinas, una lista febril de conciertos en el Poliedro y, sobre todo, una ciudad donde entendí el significado de la palabra democracia. Ese ejercicio de libertad al que no pienso renunciar por más que los fanáticos de Lenin y Fidel se afanen en pulverizarla. 
Es la ciudad donde aprendí a ser peatón y estrellé mi primer vehículo. Aquí he sido tantas veces feliz que no conozco mejor escenografía para mis desánimos. Soy de esta vehemencia del asfalto donde los motorizados me observan con desprecio por el rasante hecho de poseer un carro. Pertenezco a esta luz incrédula y magnífica que tanto persiguen fotógrafos y pintores. Correspondo a este desconcierto colosal donde conviven la calle del hambre, el afán de la moda, la Torre de David, las garzas del Guaire, los ejecutivos del petróleo, los travestis de la Libertador, la gastronomía de los Palos Grandes y el crack de las barriadas. 
Soy aquel habitante de El Paraíso que caminó exhaustivamente la Avenida Baralt y los laberintos de Casalta descubriendo en sus esquinas a Ismael Rivera y a Héctor Lavoe, pero también a Oscar D’León con la Dimensión Latina y al Sonero Clásico del Caribe. El mismo que descubrió los gritos de jonrón en sus calles, cuando la primera base era el tronco de un árbol centenario y la tercera el faro de un Chevrolet del 68.
Hoy, esta generación no conoce los entresijos lúdicos de la calle. Sus avenidas se han convertido en zona de prisa y fuga. Hoy, mi sentido de pertenencia a esta ciudad ha sido vapuleado por sus gobernantes y malandros, a veces, escandalosamente mezclados en la misma cédula de identidad.
Esta es, sin duda, una ciudad cada vez más difícil de querer. Un malentendido que camina con largas zancadas hacia el abismo.
Hoy mi ciudad es mi claustrofobia. Mi estridencia y mi dialecto íntimo.
 
***
 
Vivimos en una capital bombardeada por la virulencia política. Los ojos del Comandante Galáctico nos vigilan desde vallas y paredes mientras sus discípulos invaden terrenos y malversan bienes. La anarquía nos gobierna tras el hachazo que nos partió en miles de pedazos. 
La inseguridad ha definido el biorritmo de la ciudad. Somos inquilinos del miedo. Ya los amantes no se tardan a besos en el carro. Es el amor exprés, consecuencia del secuestro exprés. Ya ni se puede ser un diletante de la amistad en las esquinas.
Hoy la misión primaria de los caraqueños es pugnar con la cultura de la muerte. La ciudad nos ha empujado a las paredes de nuestro hogar. Le robaron la noche, le expropiaron su bohemia. Los centros comerciales, plazas de la posmodernidad, tienen la respiración entrecortada. 
El paisaje urbano por excelencia es la violencia. La muerte es la primera y última noticia del día. Boris Muñoz habla de “ese infinito hilo de sangre que ha hecho que Caracas también sea conocida como la capital de la crónica roja”. Apunta la existencia de dos ciudades que “como hermanas enemigas, a veces logran ignorarse, pero nunca dejan de entrecruzarse”. Dos mitades que se repelen y complementan. 
Somos cada vez menos gregarios, y por tanto, más solitarios. Menos ciudad, y por eso, más isla y guarida. Nuestra vigencia está severamente cuestionada por la escasez de agua en los grifos, luz eléctrica para trabajar o aceite de maíz para cocinar. La Caracas del siglo XXI anda salpicada de estudiantes protestando en masa, madres en la orilla de la morgue, silicona en los glúteos de la vanidad y toneladas de reguetón en las esquinas.
Caracas es una herida en el costado. Unos ojos que destilan gas lacrimógeno. Un semáforo en eterna luz roja. Un buhonero que vende leche en polvo y balas perdidas.
Caracas, la del cielo que desata envidias. Basurero de las grandes ideas, pero también custodia de nuestras ambiciones. Caracas la chic y la chaborra. La risueña y la amarga. El valle bipolar que cantan Yordano, Masserati 2 litros y Mariaca Semprún. La nostalgia impoluta de Ilan Chester, Aldemaro Romero  y Billo Frómeta.   
Alguien ha dicho que el principal lugar común de esta ciudad es la desconfianza. Y, ciertamente, el recelo esta empozado en nuestras miradas. Aprendimos a vernos de reojo.
 
***
 
Es muy fácil hacer una lista de razones para condenar a Caracas.
Nos ha entrenado para tratarla con ironía y hostilidad. Es tan cómodo devolverle los insultos que hemos aprendido a hacerle el odio. Vale la pena el ejercicio contrario: ensayar argumentos para quererla. El desafío de sus ocupantes es reconciliarnos con sus virtudes y exigirle un destino más acorde con las pulsiones de toda metrópolis contemporánea. Olvidamos hacerle el amor.
Yo, por ejemplo, siempre he abonado mi entusiasmo a la leyenda de que en sus aceras deambulan las mujeres más hermosas del planeta. Sea verdad o exceso, me gusta creerlo y muchas veces siento constatarlo. 
 
En esta ciudad es posible honrar la exigencia del paladar más mundano y puntilloso. Se puede exhibir la misma ligereza de vestuario tanto en febrero como en julio o noviembre. El clima de Caracas no es percance, sino bendición. 
 
Su reina madre es la montaña, ese portento que llamamos Ávila. Nuestra postal invicta. La desembocadura de todas las miradas. El talismán que los viajeros se llevan en las maletas de la nostalgia. La brújula y el monumento mayor de la ciudad.
 
Caracas es una ensalada de gentilicios: los cubanos de ahora, los chinos recién llegados, los haitianos del carrito de helados, los colombianos de siempre, los españoles eternos, los italianos sin regreso. Una tierra de inmigrantes que hoy tuerce su cara para buscar una puerta de salida al exilio. Escribió el poeta Juan Calzadilla: “El que huye de la ciudad huye de sí”.
 
Caracas necesita más piropos así como más gerentes que sepan de urbanismo, de cultura callejera, de civilidad y sentido común. Caracas solicita coherencia a grandes dosis.
 
***
 
Yo anhelo una ciudad donde pueda volver a ser peatón en sus 25 kilómetros de longitud. Mis hijos no caminan su ciudad. Van de un lado a otro atrapados en la burbuja de un carro con aire acondicionado. Ambiciono para ellos un asfalto donde puedan jugar caimaneras o manejar bicicleta sin el riesgo de terminar secuestrados. Que este cielo lujoso sea el techo de sus juegos, así como lo fue de los míos.
 
La ciudad posible necesita de nosotros. De nuestra apetencia por ella.
 
La ciudad posible ocurre, por ráfagas, en los mercados callejeros, en las ferias de libros, en los festivales de música y teatro, en las plazas iluminadas y otra vez verdes. 
 
La ciudad posible debe tramar la convivencia entre conductores y motorizados. Donde el maltrato le ceda el paso al respeto. Necesita ciclistas y músicos ambulantes, cafés y restaurantes al aire libre. Una urbe donde se recupere el placer de la tertulia. Donde no se nos escape el sol en colas perpetuas para buscar comida o regresar al hogar. Donde la calle sea coctel y vorágine para el asombro y la maravilla.
Una ciudad, sobre todo, donde la vida le gane la batalla a la muerte.
 
Quiero la Caracas que se despliega en los folletos del entusiasmo turístico. Esa Caracas descrita por fabuladores y mitómanos. Esa Caracas siempre fotogénica y ávida de mejores caricias. 
 
La ciudad posible nos espera en algún lugar del futuro y en la terquedad de los optimistas.
 
Merecemos que este pavimento de nuestro agobio vuelva a ser sucursal y cielo. 
 
Toda ciudad es la suma de su gente y la impronta de su geografía. Por eso, en honor del carisma indestructible de Caracas, se impone  refundarnos. 
 
Somos seis millones de personas que aspiramos a la concordia definitiva. Ese supremo acto de civilización que nos devuelva la posibilidad de vivir sin abismos en una de las ciudades más luminosas del Caribe. 
 
Debemos exigir lo que merecemos ser: ciudadanos de la alegría y no de la furia. Caraqueños que recuperaron la risa y el apego.
 
Caracas, la ciudad bendita que alguna vez se nos perdió en la traición de sus propios habitantes.
  

Caracas, la posible. La urgente.



Discurso como orador de orden 
en el acto de celebración del día de caracas

jueves, 24 de julio de 2014

EL SAQUEO DE PDVSA

Tomado de la columna de Omar Lares. - El Universal 24/07/2014
PDVSA sigue constituyendo el drama mayúsculo que ha confrontado Venezuela desde aquel gris día en que comenzó a politiquear Chávez y dárselas de "Comandante Supremo". Pocos meses antes de morir, Jorge Olavarría desmenuzó una de las más dañinas facetas que jamás se hayan conocido: -EL SAQUEO DE PDVSA- "La historia petrolera de Venezuela no la hicieron ladrones como los que hoy la dirigen, y no la deben escribir los pícaros aventureros y charlatanes que hoy mienten y distorsionan para justificar el nauseabundo saqueo que hacen de PDVSA. En la mayor industria del país se han roto todas las barreras de la decencia y la honestidad. En una empresa de esa magnitud, que compra y vende millones, se violan todas las normas conocidas de control y contabilidad. Lo que allí priva es un frenesí de capacidades ilimitadas; desde pequeñas raterías, hasta maniobras de alto vuelo financiero en la venta del petróleo. El obsceno enriquecimiento ilícito de quienes visiblemente se están lucrando con ello, debe ser contrastado con los personajes dignos y decentes que hicieron la historia de la industria petrolera venezolana". ¿Cómo no entregarles copia de esta reflexión al Presidente chino? ¡Se cansa uno! 

martes, 15 de julio de 2014

Valor Razonable o "Fair value"

COSTO: Es el valor de adquisición inicial de un bien o servicio (soportado con la factura del proveedor).

VALOR DE REALIZACIÓN: Es el valor en que se cotiza un bien o servicio en un mercado activo en condiciones normales (no restricciones).

COSTO DE REPOSICIÓN: Es el valor que costaría reponer un activo considerando las condiciones actuales.

VALOR PRESENTE: Valoración bajo flujo de caja descontado con base en la Tasa de Descuento de la Entidad.

sábado, 12 de julio de 2014

Homeland

GUSTAVO LINARES BENZO |  EL UNIVERSAL
sábado 12 de julio de 2014 
Como todos sabemos, en la serie de televisión Homeland, un marine (¿se podrá escribir marín?) aparece en Iraq luego de varios años desaparecido. Había estado en cautiverio, en manos de células de la resistencia a la invasión norteamericana. Recibido como un héroe, hace carrera política y llega a diputado y sigue ascendiendo. Sin embargo, una agente de la CIA sospecha que puede ser un infiltrado, y tiene razón. Luego de varios ataques terroristas, se da a la fuga y termina apareciendo en Caracas, en la Torre Confinanzas, popularmente conocida como torre de David. Allí es preso de la misma red de terroristas árabes, según la trama muy activa en nuestra capital, en uno de los apartamentos o cubículos o casas en que los invasores del edificio lo han dividido, un gigantesco barrio vertical. De la torre logra huir a la mezquita que está enfrente, etc.

Bastó que saliera al aire el capítulo que se desarrolla en la torre de David para que el gobierno protestara por un nuevo ataque mediático, que hacía ver a Caracas como lo que no era, cuando nuestra capital es, según el gobierno, una ciudad segura, amable y civilizada. Sin embargo, la Torre de David es lo que es, el epítome de estos años, de la improvisación, del atropello, de desatar lo peor de nosotros. De hablar de participación, del soberano, como expediente para justificar las mayores fechorías, cuando apoyar al gobierno se interpreta como patente de corso para cualquier desmán, arbitrariedad, guapetonería.

La torre de David es el mejor resumen de todos estos años y ahora más que nunca. Ahora es lo más visible de la ejecución de hipoteca más salvaje que presenciará la humanidad: los chinos se están cobrando. Según el gobierno, el armatoste de concreto, otrora bellísimo comienzo de una obra suntuosa, será un centro financiero que banqueros chinos instalarán en Venezuela. Por supuesto, lo esperan desocupado y pintado, para lo cual el ministro Ernesto Villegas mismo negociará con sus habitantes para que se vayan a vivir dignamente a Cúa, lo que asegura que no se van a ir por las buenas. Se ve que el ministro cuando va a los Valles del Tuy lo hace con carro y chofer, pues de lo contrario no se ve cómo cree posible convencer a una familia de irse del downtown a varios kilómetros de la capital, a horas en autobús o mediante colas galácticas para agarrar el tren en La Rinconada (ya llegar ahí es épico).

Pero Villegas no tiene otra opción, como tampoco la tiene Venezuela luego del gobierno de Chávez: se acabó la rumba y trajeron la cuenta. Ya no es posible un Aló Presidente en el piso 10 de la torre, con Chávez llegando en helicóptero, regalando neveras a todos, recomendando huertos hidropónicos en cada ¿apartamento? y prometiendo un gran centro endógeno en el piso 5. Esos reales se acabaron, porque ya no hay cómo hacer esas gracias y a la vez pagar los sueldos de millones de nuevos empleados públicos, subsidiar la comida y asegurar pasajes baratos. Ahora sólo hay real para los acreedores, entre ellos los chinos.

La Torre de David es el condensado de toda esta tragedia, el chavismo hecho edificio. Después de lustros de llamarse y creerse el nuevo Bolívar, de llegar al paroxismo de poner como meta del Estado venezolano "salvar a la raza humana", se termina entregando todo a los acreedores. Si a los chinos se les da en pago un inmueble cuyo valor es cero o quizás menos, lo más posible es que ya antes se le ha entregado todo lo que quedaba de valor. Si la Torre Confinanzas es parte del pago, y no vale nada, posible es que ya China tenga a Pdvsa y a ... , bueno, a Pdvsa; todo lo demás se lo comieron o lo dañaron. 

Secretos

Nada se sabe a ciencia cierta, a no ser que Giordani publique otra carta, pues todas las transacciones correspondientes son secretas y están en chino. También son secretos, pero en portugués, los desfalcos y saqueos que el gran mercader Lula logró en su magnífica gestión, habilidad comercial tal que hasta dicen que logró obtener hipotecas sobre bienes de la República, previa reforma legal correspondiente (lo de la reforma legal es absolutamente cierto). Y como buen explotador, nos expoliaron y ahora les debemos. Para pagarles no queda nada, porque el petróleo es del Imperio Medio. Y si por agarrar así sea fallo arrebatan la Torre de David, pronto veremos vender los mojones de concreto del tren a Puerto Cabello, para ver si recuperan chatarra, aunque el tren se haya pagado varias veces.

Los vecinos de la torre deben desear con toda el alma que el plan de Villegas se concrete, pues en el gran barrio vertical no sólo viven familias, sino que también tienen su cuartel malsines sin cuento. Al Qaeda intentó poner un núcleo, pero les dio miedo una vez que vieron el sitio, muy peligroso. Prefirieron quedarse en Yemen. 

jueves, 3 de julio de 2014

¿Qué es el Estado de Derecho?

CARLOS J. SARMIENTO SOSA |  EL UNIVERSAL
jueves 3 de julio de 2014  
De acuerdo al DRAE, en su avance de la vigésimo tercera edición, el Estado de derecho es aquel Estado democrático en el que los poderes públicos íntegramente se someten a las leyes y reconocen las garantías constitucionales. 

En lenguaje legal, el Estado de derecho es el que se rige por un sistema de leyes e instituciones reguladas por una Constitución -o Carta Magna como también se la ha denominado-, que viene a ser el fundamento jurídico del Poder Público, por lo que cualquier actuación de cualquiera de sus ramas, sea Ejecutiva, Legislativa o Judicial, debe estar sujeta a una norma jurídica escrita y preexistente, de manera que el poder del Estado queda subordinado al orden jurídico vigente, creando un ambiente de respeto absoluto del ser humano y del orden público, que es lo que se conoce como seguridad jurídica. 

Como se observa, el Estado de derecho cuenta con dos componentes: el Estado como forma de organización política, y el derecho como aquel conjunto de disposiciones que norman una sociedad; y fue surgiendo paulatinamente en oposición al absolutismo, aquella forma de gobierno en la cual el poder residía en un monarca situado por encima de todos los súbditos y en cuyas manos se juntaban las facultades de administrar, legislar e impartir justicia. 

De esa manera, comenzaron a desarrollarse ideas atinentes a la división de poderes -la famosa trilogía de poderes del barón de Montesquieu- dando paso al nacimiento de los Parlamentos para contrarrestar el omnímodo poder real y, más tarde, a los Tribunales, a los que se les asignaron las funciones de administrar justicia. 

Principios

El Estado de derecho se asienta en ciertos principios fundamentales:

1. El principio de legalidad, al que se considera la "regla de oro" del Derecho Público: todo acto del Poder Público debe ser realizado conforme a una ley vigente. 

2. El principio de la reserva legal: La facultad de dictar leyes del Poder Legislativo no puede ser afectada por los otros Poderes. 

3. El principio de la supremacía: La Constitución está situada jerárquicamente por encima de todo el ordenamiento jurídico y es la Ley Suprema del Estado, junto con los tratados internacionales cuando la propia Constitución así lo haya establecido, como es el caso de los Derechos Humanos. 

4. El principio de la responsabilidad del Estado: Sin perjuicio de la responsabilidad individual de los funcionarios, el Estado debe reparar todos los daños ilegítimos que cause a los ciudadanos.

5. El principio nullum crimen nulla poena sine lege (Ningún delito, ninguna pena sin ley previa): Sólo pueden castigarse las conductas delictuales calificadas en una ley anterior a la comisión de un crimen.

Estos principios son universales y de allí que World Justice Project, con sede en Washington D. C. y en Seattle WA, ha considerado que en un Estado de derecho los funcionarios, oficiales y agentes deben estar obligados a rendir cuentas ante la ley; las leyes deben ser claras, estables y justas, y los derechos fundamentales de las personas deben ser protegidos, incluyendo el derecho a la vida, a la seguridad y a la propiedad, contando con el funcionamiento de un sencillo y transparente acceso a la justicia donde los órganos jurisdiccionales sean independientes e imparciales.

Lineamientos

La tradición constitucional venezolana han consagrado los lineamientos del Estado de derecho y, expresamente, el artículo 2 de la Constitución de 1999 declara que: "Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político".

De estos principios programático-constitucionales, como el de Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, se han teorizado y elaborado interpretaciones y apreciaciones que, si bien son principios de importancia que merecen atención, escapan a la explicación que se pretende hacer en este artículo. Estado de derecho, sea democrático y social de derecho y de justicia, o simplemente Estado de derecho, enmarca dentro del concepto general que se ha venido explicando porque implica el sometimiento del Estado al ordenamiento jurídico y el respeto de las garantías y derechos de los ciudadanos.

Pero lo que es indiscutible es que, a diferencia de lo que sucede en las dictaduras, donde se impone la voluntad omnímoda y arbitraria de un dictador sin que medie una norma jurídica, o al amparo de complacientes disposiciones hechas a la medida para justificar su conducta, generalmente ante la comunidad internacional, en el Estado de derecho las leyes organizan y fijan límites de los derechos, todo acto del Poder Público está sujeto a una ley preexistente y todo incumplimiento está sujeto a las sanciones que establece el ordenamiento jurídico. 

lunes, 30 de junio de 2014

¿Dónde estamos?

Por Pedro Palma - El Nacional - Página Web 30/06/2014

El 12 de abril de 2010 salió publicado en esta columna un artículo titulado “¿Adónde vamos?” En el mismo decía cosas como estas: “Realmente preocupa el rumbo que desde hace un buen tiempo ha tomado la economía venezolana, producto de una política económica errada que ha fracasado en todos los países donde se ha intentado implementar, con el agravante en nuestro caso de una serie de incongruencias que la caracterizan, haciéndola aún más inoperante y negativa.

”El acoso permanente a la empresa privada que se materializa a través de los controles desproporcionados que se le imponen, no solo en materia de precios, sino también en lo referente al tipo de producto y las cantidades que se tienen que producir, así como la forma como esos bienes se tienen que distribuir, en línea con las decisiones caprichosas de algunos  funcionarios, crea un clima muy adverso para el desarrollo de cualquier actividad productiva. Si a ello agregamos las amenazas permanentes de intervención y de confiscación a quienes incumplan esas normas, o se sospeche de ello,  y las decisiones arbitrarias e injustificadas de expropiación, ya no de grandes fundos y empresas, sino también de pequeños negocios, es fácil inferir el poco estímulo para invertir que hoy existe en el país, máxime cuando esos atropellos provienen de un gobierno que lo controla todo, eliminándose cualquier posibilidad de defensa de los derechos de los agraviados, ya que quienes tienen que impartir justicia están allí para defender los intereses de la “revolución”, y no para velar por los derechos de los ciudadanos”.

Más adelante decía: “Los que defienden el proceso argumentan que las acciones contra la empresa privada se justifican, pues con ellas se busca asegurar la autosuficiencia alimentaria del país, y eliminar los vicios de especulación, acaparamiento o desviación de productos al exterior, que crean desabastecimiento y elevación desproporcionada de los precios. Falaces argumentos esos que ya no engañan a nadie. Sobradas son las pruebas de ineficiencia, destrucción y depauperación que las acciones de expropiación han generado, no sólo en el área agrícola y pecuaria, sino también en las de producción de alimentos elaborados y de productos básicos”.

Terminaba ese escrito con el siguiente párrafo: “Los resultados de la política económica no pueden ser más negativos: caídade la producción, desempleo creciente,servicios públicos caóticos, dependencia como nunca  de las importaciones y del volátil negocio petrolero, alta inflación y caída sostenida de la capacidad de compra de los venezolanos. Por ese camino vamos a cualquier sitio, menos a un buen destino”.

Más de cuatro años después de haber escrito esas líneas, la realidad que hoy vivimos demuestra que, desgraciadamente, aquellas apreciaciones y esos temores estaban bien fundamentados. De allí que sea válido que nos preguntemos ¿dónde estamos? Estamos en una situación deplorable,en gran medida producto de los errores y desviaciones de las políticas públicas implementadas por el régimen durante varios lustros. Ello ha generado los múltiples desequilibrios que afectan a la economía, la elevadísima y creciente inflación que depaupera a la población, la escasez y el desabastecimiento, la desenfrenada corrupción, la contracción de la actividad productiva y el deterioro de la calidad de vida. De continuar las cosas como van, y de seguirse ignorando los graves males que nos aquejan sin aplicar los dolorosos pero necesarios e impostergables correctivos, seguiremos cayendo, haciéndose cada vez más difícil y dolorosa la corrección y la reversión de esas adversidades.

No puede continuar la farsa de endilgarle a otros las culpas, desaciertos y falencias del gobierno, quien acusa y amenaza a los supuestos culpables, y a la vez pretende sustentarse en base a unas promesas y a unas “misiones”, que si bien pueden dar algún alivio, en muchos casos se limitan a dádivas que no contribuyen a reducir la pobreza, afianzándose la miseria y la dependencia.
Caracas: Escrito el 26 de junio de 2014, y publicado en la página web de El Nacional el lunes 30 de junio.


Este artículo no apareció en la versión impresa del diario por escasez de papel.

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lunes, 26 de mayo de 2014

Los resultados del populismo

DIEGO J. GONZÁLEZ CRUZ |  EL UNIVERSAL 26 de mayo de 2014
El nombre de Faja Bituminosa se usó al comienzo de los años 70, después su nombre oficial fue "Campo Faja Petrolífera del Orinoco". Así aparece en todos los documentos de la Pdvsa democrática y del Ministerio de Petróleo, antes de 1999. La historia de la Faja está escrita en el libro del académico Dr. Aníbal Martínez, titulado "La Faja del Orinoco", Editorial Galac, 2004.

La Pdvsa democrática nunca regaló el petróleo de la Faja, como le hacen creer a algunos, en la jerga populista, por la sencilla razón de que los presidentes de las cuatro Asociaciones Estratégicas, desde su comienzo en 1993, fueron de Pdvsa, y todas las inversiones, gastos y ganancias, están registrados y son públicos en los informes de Pdvsa de la época; y, lo más importante, eran enviados obligatoriamente, hasta 2004, a la US Securities & Exchange Commission (SEC), para cumplir con los requisitos mundiales que protegen a los ciudadanos, accionistas e inversionistas que hacen negocios con las empresas. Así es que en esos informes no aparece ningún regalo, porque los porcentajes que les tocaban a Pdvsa y a sus socios, según cada asociación, eran completamente transparentes para cualquier ciudadano.

Cuando el presidente Chávez inauguró el proyecto de Sincor, lo elogió de tal forma que dijo en su discurso que lo que estaba pasando en la Faja era lo mejor que podía haberle ocurrido a Venezuela, y que iba a autorizar que las cuatro asociaciones tuvieran más áreas para producir más. ¿Por qué cambio de opinión? ¡Vaya usted a saber!

Obligación

Por cierto, la nueva Pdvsa se salió de la SEC porque no podía respaldar la información que estaba obligada a enviar a ese organismo con regularidad. Estamos en mayo de 2014 y todavía Venezuela no sabe cuál fue la actuación de Pdvsa en 2013, ni en el primer trimestre de 2014. Esto no es invento de la MUD, ni de María Corina. Esta es la verdad. Pregúntense por qué Pdvsa no publica lo que hace y lo comunica a sus accionistas, todos los venezolanos. ¿Por qué dicen que Pdvsa es del pueblo y no le informa sus actividades? No se trata de propaganda, se trata de realidades... ¡por favor! Y eso de nombrar un campo petrolero con el nombre de un presidente fallecido, no existe en ninguna parte. Lo que logramos es ser la burla de los otros países.

Exploración y producción

Lo ocurrido con el caso ConocoPhillips no tiene nombre. Una empresa exitosa mundialmente, la mayor, independiente, en exploración y producción, que decidió invertir en Venezuela 4.600 millones de US$, cuando el precio del barril de petróleo estaba en 13,34 US$ (1993), y que caería a 10,57 US$ (1998) cuando arrancó el proyecto, y que tenía un éxito gerencial y técnico enorme, no merecía recibir ese trato del gobierno de Venezuela por una rabieta populista. En la Asociación Estratégica Petrozuata, en la Faja, aprobada por el Congreso Nacional de la época, ConocoPhillips tenía 50,1% de la Asociación, y la estatal Pdvsa, 49,9%. ¿Qué le costaba al régimen proponerle cambiar los porcentajes, a raíz de la promulgación de la Ley Orgánica de Hidrocarburos de 2001, o llegar a 60%, acorde con la decisión posterior, con el fin de que la filial CVP retuviera como mínimo una participación accionaria de 60% (porque 51% era "un piso")? Así sucedió en Hamaca (Ameriven, ahora Petropiar) y Paria (Corocoro, ahora Petrosucre). 

Me atrevo a afirmar que ConocoPhillips no hubiera tenido ningún inconveniente en aceptar 49,0% o 40% de la asociación (ahora convertida en empresa mixta) y continuar operando ese activo con el éxito con que venía haciéndolo. Pero no. Esas asociaciones tenían que "nacionalizarse"... y sucedió lo que tenía que suceder. Tanto ConocoPhillips como ExxonMobil no iban a aceptar ese maltrato populista, y sencillamente interpusieron un arbitraje internacional, que culminó en lo que estamos leyendo hoy: Venezuela tendrá que pagarle a ConocoPhillips US$ 20.000.000.000. Otro arbitraje perdido. ¡Y los que faltan!

Petrozuata

La verdad es que Petrozuata, antes de ser expropiada y convertirse en Petroanzoátegui, producía 119.000 b/d, y estaba creciendo. Pero, según la cifra presentada en la Memoria y Cuenta del Ministerio de Petróleo a la Asamblea, en 2013 produjo solo 114.000 b/d. Se preguntan los venezolanos: ¿dónde estuvo la ganancia de la "nacionalización"?

Prevalecieron los paradigmas de que en Venezuela todos los recursos naturales son "estratégicos", la industria petrolera es "básica", son de "utilidad pública", de "interés social" y sinónimo de "soberanía" e "independencia". Por lo tanto, tienen que ser manejados y controlados por el Estado, amo y patrono, porque el empresario privado no es de fiar.



domingo, 25 de mayo de 2014

La encrucijada petrolera

Por Guillermo García - Publicación: El Universal - Caracas - 25 de mayo de 2014

La complicada situación económica que sufre Venezuela coloca al gobierno y a sus ciudadanos bajo una encrucijada. ¿Qué camino tomar? ¿Qué debemos hacer? En nuestro caso, cualquier solución efectiva a los problemas económicos y sociales pasa primeramente por la industria petrolera. En economía las realidades y eventos van mas allá de las ideologías, ya sean estas socialistas o capitalistas. La economía tiene sus propias leyes y cauces; y cuando se les trata de desviar fuera de esa lógica  y dinámica económica, los agentes económicos y los consumidores reaccionan a sus estímulos, acciones y expectativas.

La apertura petrolera es el camino. Son varios los factores que en mi opinión hacen que el Gobierno tenga que tomar la senda de la apertura para poder emprender un verdadero cambio. La crisis económica generalizada que vive el país se debe al  agotamiento del modelo de desarrollo interno, que se puso en práctica desde el comienzo de la actividad petrolera. Los planes de desarrollo del país se han basado, históricamente en el gasto público obtenido por el ingreso fiscal producto de la venta del petróleo. Entre los factores externos tenemos: los cambios mundiales que se manifiestan por las tendencias de la globalización y los cambios en el mercado petrolero. El petróleo es una de las principales fuentes de energía para el sistema industrial moderno. La utilización del petróleo y sus derivados es determinada por su relativo menor costo en comparación con otras fuentes de energía como la eléctrica, nuclear, solar, etc., convirtiéndose en la principal fuente de energía utilizada. La demanda mundial de petróleo se orienta, principalmente, hacia consumo de crudos livianos y medianos, mientras que los crudos pesados y extra pesados son menos atractivos debido al alto costo de refinación. A pesar que Venezuela es uno de los países con mayores reservas de hidrocarburos del mundo, la composición de sus reservas son de crudos de baja calidad (pesados y extra pesados) que requieren mejoramiento para hacerlos más livianos. Pdvsa para ello requiere de inmensas inversiones y tecnologías de punta de las cuales hoy se han visto reducidas por una baja disposición de capital necesario para las inversiones de la industria a mediano y largo plazo, lo que ha resultado en una caída en la producción. En consecuencia la apertura debe llevar a un cambio de la orientación netamente rentista, vendedora de una materia prima transable, a una de inclinación marcadamente industrial, generadora de ingresos fiscales a través de un proceso complejo de exploración, producción, refinación, comercialización y ventas de petróleo y productos derivados con un alto grado de valor agregado y de elaboración en Venezuela. La apertura petrolera, debe significar la inclusión de la inversión privada extranjera y nacional en segmento aguas arriba (exploración/producción) y aguas abajo en la Industria petrolera, petroquímica y del gas, así como en la generación de energía eléctrica en todas sus fases: generación y distribución. El gran reto consiste ahora, no sólo en abrir la actividad petrolera para permitir la participación de capitales privados extranjeros, sino también en crear las bases de una economía que se desarrolle por la vía de la integración plena de la industria con la sociedad y el sector productivo nacional.

Objetivos estratégicos y objetivos generales 2014- 2019:

• Desarrollar la capacidad de producción del país en línea con las inmensas reservas de hidrocarburos bajo el principio de la explotación racional y la política de conservación del recurso natural agotable y no renovable.

• Alcanzar la capacidad de producción de crudo hasta 4 MMBD para el año 2014 y 6 MMBD para el año 2019.

• Alcanzar la producción de gas natural para el año 2014 hasta 9.247 Mmpcd y en el año 2019 a 11.947 Mmpcd.

• Desarrollar la Faja Petrolífera del Orinoco.

• Desarrollar las reservas probadas de la Faja Petrolífera del Orinoco para alcanzar una capacidad de producción total de 4 MMBD para el 2019.

• Desarrollar la producción de las 6 nuevas empresas mixtas ya establecidas de producción y procesamiento de los crudos de la Faja Petrolífera del Orinoco, para alcanzar la capacidad de producción de 2.090 MBD en el 2019.

• Construir nuevos mejoradores para convertir el crudo extrapesado de la Faja Petrolífera del Orinoco de 8 API en crudo mejorado de 32 a 42 API con una capacidad total de 1 MMBD de procesamiento.

• Construir dos nuevas refinerías, una en Cabruta y la otra en Complejo Industrial José Antonio Anzoátegui con una capacidad de procesamiento total de 720 MBD.

• Construir una capacidad de almacenamiento de 20 millones de barriles y el tendido de 2.000 Km de tuberías entre oleoductos y diluenductos.

• Construir un terminal de aguas profundas en el Estado Sucre para recepción y despacho de crudos y productos con una capacidad de exportación de 2.0 MMBD, así como 3 terminales fluviales de sólidos y líquidos en el río Orinoco.

Asesor Financiero

Candidato AMDP Harvard University