Han pasado varias semanas, pero aún dura mi sorpresa ante la despedida
del Presidente, al anunciar que iría a Cuba a practicarse otra
operación. La alocución se deslizó en medio de un clima de tensión,
miradas de reojo, semblantes pesarosos, trémulos, hasta que un giro
menos sombrío se asomó: «Estamos aquí en esta dificultad, pero "Tenemos
Patria"». Enseguida pasó a enumerar los logros: tenemos relaciones con
Rusia, China y Cuba, existe el ALBA, y por ahí siguió. Me sonó muy
curiosa esa afirmación, pero sobre todo las rúbricas que me motivaron a
buscar mis propias confirmaciones.
Veamos qué ha mejorado entre 1999 y el hoy que tenemos.
La deuda pública creció de treinta y cuatro millardos de dólares
a más de ciento cincuenta millardos. La deuda de Pdvsa, antes dos
millardos de dólares, hoy supera los sesenta. Ha aumentado el número de
ministerios: de dieciséis pasó a treinta y ocho, lo cual significa más
empleo público; el millón de empleados se convirtió en tres millones. El
gasto público, de veintiún millardos de dólares hoy llega a ciento
quince millardos. Mucho gasto y burocracia y ¡ni una sola gran obra! No
es todo, gastamos sesenta y un por ciento de los recursos fiscales en
importaciones de bienes de consumo, y como dato terrible, en 1999 se
reportaban cerca de cuatro mil homicidios por año, mientras hoy nos
acercamos a cinco veces esa cifra.
Pero, algo debe haber mejorado -me digo- aunque las cifras que
tropiezo no ayudan: las industrias privadas se redujeron treinta y seis
por ciento, con igual decrecimiento del empleo industrial. La producción
de barriles de petróleo se contrajo en más de veinte por ciento
mientras la fuerza laboral empleada ¡se cuadruplicó para producir menos!
Las protestas populares, exigiendo soluciones se multiplicaron ocho
veces, y hoy es cosa cotidiana los cierres de autopistas, calles y
avenidas.
A pesar del anzuelo caza votos de la Misión Vivienda Venezuela,
el déficit de dos millones hoy asciende a tres millones de viviendas. Y,
los trabajadores informales siguen siendo la mitad de nuestra fuerza
laboral.
Un panorama nada alentador para la patria. La verdad es que por
muy buena voluntad que queramos poner a la afirmación «Tenemos Patria»,
es muy difícil encontrar el respaldo. La patria que tenemos hoy está
profundamente herida. Como nunca antes, se respira la separación entre
los que apoyan al Gobierno y el resto de los mortales. Los jueces están a
las órdenes del Gobierno. Por televisión, sin juicio y sin fundamento,
se ordenan penas de 30 años de cárcel a ciudadanos.
El Presidente, llegado el momento crucial de delegar el poder en
Maduro, clamó por la unidad y definió la ruta: unidad, lucha, batalla y
victoria; invocando de inmediato a las Fuerzas Armadas, a sus
componentes, a los milicianos, al PSUV y a los partidos que lo apoyan.
Me pregunto, ¿contra quién será esa invocación militarista?, ¿quién será
el enemigo a vencer?, ya que ni por asomo se nombra a la otra mitad del
país, al resto de los venezolanos. Ellos no son convocados a esa
unidad: la clase media, los profesionales, los sectores populares
independientes, los trabajadores, los estudiantes, los artistas,
intelectuales libres, sindicalistas, los empresarios que aún quedan, el
ciudadano que cree en la democracia y no en el comunismo. ¿Será que no
existen o que sólo son enemigos?
«Tenemos Patria», continuó, y recordé que las cédulas de
identidad, pasaportes, así como toda la identificación ciudadana y los
registros públicos, son controlados por cubanos, que aparecen
uniformados en nuestra Fuerza Armada.
«Tenemos Patria», pero sin duda, y estas cifras son del propio
Gobierno, también tenemos un país que no produce y que importa las dos
terceras partes de lo que consume. Recordemos a Merentes: ¡Crecimos 5%,
pero, señores, hay que producir!
«Tenemos Patria», con un Gobierno de instituciones
desacreditadas, sin capacidad para controlar la delincuencia y brindar
seguridad a los ciudadanos. Hoy nos consideran uno de los países más
corruptos del mundo.
«Tenemos Patria», pero las familias no tienen viviendas;
alquilar es arriesgarse al despojo, a las invasiones, ocupaciones, tomas
ilegales que vulneran el derecho de propiedad, y el ciudadano no tiene
quién lo defienda.
«Tenemos Patria», ¿solo porque el Presidente habla con Putin,
Bielorrusia, China y, sobre todo, con los hermanos Castro?, o ¿porque le
suelta cosas non gratas a Obama?
Esa es la "patria" que tenemos, ¿pero, dónde están los ciudadanos?
@cedice
No hay comentarios:
Publicar un comentario